“Todas las noches de luna que pasaba en la laguna con mi caña de pescar… no faltaba mi guitarra, fiel compañera de farra para ponerme a cantar: Tierra linda palenciana, vives en mi corazón, San Benito de Palermo mándale tu bendición”, Dulio Villagrán.
Por Wellinton Osorio*
La luna ha sido un elemento importante en la cultura y la identidad de la población de Palencia. Hace algunas décadas, fue la luna la que inspiró a don Dulio Villagrán a escribir algunos de los versos de una de las canciones más emblemáticas de Palencia, un municipio que pertenece al departamento de Guatemala. En esas noches de luna, don Dulio encontró inspiración para narrar parte de la cotidianidad de la población palenciana y describir la riqueza cultural y natural del municipio en su canción “Tierra linda palenciana”.
Para comprender el valor cultural que la luna tiene en las comunidades de Palencia, durante algunos meses de 2023, un equipo de investigación del Colectivo Chiviricuarta visitó a vecinos de las aldeas de la Yerbabuena, Plan Grande, Sanguayabá, La Concepción, Los Mixcos, el Paraíso y la zona urbana del municipio. Estos recorridos tuvieron como objetivo iniciar un proceso de investigación sobre la historia, la cultura y la identidad de la población.
En espacios de diálogo y reflexión, los vecinos compartieron que en las comunidades siempre se ha mantenido un profundo vínculo entre la luna, el modo de vida, la agricultura y la identidad palenciana. En aldeas como La Yerbabuena, Sanguayabá, El Paraíso y la zona urbana, se compartió la creencia arraigada de que el ciclo de vida está equilibrado entre dos lunas, una en cada extremo de la vida. Don Mónico Canté Catalán de La Yerbabuena menciona que “la misma luna con la que uno nace es la misma luna con la que uno muere”.
La luna pasa por diferentes fases a lo largo de su ciclo, desde la luna nueva hasta la luna llena y de regreso a la luna nueva. Así como la luna atraviesa este ciclo recurrente, la vida también experimenta ciclos de nacimiento, crecimiento, madurez y eventualmente, la muerte. Esta conexión entre los ciclos lunares y los ciclos de la vida es parte del conocimiento que muchas abuelas y abuelos conservan y comparten en las aldeas de Palencia.
En particular, en las aldeas de La Yerbabuena y El Paraíso, la luna es considerada el astro que equilibra la energía solar. Representa la energía reflejada del sol y desempeña un papel importante en la vida de los habitantes de Palencia, dictando los sistemas culturales y de vida. En estas dos aldeas, varios abuelos y abuelas conservan la creencia de que la energía de la luna ayuda a equilibrar la energía del sol, proporcionando estabilidad a la vida en el campo. Según esta creencia, la presencia de la luna influye en la vitalidad de los cultivos, ayudándolos a mantenerse y prosperar. Además, la luna sirve como guía para entender las festividades culturales de la aldea y determinar los momentos propicios para el progreso y la paz espiritual.
Don Viviano Ortiz, un abuelo agricultor del área urbana de Palencia, recuerda que sus antepasados utilizaban la luna como calendario lunar. Para ellos, trece lunas constituían un año, y un ciclo lunar equivalía a un mes. Esto lo combinaban con las cabañuelas para “calcular” cuál sería el mejor momento para sembrar y cosechar. Sin embargo, don Viviano comparte que, tristemente, los tiempos han cambiado debido a la crisis climática. Por ejemplo, las cabañuelas ya no se usan tanto porque el clima es muy cambiante, pero en su trabajo en la agricultura, él sigue guiándose por la luna para sembrar. “Mire, yo todavía siembro mi milpa en luna sazona para no tener problemas”, dice.
La luna en la agricultura
Al igual que don Viviano, muchos de los participantes en los talleres de investigación en las aldeas de Palencia son agricultores, y sus prácticas agrícolas se entrelazaban con la influencia lunar. En varias comunidades de Palencia, la luna nueva es conocida como “luna tierna”, mientras que la luna llena se denominaba “luna sazona”. Estas definiciones son vitales para entender las prácticas comunitarias en torno a la relación de la luna con la agricultura.
Según la sabiduría transmitida por los antepasados, la siembra de la milpa (maíz y frijol), café, flores y güisquil debe realizarse en luna sazona, de lo contrario, si se siembra en luna tierna, las plantas crecen desproporcionadamente y no dan frutos. El corte de frutas también se rige por la luna sazona para asegurar una buena maduración y sabor. “Nosotros esperamos los primeros aguaceros de mayo y una buena luna para empezar a sembrar, eso nos enseñaron los abuelos”, relatan algunos señores en la aldea de La Yerbabuena. Estas prácticas son, además de un cúmulo de conocimientos ancestrales, también un método de conservación y sanación de la tierra, permitiendo que la tierra tenga un ciclo de descanso y pueda regenerarse para seguir permitiendo la vida en el campo.
Desafortunadamente, el desinterés de las nuevas generaciones por conocer y replicar estos conocimientos, junto con la introducción de prácticas agrícolas basadas en el uso de agroquímicos, ha provocado que muchas prácticas agrícolas en conexión con los ciclos lunares se pierdan. “Y tristemente, así como se pierden los conocimientos de nuestros antepasados, también se pierde nuestra riqueza natural”, asegura un vecino de la aldea La Concepción, en Palencia. A pesar de que estos conocimientos estén en peligro de desaparecer, en comunidades como La Yerbabuena, sigue existiendo una transmisión oral de los mismos hacia las jóvenes, siendo especialmente las mujeres jóvenes quienes continúan preservándolos.
Vecinos de Sanguayabá comparten que la luna no solo tiene implicaciones en la agricultura, sino también en las prácticas de aprovechamiento forestal, por ejemplo, la madera debe cortarse en luna sazona, ya que el árbol conserva la savia que lo hace más resistente a las polillas. La poda y siembra de árboles frutales y flores deben realizarse en luna sazona para garantizar su durabilidad.
Influencia lunar en la salud y decisiones comunitarias
La luna, según las creencias en algunas aldeas, también desempeña un papel en la salud y las decisiones diarias. Algunas comadronas y curanderas comunitarias que participaron en los espacios de diálogo mencionaron que los dolores en fracturas o heridas se intensifican cuando hay “efecto de luna”, debido a la influencia lunar sobre los seres humanos. Doña Daniela Ticurú (+), curandera comunitaria de Palencia, mencionaba que los ciclos lunares están ligados a los ciclos menstruales de las mujeres, también decía que, para sobar y acomodar a un bebé en el vientre de la madre, prefería la luna tierna; y también aconsejaba que el corte de pelo se debe hacer en luna tierna, ya que es un período para un crecimiento saludable.
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En aldeas como Sanguayabá y El Paraíso, comadronas y otros vecinos mencionaron que el estado de la luna al momento de la concepción estaba vinculado a las habilidades y características de la persona. Mencionaron que las discapacidades eran resultado de una concepción durante una fase débil de la luna.
Además, las decisiones importantes, tanto individuales como comunitarias, se consideran más propensas a conflictos si se toman durante la luna llena. Según el testimonio de algunos vecinos de La Yerbabuena, Sanguayabá, La Concepción y El Paraíso, tradiciones y eventos como la pedida de mano y la toma de decisiones grupales son preferibles en otros momentos lunares, para evitar tomar decisiones en “mala luna”. Vecinos de Los Mixcos compartieron que la luna también influye en el carácter y las emociones de las personas. Situaciones mal canalizadas durante la luna llena pueden provocar que las personas sean impredecibles, cambiantes o erráticas en su comportamiento o estado de ánimo, es decir, se vuelvan “lunáticas”.
*La nota de investigación original fue publicada en diciembre de 2023 en la “Revista Alboroto” del Colectivo Chiviricuarta, y es el resultado del trabajo de un equipo multidisciplinario de investigación comunitaria.