En San Juan Ixcoy, Huehuetenango, la población maya Q’anjob’al celebra un ritual ancestral para lavar las prendas usadas por la Autoridad Ancestral, marcado por música, tradición y unidad. A través de este acto se preserva una costumbre profunda que enfrenta desafíos para su conservación y transmisión a las nuevas generaciones.
Por Kaxhin Tz’ikin
Fotos de Mekel Tz’ikin
Cada año, en el municipio de San Juan Ixcoy, Huehuetenango, se lleva a cabo un acto significativo para la población maya Q’anjob’al. Se trata del lavado ceremonial de las prendas utilizadas por la Autoridad Ancestral o Alcaldía Indígena, un ritual que marca el final de un año de servicio ad honorem de la autoridad ancestral, en este caso, de doña María Jacinto Raymundo.
La ceremonia tiene lugar en el lugar conocido como Titx’o’, en la aldea Yichwitz, hoy conocida como aldea Pie de la Cuesta. En la mañana del evento, hombres y mujeres, tras los preparativos en sus hogares, se reúnen para iniciar la actividad en el río A’ Pilin Xhun, ubicado en Titx’o’, donde se lavan y secan las vestimentas de la autoridad ancestral. Este río, que ha sido el sitio tradicional de la ceremonia desde hace más de 12 años, reemplazó el antiguo lugar en el nacimiento Mulajlaq, que fue cerrado en el pasado.
#SanJuanIxcoy En Oyeb’ Tx’o’ Konob’ (San Juan Ixcoy), al ritmo del tun y la chirimía se espera el cambio de la nueva autoridad ancestral principal
Es así como doña María Jacinto Raymundo se despide de su función como autoridad, quien asumió el cargo durante dos años… pic.twitter.com/7vxwZppoLG
— Prensa Comunitaria Km169 (@PrensaComunitar) January 1, 2025
Instrumentos y comunidad
A lo largo de todo el proceso, el tambor y la chirimía, instrumentos sagrados de la espiritualidad Maya, acompañan el ritual. Las prendas son lavadas, exprimidas y tendidas en la naturaleza, esperando que el aire y el sol las sequen. Mientras se lleva a cabo la ceremonia, niños juegan y los adultos, especialmente los abuelos, comparten historias y charlan.
Las bombas, que suenan con fuerza desde los cuatro puntos cósmicos, marcan el ritmo de la actividad. Quienes conocen la tradición, siguen el ritmo de la ceremonia desde sus hogares, transmitiendo el sonido de las bombas como señal de que el ritual está en marcha.
Antes de iniciar el lavado, las autoridades realizan una ceremonia en la casa de la autoridad ancestral, un acto sagrado que prepara las prendas para el lavado ritual. Durante el evento, se comparte Pichi’, una bebida tradicional hecha a base de cacao, semillas de zapote y otros condimentos. Al finalizar el ritual, los participantes regresan a la casa de la autoridad ancestral para compartir un almuerzo.
Al concluir el lavado, las prendas secadas son entregadas con un ritual en la casa ceremonial. Las bombas y el incienso llenan el aire, mientras el tambor y la chirimía guían la procesión. En la tarde se realiza un acto final en el que las prendas usadas durante el servicio son entregadas a los familiares y aquellos que han desempeñado el cargo en el año, como un símbolo de agradecimiento y recuerdo.
El futuro de la tradición
Aunque esta práctica ancestral es vital para la población, enfrenta desafíos, especialmente los relacionados con las nuevas generaciones. Según don Domingo Bernabé Escobar, coordinador general de la Autoridad Ancestral, muchos jóvenes no reciben formación sistemática sobre estas costumbres debido al rechazo de algunas influencias religiosas. Sin embargo, existe un creciente interés por parte de la juventud cuando se les transmite la tradición.
La preocupación por la conservación de esta tradición es real. Si bien es impulsada principalmente por los mayores y apoyada por adultos y jóvenes, no existen mecanismos sistemáticos de enseñanza para garantizar su continuidad. Desde la Autoridad Ancestral, especialmente desde la Junta Directiva, se reconoce la necesidad de proyectos que fortalezcan esta tradición, aunque aún no se han encontrado fuentes de financiamiento para su desarrollo.
Este acto ritual no solo refleja la conexión profunda de la comunidad con sus raíces y su espiritualidad, sino que también enfrenta el desafío de preservar una tradición en un mundo que cambia rápidamente. La Autoridad Ancestral de San Juan Ixcoy continúa luchando por mantener viva esta práctica, esperando que las futuras generaciones comprendan y valoren la riqueza cultural que representan estos actos.