San Pedro La Laguna rescata la tradición del baile del Masaat y del B’alam

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Créditos: Pedro Sac
Tiempo de lectura: 5 minutos

 

Después de 80 años sin realizar la danza ancestral del Palo Volador, que tiene sus orígenes en el Popol Vuh, el municipio de San Pedro La Laguna reactiva esta tradición e involucró a los más jóvenes en su rescate.

Guías espirituales y autoridades municipales realizaron un ritual, este sábado 31 de mayo, para seleccionar y cortar el tronco de un árbol que se utilizará en la danza del Palo Volador durante los días de la fiesta patronal del municipio.

Por Juan Bautista Xol *

La población Tz’utujil de San Pedro La Laguna, Sololá, dio un paso para rescatar la tradición de la danza del Masaat (el venado) y del B’alam (el jaguar) al retomar la tradición del Palo Volador, revestido de la espiritualidad maya que los representa como pueblos originarios.

Según los Ajq’ijab’, “contadores del tiempo” o guías espirituales, la danza del Masaat (venado) K’ox (mono) y B’alam (jaguar) es una representación de la conexión espiritual con el tiempo y con el corazón del cielo y de la tierra.

Para el comienzo de este rescate, el comité profiesta y concejales de la municipalidad de Tz’ununya’, San Pedro La Laguna, se organizaron en una comisión para ir a buscar y seleccionar el tronco de un árbol, que será usado para la celebración de la danza del Palo Volador.

El tronco de un árbol será usado por los danzantes durante la celebración de sus fiestas patronales que serán del 24 al 29 de junio en honor al apóstol San Pedro.

Antes de cortar el árbol, los ajq’ijab’, o guías espirituales, piden permiso para realizar esta acción. Foto de Pedro Sac

La danza del Palo Volador es una práctica en la que el tronco de un árbol, de unos 30 metros de alto aproximadamente, se coloca generalmente en el centro de la comunidad y al que se le coloca una escalera por donde ascenderán los danzantes que suelen ser dos o cuatro, con disfraces que representan al venado, mono y un jaguar.

En la cima del tronco se coloca una estructura cuadrada de madera que gira sobre el extremo superior con varias cuerdas enrolladas cuyos extremos se atan a los pies o la cintura de los danzantes, para que con el movimiento de las agujas de un reloj los danzantes, al ritmo de la chirimía y el tun, simulen volar suspendidos en el cielo y después de varios minutos alcanzar el suelo.


“La danza es la conexión con el tiempo y la conexión con la tierra, es histórico para el pueblo de San Pedro La Laguna retomar los elementos culturales, en especial la danza ancestral”, dijo Viento Tuy, contador del tiempo.

Para Tuy, el tronco que se utiliza para la danza es un árbol de pino cortado desde su raíz, pero antes de su corte realizan un ritual espiritual para honrar y pedirle permiso a la madre tierra como lo hacían sus abuelos hace 80 años.

Tuy invitó a la juventud para formar parte de la tradición ancestral y que conozcan las actividades que realizaban sus abuelos como esta danza ancestral “que significa la conexión espiritual”.

Hombres arrastran el tronco del árbol que se utilizará para la danza ancestral. Foto de Pedro Sac

“Invito a los jóvenes a formar parte de esta tradición ancestral, para nosotros este palo es sagrado ya que las hojas del pino se utilizan en los hogares cuando hay fiesta, una vez el árbol es talado ya es un palo sagrado”, añadió.

Buscan rescatar tradiciones ancestrales

En San Pedro La Laguna, según Luis Xet, síndico primero de la Corporación Municipal, existen muchas tradiciones ancestrales que fueron olvidadas por varias razones que hasta la fecha él mismo desconoce.

Xet dice que el Concejo Municipal y otros sectores locales pretenden reactivar algunas de las tradiciones del pueblo maya que han quedado en el olvido.

“Según sabemos la última presentación del Palo Volador por nuestros abuelos fue hace 80 años, el concejo municipal pensó en el pueblo maya y por eso reactivamos la danza del Palo Volador, también trabajaremos para rescatar las otras tradiciones que han quedado en el olvido, sabemos que nosotros los pueblos mayas tenemos muchas historias y tradiciones”, manifestó Tex.


Según los organizadores del Palo Volador, la danza para el rescate de la tradición será primero presentado por las autoridades de la municipalidad indígena de Chichicastenango debido a la experiencia y el valor sagrado que le dan a esta práctica ancestral.

Sebastián González, de la municipalidad indígena de Chichicastenango, dijo que el danzante se deberá de cuidar durante 40 días, refiriéndose a no tener relaciones sexuales con su pareja ya que durante la danza sus energías y su espíritu se conectará con el corazón de la tierra.

Una persona toca el tum, para acompañar el ritual previo a cortar el árbol. Foto de Pedro Sac

“La presentación del Palo Volador no es un juego, el hombre deberá de cuidarse de su mujer durante 40 días antes del baile, ya que su espíritu se conectará con la madre tierra”, añadió.

También instó a la juventud local para aprender esta práctica y que continúen con la tradición ancestral.

La tradición del Palo Volador

La danza del Palo Volador se remonta al Popol Vuh, el libro sagrado de los K’iche’. Según el libro, Ixb’alamke y Junajpú al enfrentar a sus hermanos Jun B’atz’ y Jun Ch’owen, quienes recelaban de ellos, los alzaron hasta las ramas más altas de un árbol.

Este árbol comenzó a crecer y crecer, tanto, que a Jun B’atz’ y Jun Ch’owen les fue imposible bajar al suelo. En esa frondosa altura, los dos hermanos se transformaron en monos de rostros negros.

El Palo Volador se practica en tres municipios de Guatemala. Además de Chichicastenango, se realiza en Cubulco, Baja Verapaz, del 23 al 27 de julio, en honor a Santiago Apóstol, y en Joyabaj, Quiché, del 21 al 28 de agosto, en honor a San Bartolomé.

Ahora, San Pedro la Laguna, busca retomar la tradición.

Lee más detalles acá:

Chichicastenango celebra el solsticio de invierno con el ancestral Palo Volador

*Con fotos y videos de Pedro Sac

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