Medios de comunicación locales señalaron el asesinato del periodista Carmen Ismael Alonzo González es una muestra más de cómo la falta de protección y justicia para los periodistas permite que estos actos de violencia sigan ocurriendo; asociaciones de prensa internacionales añadieron que “la labor periodística en Guatemala se ha vuelto una amenaza latente para la democracia y defensa de los derechos humanos”.
Por Prensa Comunitaria
El periodista comunitario, Carmen Ismael Alonzo González, falleció de forma violenta la noche del 21 de marzo cuando tomaba aire fresco, como acostumbraba, en las afueras de su casa, en el caserío Santa Fe, Coatepeque, Quetzaltenango. Según el testimonio de sus familiares, solo escucharon detonaciones de armas de fuego y gritos de los vecinos.
Carmen Ismael Alonzo González tenía 27 años. Deja en la orfandad a cuatro menores de edad, 2 niñas y 2 niños.
Ismael Alonzo era gerente general de Producciones Alonzo, desde donde trabajaba temas diversos de orden local, según se puede apreciar en su página de Facebook. Una de las últimas publicaciones, previo a su muerte, se refiere a un hecho de tránsito, ocurrido el 19 de marzo, en el que le fue retenido un vehículo por no portar tarjeta de circulación y ser conducido por un menor de edad; una nota anterior anuncia la llegada del abono, por parte del Ministerio de Agricultura y en otra, del 15 de marzo, entrega 1 400 quetzales, recaudados para sufragar los gastos médicos de un joven necesitado.

“La última vez que lo vi fue cuando viajamos a la ciudad capital, para recibir un curso impartido por la Asociación de Periodistas de Guatemala (APG), de la que era asociado, pero nada más; no volví a saber de él”, dijo Ferdy Espinoza, actualmente presidente de Asociación de Periodistas y Comunicadores de Sur Occidente (APCSO).
Alonzo colaboró con Despertar Occidental durante aproximadamente 3 años, pero se alejó del medio desde diciembre pasado. Mantenía su labor de comunicación en su medio. Ni la esposa ni los hermanos y hermanas tenían conocimiento de alguna amenaza en su contra, sin embargo, la noche del viernes los desconocidos que lo atacaron le dispararon directamente a la cabeza, subrayó Espinoza.
Un recordatorio sombrío
En la página oficial de Facebook de Despertar Occidental fue publicado un artículo en el que se destaca que el asesinato de Alonzo fue un acto “que no solo arrebató una vida, sino que también intentó silenciar una voz comprometida con la transparencia y la justicia”.
Despertar Occidental aborda notas de tipo cultural, religiosas, deportivas, así como nota roja, dijo Espinoza a Prensa Comunitaria. Agregó que el periodista Alonzo enviaba información de ese tipo, en formato de radio.
“El asesinato de Ismael Alonso, periodista del Parcelamiento Chiquirines, es un recordatorio sombrío de los riesgos que enfrentan quienes dedican su vida a informar y buscar la verdad. Este crimen no es un hecho aislado; es parte de un patrón alarmante de violencia contra periodistas en diversas partes del mundo, donde informar se ha convertido en un acto de valentía y, en ocasiones, en un delito castigado con la muerte”, indica el artículo de Despertar Occidental.
El caso de Ismael Alonzo es una muestra más de cómo la falta de protección y justicia para los comunicadores permite que estos actos de violencia sigan ocurriendo. Las autoridades tienen la obligación de garantizar la seguridad de los periodistas y de investigar con rigor estos crímenes, subraya el comunicado.
El asesinato de Ismael Alonzo debe ser una llamada de atención para todos. No podemos permitir que el miedo silencie a quienes buscan la verdad. Es responsabilidad de las autoridades, pero también de la sociedad en su conjunto, defender el derecho a informar y a ser informados. La protección de los periodistas no es solo un acto de justicia hacia ellos, sino una defensa de los principios democráticos que nos sostienen como sociedad, concluye.
Por su parte, la Asociación de Prensa Ciudadana Nacional e Internacional (APC), de la que también formaba parte el periodista Ismael Alonzo, exigió la inmediata captura de los actores del crimen y añadió que “la labor periodística en Guatemala se ha vuelto una amenaza latente para la democracia y defensa de los derechos humanos”.

La APC señala en su escrito, que el periodismo es una profesión “que no les gusta a los delincuentes de cuello blanco cuando se exponen actos de corrupción e impunidad; no podemos permitir que silencien a quienes buscan llevar la información apegados a la verdad”, indica.
El sepelio
El cortejo fúnebre con los restos del periodista Ismael Alonzo fue acompañado por varios cientos de personas, entre familiares, amistades y vecinos que lo apreciaban. El funeral se llevó a cabo este domingo 23 de marzo. Durante las honras fúnebre los periodistas, Manuel Cifuentes Betancourt y Óscar Quiroa, lamentaron su muerte y exigieron a las autoridades el esclarecimiento del crimen; además, enaltecieron la labor informativa del comunicador fallecido, quien se había capacitado para ello.

Prensa Comunitaria buscó más información con autoridades locales, pero no fue posible obtenerla; en la Gobernación departamental de Quetzaltenango se indicó que la única persona autorizada era el coronel David Covar, asesor de seguridad, pero fue imposible localizarlo. De igual forma, en los números registrados por la Policía Nacional Civil (PNC), de la ciudad de Quetzaltenango y de Coatepeque, no fueron atendidas las llamadas.