Analy Girón: “La memoria, el arte y la creatividad son herramientas de lucha contra la LGBTIQ+fobia

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Créditos: Ruda
Tiempo de lectura: 6 minutos

 

Analy Girón es una mujer cisgénero bisexual. en entrevista con ruda habló sobre la lgbtiq+fobia, los espacios seguros y el trabajo que realiza en vidas paralelas, una organización de mujeres lesbianas y bisexuales que trabajan en Quetzaltenango para reivindicar el cumplimiento de sus derechos humanos y obtener justicia social.

Por Violeta Cetino

Las mujeres lesbianas y bisexuales de Quetzaltenango cuentan con Vidas Paralelas, un espacio seguro, que promueve experiencias que les provocan bienestar y sanación, fortaleciéndose como mujeres diversas y a la vez, como colectividad.

Esta organización facilita la formación ciudadana que procura condiciones para la generación de un pensamiento crítico, indispensable para empoderar a las mujeres diversas en la vivencia plena de su sexualidad y ciudadanía, incluso en contextos adversos, estigmatizantes y discriminatorios.

Las mujeres lesbianas y bisexuales se enfrentan a la vulneración de sus derechos, a la violencia física, psicológica y sexual, poniendo en riesgo su integridad. La homofobia y lesbofobia se convierten en barreras para el acceso al disfrute de sus derechos, como la salud, educación, empleo y participación política.

De acuerdo con el Informe Anual del Observatorio de Derechos Humanos y Violencias por Orientación sexual e identidad de género “Procesos de Alteridad la Construcción del otro en Guatemala”,realizado por la Asociación LAMBDA, 36 personas LGBTIQ+ fueron asesinadas en Guatemala en 2024 por motivos presuntamente relacionados con su orientación sexual, identidad y/o expresión de género. De esas 36 víctimas, cuatro eran mujeres lesbianas.

En este contexto, Analy Girón, mujer cisgénero (persona cuya identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer) bisexual (que se siente atraída tanto por hombres como por mujeres), compartió con Ruda lo indispensable que se hace el reconocimiento de las violencias que vive específicamente esta población y lo necesario que es generar condiciones para la vivencia de sus derechos humanos. 

¿Qué es la transfobia, homofobia y bifobia?

Desde un enfoque feminista interseccional, que describe todas las formas de violencia estructural que podemos encontrar, son las prácticas que buscan en definitiva castigar las identidades y orientaciones sexuales y de género que salen de la heteronorma (legitimar a la heterosexualidad como la única orientación sexual aceptada social y culturalmente), como parte del pacto patriarcal donde podemos encontrar todas las opresiones.

Homofobia es la discriminación hacia las personas homosexuales y afecta profundamente a mujeres lesbianas, cuya orientación es invisibilizada o hipersexualizada. La bifobia es el prejuicio contra personas bisexuales que niega la orientación sexual y hace acusaciones de confusión o promiscuidad. Y transfobia, es lo más visible por las expresiones de género que incomodan mucho y se centra en la violencia contra hombres y mujeres trans.

¿Por qué las lesbianas son más invisibilizadas?

Los contextos conservadores ayudan a reforzarlo. En espacios como centros médicos no existe esta opción de tener atención especializada para mujeres lesbianas y bisexuales, entendiendo las necesidades específicas.

En centros educativos tampoco hay una atención a la orientación sexual si esta no entra dentro de la heteronorma.

¿Cuáles son los principales ataques que reciben las mujeres lesbianas y bisexuales en Guatemala y en Xela?

Particularmente en Xela, la violencia sexual correctiva o amenazas con este fin así como exclusión de las familias en entornos comunitarios con justificaciones religiosas son algunos de los ataques.

Además, la invisibilización de las relaciones, sobre todo en instituciones médicas, educativas y laborales. Las mujeres lesbianas que tienen una expresión de género más masculina sufren mucha más violencia por cómo se ven.

Seamos mujeres lesbianas o bisexuales, por el hecho de ser mujer sufrimos acoso callejero, y más si estamos con nuestra pareja, siendo hipersexualizadas. También la censura y criminalización cuando se participa en espacios públicos con expresiones de afecto o demandas de derechos, eso incomoda.

En contextos indígenas y rurales, mujeres lesbianas o bisexuales enfrentan el doble de marginación por género u orientación sexual dentro de estructuras comunitarias que son profundamente patriarcales.

¿Qué es la violencia sexual correctiva?

Es un abuso sexual con el pensamiento de que aplicándolo “se va a curar el ser lesbiana”. Es obligarte a que suceda una violación con el objetivo de “corregir” tu orientación sexual.

Se da más en contextos religiosos, que tiene conexión con la familia. La familia al identificar que la orientación sexual de una de sus integrantes no está apegada a la heteronorma, toma como primera opción buscar iglesias donde solicitan el apoyo para hacer estas “correcciones” de orientación sexual.

Existen campamentos, retiros, donde realizan este tipo de violencias que nacen de la religión, que se crean allí, donde se realiza violencia sexual “correctiva”, ejercida por líderes religiosos y por propios miembros de la familia.

Hablemos sobre lesbofemicidios 

Es un crimen de odio, un homicidio a raíz de que una mujer es lesbiana o bisexual. Estos crímenes están impulsados por el odio y la homofobia que se tiene contra personas que viven una orientación distinta a la que se espera, o a la que la norma dicta.

Los crímenes de odio contra las mujeres lesbianas y bisexuales en los últimos años ha aumentado. En Quetzaltenango existen varios casos.

¿Cómo afecta la homofobia la vida de las mujeres lesbianas?

La homofobia se convierte en una barrera para el acceso a los derechos como la salud, la educación, el empleo y la participación política.

Se oculta la orientación sexual por miedo a represalias o a sufrir violencia; las mujeres lesbianas no acceden a servicios de salud sexual y reproductiva adecuados. Sufren deterioro de la salud mental al no poder encontrar un espacio seguro para tomar terapia, porque muchos profesionales de la salud mental imponen sus creencias personales ante el trabajo profesional.

El deterioro de la salud mental se da por el miedo, la vergüenza, la soledad, o no encontrar espacios seguros que puedan apoyar. Las mujeres son forzadas a vivir en ambientes donde no pueden ser ellas mismas, lo cual limita su desarrollo personal y profesional.

Además, la homofobia invisibiliza el derecho al placer, al amor y a la libertad de vivir vínculos afectivos sin culpa. Nos obligan a mantenernos constantemente ocultas, constantemente en alerta.

Vidas Paralelas tiene la bandera contra la violencia simbólica: el ser visibles, el no ocultarnos, el existimos, el nos nombramos, tomamos los espacios, y eso incomoda.

¿Qué necesita una mujer lesbiana y bisexual para hacerle frente a estas violencias?

No existe una respuesta concreta alrededor de la pregunta. Es algo poco sostenible lo que se necesita: condiciones estructurales y comunitarias para resistir y sanar. También redes de apoyo seguras entre pares, como intergeneracionales.

Necesitamos educación sexual integral que valide las orientaciones sexuales como prioridad, y las experiencias de cada mujer. El acceso a la justicia con perspectiva de género y diversidad, que se reconozcan las violencias específicas que se viven.

Espacios de autocuidado colectivo donde se pueda expresar y construir una identidad sin miedo. Que se rompa con estigmas y narrativas de odio, y sobre todo vivir una identidad sin tener que justificarla o defenderla constantemente, sin tener que explicar las maneras en las que amamos.

¿Qué es un espacio seguro y qué condiciones debe reunir?

Es aquel donde las mujeres que forman parte de las disidencias sexuales (manifestaciones de sexualidad que cuestionan la heteronorma y la matriz heterosexual) puedan ser, sentir y expresarse libremente sin miedo a la violencia, al juicio o a la exclusión.

Las condiciones son básicas, nada fuera de lo posible: respeto a las orientaciones y disidencias sexuales, vivir en entornos donde no exista discriminación, protocolos claros sobre el acoso y las violencias dentro de un mismo espacio.

Crear acuerdos de convivencia, como en nuestros espacios. ¿Cómo se logra? Con conversaciones y con límites. Como mujeres podemos tener conductas machistas como producto de los entornos donde crecimos, no es nuestra culpa, pero sí nuestra responsabilidad deconstruirnos.

La presencia de liderazgos visibles de mujeres lesbianas y bisexuales, ser la representación de algo que nos pueda hacer sentir mejor y libres.

Es muy importante mantener el compromiso activo y constante con la interseccionalidad, entendiendo que el clasismo, el racismo y la lesbofobia pueden cruzarse, pueden mezclarse, y por eso hay que entendernos como seres interseccionales.

Qué acciones ha tomado Vidas Paralelas para frenar la homofobia?

Realizamos talleres y procesos formativos sobre sexualidad, autonomía y derecho al placer, dirigidos en específico a mujeres lesbianas y bisexuales. Campañas de visibilidad en redes sociales y espacios públicos rompiendo mitos, creando contenido desde y para mujeres diversas.

Investigación y sistematización de experiencias sobre salud sexual y reproductiva, específicamente con mujeres lesbianas y bisexuales, visibilizando las barreras al acceso a la salud, o las identificadas a partir de la falta de salud sexual integral.

Actividades artísticas y creativas para construir memoria identidad y resistencia frente al odio.

Algo bien importante de mencionar es que la memoria, el arte y la creatividad son herramientas de lucha. La lucha contra la LGBTIQ+fobia no solo es denunciar, sino mantener viva la memoria, nombrando a las personas que ya no están debido a crímenes de odio, a discriminación, a homofobia.

Para consultar los datos proporcionados por el Observatorio de Derechos Humanos y Violencias por Orientación Sexual e identidad de Género sobre la LGBTIQ+fobia, da clic en el siguiente enlace:

https://drive.google.com/file/d/1IT4p0oGOJ_Zq0oLvWejoBw9yUCMJCSvu/view

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