Créditos: En San Juan Comalapa se presentó el primer convite femenino en el marco de su feria patronal. Foto Joel Solano
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Durante varios meses jóvenes mujeres de San Juan Comalapa y otros pueblos trabajaron para realizar un convite femenino que busca empoderar a las mujeres en diferentes espacios como el arte y honrar a sus ancestras.

Es la primera vez que se presenta un convite femenino en la feria del municipio que contó con la participación de mujeres Q’eqchi’, Xinkas y K’iche’.

Por Joel Solano

La feria de San Juan Comalapa, Chimaltenango, contó el pasado 21 de junio con un convite conformado por 60 mujeres provenientes de diferentes pueblos y departamentos con el objetivo de honrar el trabajo de las ancestras, que a lo largo de los años les enseñaron sobre la importancia de las raíces y el simbolismo de la indumentaria maya.

Ch’umilkaj Nicho, una de las organizadoras del primer convite femenino, cuenta que la idea inició hace unos años, pero hasta este año lograron realizarlo. La dinámica de convocatoria tiene el objetivo de generar un espacio para que las participantes liberen sus emociones por la identidad y por San Juan Comalapa.

Además, el proyecto busca que las mujeres puedan identificarse desde la alegría y la resiliencia a través del trabajo comunal.

Es la primera vez que se realiza un convite femenino en San Juan Comalapa. Foto Joel Solano
Las calles de San Juan Comalapa se llenaron de color. Joel Solano
Participaron mujeres de varios departamentos y pueblos. Foto Joel Solano
El primer convite femenino buscó honrar a las ancestras. Foto Joel Solano

Según contó Nicho, en San Juan Comalapa nunca ha habido un convite de mujeres como sí lo hay en los departamentos de Quiché, Sololá que rompieron esquemas.

“No solo con mujeres de Comalapa, buscamos realizar un espacio inclusivo, para la interculturalidad que hay en este país, hay hermanas Q’eqchi’, mujeres de Quiché, mujeres Xincas. Esa diversidad la abrazamos a través de una coreografía, que significa el valor del tejido por el movimiento que hoy decidimos hacer por el calendario y el solsticio”, afirmó.

El convite femenino lo integraron mujeres de San Juan Comalapa, San Martín Jilotepeque, San Andrés Itzapa, Chimaltenango, Sumpango Sacatepéquez, Chiquimulilla, Santa Rosa, ciudad de Guatemala, Quezaltenango, Sololá, San Andrés Semetabaj, Chichicastenango y Alta Verapaz.

“Las mujeres hoy hemos roto barreras y miedos”, manifestó Ch´umilkaj al referirse que los espacios públicos “son nuestros” pero además, el convite también es un homenaje para las abuelas que han hecho el trabajo del arte en los textiles.

Las participantes posan para los medios de comunicación. Foto Joel Solano
La convocatoria para el próximo convite iniciará desde este año. Foto Joel Solano

“Mucho de nuestros güipiles que portamos, fueron tejidos por nosotras, nuestras madres o por nuestras propias abuelas, por eso es una forma de poder abrazar nuestra identidad que nos caracteriza como mujeres de este país”, agregó.

La convocatoria para realizar el próximo convite iniciará a partir de este año ante la buena recepción de las participantes en esta primera edición. “No solo es un convite, es un espacio también de empoderamiento y resiliencia de las mujeres mayas”, indicó Nicho.

Un espacio de hermandad cultural

Yamanik Pablo y Kelin Pen, ambas provenientes de Huehuetenango y San Marcos, contaron que durante cinco meses tuvieron ensayos y el pasado 21 de junio al haber realizado la presentación las llenó de felicidad, pero también de empoderamiento.

“Esta danza es un espacio de hermandad entre culturas donde se comparte alegría. No solo es un espacio de baile si no que nos abre otros espacios porque en oportunidades no ven bien que la mujer se exprese. Debemos construir espacios como estos para las mujeres”, agregó Yamanik Pablo.

En tanto, Kelin Pen, contó que ser integrante de un convite femenino no solo es danzar. La organización del evento representó desafíos.

Quema del tradicional torito por la danzante Yutzil Pablo. Foto Joel Solano

El convite concluyó con la quema del tradicional torito que suele ser quemado por hombres. Sin embargo, la danzante Yutzil Pablo, fue la encargada de realizar la danza y quema de pólvora. Para las organizadoras del convite femenino, el acto de cierre también rompió el paradigma que solo los hombres llevan en hombros al torito.

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