Con esposas en las manos, cadenas en la cintura y en los pies, cientos de migrantes guatemaltecos han sido deportados desde Estados Unidos en vuelos militares, un proceso que refuerza la criminalización de la migración. Bajo la administración de Donald Trump, las expulsiones masivas se han endurecido, dejando a los retornados en una situación de extrema vulnerabilidad al llegar a Guatemala.
Por Prensa Comunitaria
Las deportaciones masivas de personas que migraron a Estados Unidos se han intensificado en los primeros días de la administración de Donald Trump. Este lunes 27 de enero, tres vuelos arribaron a Guatemala con un total de 265 personas retornadas, según el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM). De estos vuelos, dos fueron militares, provenientes de El Paso, Texas; y Tucson, Arizona, mientras que el tercero fue un vuelo comercial desde El Paso.
Según el Instituto Guatemalteco de Migración, 3,297 migrantes han sido retornado al país entre el 2 de enero y el 24 de enero, de las cuales 2,879 llegaron vía aérea procedentes de Estados Unidos; el resto llegaron deportados vía terrestre desde México.
El uso de aviones militares para deportaciones no es un procedimiento habitual y ha generado preocupación entre las organizaciones de derechos humanos, que señalan que este tipo de operativos refuerzan la narrativa de criminalización hacia las personas migrantes.

Para Úrsula Roldán, especialista en desarrollo rural y migraciones “las deportaciones son una realidad y una política generalizada, pero lo que aún no está claro es la magnitud de lo que podría suceder con las nuevas políticas del presidente Trump, quien ha amenazado con deportaciones mucho más severas, que se realizarán no solo en las fronteras, sino también dentro de Estados Unidos”.
Las imágenes difundidas por el gobierno de Estados Unidos con fines propagandísticos para promover las políticas del presidente Trump, muestran a los deportados abordando un avión militar, con grilletes en las manos y cadenas en la cintura y los pies, un trato que normalmente se reserva para criminales. “Promesas hechas. Promesas cumplidas”, publicó en la red social X, Karoline Leavitt, vocera de la Casa Blanca.
U.S. Soldiers and Marines have deployed to the Southern Border to help protect our homeland and national security.
Promise Made. Promise Kept. pic.twitter.com/ADWH2sp3Q5
— Karoline Leavitt (@PressSec) January 28, 2025
“Es importante pensar que estas narrativas de criminalización de la movilidad humana también afectan a las personas que tendrán que enfrentar discursos de odio o campañas en redes sociales con características racistas y discriminatorias”, dijo a Prensa Comunitaria Gabriela Oviedo, coordinadora del equipo de movilidad humana del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL).
Con la llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unidos y la amenaza de deportaciones masivas, las cifras de migrantes retornados se podría ver incrementada. En 2024 se reportó el retorno de 73 mil 840 migrantes guatemaltecos, 60 mil 672 desde Estados Unidos, mientras que en 2023 fueron 75 mil 615; de esta cifra 54 mil 32 deportados a Guatemala.
Militarización de las deportaciones y criminalización de los migrantes
Las deportaciones masivas se producen en el contexto de la implementación de políticas migratorias más agresivas por parte de la administración Trump, quien ha prometido ejecutar “la mayor deportación en la historia de Estados Unidos”. Como parte de esta estrategia, el gobierno estadounidense ha flexibilizado las restricciones que impedían al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) realizar detenciones en “locaciones sensibles”, como iglesias, hospitales y escuelas, lugares que tradicionalmente se consideraban seguros para los migrantes.
“El viernes iniciaron los vuelos por parte del gobierno de Estados Unidos y vinieron vuelos militares. Este tipo de dinámica se va a seguir observando, y estamos en una negociación directa, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y la embajada de Estados Unidos, para coordinar el retorno de estas personas”, señaló Danilo Rivera, director del Instituto Guatemalteco de Migración.
Comenzaron los vuelos con retornados de Estados Unidos 🚨✈️
El director del Instituto Guatemalteco de Migración, Danilo Rivera, informó que el viernes 24 de enero comenzaron los vuelos con retornados de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, utilizando aviones… pic.twitter.com/SZ8HmFOWSH
— Prensa Comunitaria Km169 (@PrensaComunitar) January 27, 2025
Sin embargo, la preocupación no solo radica en el aumento de deportaciones, sino también en la manera en que estas se están ejecutando. La retórica del presidente Trump ha estado marcada por la criminalización de los migrantes, a quienes ha calificado como “salvajes, animales y delincuentes”. Este discurso ha servido para justificar políticas de persecución que no solo afectan a quienes recién cruzan la frontera, sino también a aquellos que llevan años viviendo en Estados Unidos, muchos de ellos con familias establecidas y vínculos laborales en ese país.

Consecuencias humanitarias del retorno forzado
El retorno masivo de migrantes guatemaltecos plantea serios desafíos humanitarios. Al llegar al país, muchos deportados enfrentan un panorama incierto: sin empleo, sin acceso a servicios básicos y, en algunos casos, en riesgo de violencia si huyen de amenazas en sus comunidades de origen.
Organizaciones de derechos humanos han advertido que las condiciones en las que se realizan estas deportaciones violan estándares internacionales de protección a los migrantes. “Este tipo de expulsiones colectivas están prohibidas bajo los estándares internacionales de derechos humanos. Lo que estamos viendo son procesos de expulsión colectiva, sin debido proceso, sin la posibilidad de acceder a estos derechos, lo que vulnera principios internacionales como la prohibición de la no devolución en algunos casos”, señaló Oviedo.
Por su parte, el gobierno de Guatemala ha informado sobre la implementación del plan “Retorno al Hogar” para atender a las personas guatemaltecas retornadas, proporcionando ayuda humanitaria y disponiendo de albergues para quienes lo soliciten.
Para Roldán, será necesario un apoyo muy grande por parte del gobierno de Guatemala para atender la situación de los retornados. “Ya se ha lanzado un plan de albergues, pero aún queda la interrogante sobre cómo se dará la integración en términos socioeconómicos”, señaló.
El endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos y la criminalización de los migrantes no solo incrementan la vulnerabilidad de quienes intentan buscar mejores oportunidades, sino que también tendrá un impacto directo en la economía guatemalteca. La población migrante en Estados Unidos es una de las principales fuentes de remesas para el país, representando aproximadamente el 20% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2024, según datos del Banco de Guatemala (Banguat).
“En términos de remesas, habrá un impacto, quizá no en los primeros meses, ya que las personas posiblemente enviarán ahorros previendo las deportaciones, pero a mediano y largo plazo sí se sentirán grandes repercusiones”, dijo Úrsula Roldán.
El uso de vuelos militares y la intensificación de las deportaciones marcan una nueva fase en las políticas migratorias de Estados Unidos, en las que los migrantes son tratados como una amenaza a la seguridad nacional. Organizaciones de derechos humanos insisten en que este tipo de medidas no solo violan la dignidad de los migrantes, sino que también ignoran las causas estructurales que obligan a miles a abandonar sus países de origen.