Por Katherine Pennacchio vía LaTam Jourmalism Review
La historiadora y periodista guatemalteca Quimy De León buscaba una manera de cambiar la forma en la que las mujeres, juventudes y pueblos indígenas eran representados en los medios de comunicación.
En 2012, en medio de una acción colectiva frente al extractivismo minero en una pequeña provincia en el Altiplano guatemalteco, fundó Prensa Comunitaria: una agencia de noticias alternativa especializada en temas de medio ambiente y derechos humanos.
“El periodismo comunitario es una de las corrientes que quiere hacer justicia a estos sujetos que han estado históricamente marginados o fuera de la historia, de los medios y del periodismo”, dijo de León a LatAm Journalism Review (LJR).
En Prensa Comunitaria, las autoridades indígenas, los sindicalistas, las enfermeras, los obreros y obreras, los campesinos y campesinas se consideran fuentes importantes de referencia y son tratados como los protagonistas de sus propias historias.
Las publicaciones de Prensa Comunitaria se centran en la movilización comunitaria en el ámbito social, cultural y político; así como la memoria, la historia, la violencia contra las mujeres y los feminismos.
De acuerdo a de León, su equipo no buscan contraponer opiniones enfrentadas sino más bien apostar por la riqueza de voces. “Todas las personas tenemos una opinión y tenemos algo que decir sobre los problemas que nos aquejan”, dijo la periodista.
Prensa Comunitaria, en la actualidad, cuenta con 100 corresponsales alrededor de Guatemala y un equipo central de 16 personas. En 2017, como extensión del trabajo que venían haciendo, lanzaron Ruda, una revista digital feminista dedicada a los derechos sexuales y reproductivos.
Criminalización del periodismo en Guatemala
En los últimos años, periodistas y organizaciones defensoras de la libertad de expresión han mostrado su preocupación por las amenazas, la violencia y la criminalización contra la profesión periodística en Guatemala.
De León y su equipo no han sido ajenos a ello. Periodistas de Prensa Comunitaria han sufrido agresiones, golpes y robo de equipos cubriendo manifestaciones o noticias locales.
Además, representantes del medio han sido citados por el Ministerio Público de Guatemala por su cobertura del caso relacionado a la toma de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), en 2022, como protesta al proceso de elección de las autoridades universitarias.
También varios periodistas comunitarios acreditados por Prensa Comunitaria han enfrentado criminalización por sus reportajes sobre operaciones extractivas en territorios indígenas, corrupción o violación de derechos humanos.
El 18 de septiembre de 2014, la periodista indígena y corresponsal de Prensa Comunitaria Norma Sancir fue detenida cuando se encontraba documentando el desalojo de una comunidad indígena en la zona fronteriza entre Guatemala y Honduras. Su encarcelamiento duró cinco días. Nueve años pasaron para que tres agentes y un comisario involucrados en su detención fueran procesados por abuso de autoridad.
Pero Sancir no ha sido la única periodista de Prensa Comunitaria detenida por autoridades.
“Entre 2016–2019, cinco de nuestros periodistas estuvieron detenidos por no más de dos meses”, dijo de León. “Las empresas transnacionales o extractivas tienen mucha impunidad en países como Guatemala”.
A pesar de las constantes agresiones, durante 2023 fue la primera vez que Prensa Comunitaria tuvo que sacar al exilio a miembros de su equipo. Según cifras que compartió el colectivo Nos Nos Callarán a LJR alrededor de 25 periodistas de ese país han tenido que exiliarse, entre los años 2020 y 2023.
“Hay tres compañeros nuestros en el exilio, ellos habían sido reporteros en elPeriódico y tras su cierre vinieron a trabajar con nosotros. Estando aquí se enteraron que estaba vinculados al proceso penal contra elPeriódico”, dijo de León. Ellos son Alexander Váldez, Ronny Ríos y Cristian Véliz.
elPeriódico cerró en mayo de 2023 después de casi 27 años de existencia luego de que su presidente y fundador, José Rubén Zamora, fuera acusado de los presuntos delitos de lavado de dinero, tráfico de influencias y chantaje. Zamora sigue en prisión aunque su sentencia fue revocada y numerosas organizaciones han señalado irregularidades en su juicio.
“Al tener reporteros fuera de Guatemala las circunstancias cambian. Nos preocupa la seguridad de todo el equipo tanto físico como emocional”, dijo de León. “Hay un deterioro paulatino del modelo del sistema democrático en nuestro país y eso ha sido bastante complejo para toda la prensa independiente”.
Para contrarrestar esta situación, Prensa Comunitaria cuenta con un programa interno de autocuidado y protección a periodistas comunitarios donde se da acompañamiento, seguimiento y monitoreo de la seguridad de su equipo. Según de León, esto es posible gracias a alianzas con diversas organizaciones de derechos humanos a nivel nacional e internacional.
Otros retos del periodismo comunitario
Prensa Comunitaria está posicionado como el quinto medio con más presencia en el imaginario de noticias en Guatemala, con más de 4.3 millones de interacciones en el primer trimestre de 2024. Esto según un análisis interno del medio donde se midieron y compararon las interacciones de diferentes plataformas digitales guatemaltecas.
“Los números hablan del enorme y arduo trabajo periodístico que hemos hecho en los últimos años y la buena recepción de nuestro trabajo”, dijo a LJR Juan José Guillén, del equipo de redes sociales de Prensa Comunitaria.
“Sobre el número de lectores mensuales, a través de Google Analytics hemos contabilizado más de 2.2 millones de visitas en lo que va del 2024, 76 mil visitas al portal en los últimos 30 días y más de 1.4 millones de búsquedas orgánicas de nuestro sitio en el último año”, agregó.
Aún así, los periodistas de Prensa Comunitaria todavía luchan con el racismo y la discriminación.
“Los periodistas comunitarios, en su mayoría pertenecientes a grupos indígenas, no son considerados periodistas, no solo por el hecho de no tener un título universitario sino porque ni siquiera a veces se les considera personas”, dijo de León.
Según lo describe de León, el periodismo comunitario es un periodismo de resistencia ejercido por los propios ciudadanos sobre temas que afectan sus comunidades de forma directa.
Hay “comunidades indígenas o poblaciones en zonas rurales que tienen una identidad y que a través de la comunicación quieren contar sus historias y hablar sobre las temáticas que les interesan y preocupan”.
Otro de los retos que enfrenta Prensa Comunitaria es la sostenibilidad. El medio utiliza la mayoría de sus recursos para pagar a sus periodistas y corresponsales y se mantiene a través de grants, apoyo de filantropía o cooperación internacional. Es decir, su funcionamiento es de organización no gubernamental (ONG).
Esto los hace ser blanco de un posible uso de la “Ley de ONG”, aprobada en Guatemala en 2020, que otorga al gobierno la potestad de quitarle el registro a una ONG sin necesidad de pasar por un tribunal, además de imponer sanciones a sus asociados cuando se considere que “utilicen donaciones o financiamiento externo para realizar actividades que alteren el orden público”.
A pesar de los retos, el mundo está volteando su mirada a Guatemala y al periodismo comunitario. de León recibió en septiembre el Premio Internacional de Libertad de Prensa 2024, otorgado por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ). Gracias a “su dedicación al periodismo de interés público y sus logros en el fomento de la inclusión de los medios de comunicación en todo el país”, dijo la organización en un comunicado de prensa.
Junto a de León, también fueron reconocidas mujeres periodistas de la Franja de Gaza, Rusia y Níger.
“Este premio reconoce en buena medida que se puede retribuir de lo local a lo global”, dijo de León. “Además, el hecho de estar premiada con otras tres mujeres es importante. Cuando vemos las nacionalidades de estas mujeres nos asusta y también indica cómo está el mundo y cómo las mujeres estamos contribuyendo a que sea un lugar mejor”.
*Publicado originalmente vía LaTam Jourmalism Review