Search
Close this search box.
Créditos: Olimpic
Tiempo de lectura: 5 minutos

 

Mijaín es el símbolo de resistencia de una nación que como su deporte, sigue en la lucha. Mijain es también América Latina.

Por: Duanys Hernández Torres

Cuba ha sido tierra de grandes deportistas. La pequeña isla del Caribe ha fraguado en los últimos sesenta años, y gracias a la Revolución Cubana, triunfos deportivos a todos los niveles. Teófilo Stevenson, Mireya Luis, Ana Fidelia Quirós, Iván Pedroso, Omar Linares Regla Torres y Javier Sotomayor pudieran disputarse el título del mejor deportista cubano de todos los tiempos.

Sin embargo, esa condición está reservada para Mijaín López: la leyenda de Cuba. El Gigante de Herradura, pueblo de la occidental provincia de Pinar del Río, consiguió en París un hito. Mijaín es el único deportista en la historia que ha ganado cinco títulos de manera consecutiva en la misma prueba individual.

Superó al velerista danés Paul Elvstrom, la luchadora japonesa Kaori Icho, el discóbolo Al Oerter, Carl Lewis en salto largo, el nadador Michael Phelps, y se sumaron en París el tirador Vincent Hancock (skeet) y la nadadora Katie Ledecky, ambos de Estados Unidos. ¿Podrán en Los Ángeles 2028 Hancok y Ledecky igualar la hazaña del mítico Mijáin? Al menos durante cuatro años más, el cubano será el único miembro del selecto club.

Mijaín López en la final de los Juegos Olímpicos, de París 2024. Foto: Ricardo López Hevia / Granma

El camino olímpico del rey

Mijaín debutó con apenas 22 años en la cita estival de Atenas 2004. Allí perdería su única pelea en juegos olímpicos. La derrota llegaría en cuartos de final ante el ruso Khasam Baroev, a la postre campeón olímpico, y el gran rival de aquellos primeros años.

Baroev también lo derrotó en la final del campeonato mundial de China en 2006. Mijaín se desquitó un año después en la discusión del cetro del orbe en Bakú, Azerbaiyán. La mesa estaba servida para Beijing 2008.

La justa asiática estrenó a Mijaín como el abanderado de la delegación, y no hizo quedar mal a su país. Se desquitó de la derrota de cuatro años antes, y otra vez enfrentó en la pelea decisiva a Baroev. De manera inobjetable el cubano ganó la pelea, y acabó así la pugna con el primer gran rival de su carrera.

Después llegaría el turco Riza Kayaalp para plantarle cara. Aprovechó su condición de local y lo derrotó en la final de la cita mundial celebrada en Estambul en 2011. Otra vez se lanzaron las alarmas. Mijaín hizo caso omiso. En Londres 2012 lo despachó en semifinales. Final de puro trámite ante el estonio Heiki Nabi, y segunda corona olímpica.

Kayaalp nuevamente lo derrotó en la final mundial previa a la cita olímpica. Esta vez fue en Las Vegas en 2015. Muchos creían que había llegado la hora del turco en Río de Janeiro 2016.

La final en la ciudad carioca lo enfrentó a su encarnizado rival.  Quizás haya sido una de las más fáciles para el gigante cubano. Le marcó cinco puntos en los primeros treinta segundos de pelea, para garantizar su tercer reinado olímpico. Medalla de plata, y el turco seguía en la espera.

Para llegar a Tokio 2020, el colectivo de entrenadores decidió preservar a Mijaín López, por lo que no se presentó en las principales competencias. Oscar Pino se encargó de poner en alto el nombre de Cuba en los campeonatos mundiales de París 2017, Budapest 2018 y Nur Sultán 2019 con dos medallas de bronce y una de plata, respectivamente.

Pino se encargó de garantizarle el boleto olímpico para Tokio. Pero, el turco seguía ahí. Se coronó como campeón mundial en las citas de Paris y Nur Sultan, mientras que en Budapest ganó el ruso Serguei Semenov.

La covid hizo que Tokio 2020 se aplazara un año más. ¿Podría llegar Mijaín a luchar su cuarta corona olímpica con 38 años? Paso perfecto que incluyó, otra vez, al turquito en semifinales.

Primero derrotó 9-0 al rumano Alexux Ciurariu, y 8-0 al iraní Amin Mirzazadeh con pizarra de 5-0. En semifinales despachó a Kayaalp, condenándolo otra vez al bronce. El cubano se jactó de decirle a la prensa: «Mientras esté yo, él no gana» Kayaaklp terminó su historia olímpica con una presea de plata y dos de bronce. De nada le valieron sus cinco títulos mundiales y las doce coronas europeas, si nunca pudo derrotar al inmenso luchador cubano en una cita bajo los cinco aros. Mijaín solventó su cuarta final olímpica ante el georgiano Lakobi Kajaia con un cómodo 5-0.

Con ese triunfo igualó a la luchadora Kaori Icho como los máximos ganadores olímpicos en este deporte. Atrás quedaron las tres coronas del mítico Alexander Karelin, que perdió la cuarta de manera sorpresiva ente el estadounidense Rulon Gardner en Sidney 2000.

¿Llegaría Mijaín a París 2024? ¿Se mantendría el turco como el gran rival? ¿Aparecerían nuevos contendientes en el camino? ¿Coronaría la gran hazaña con la quinta corona?

La estrategia rumbo a la capital gala fue la misma del ciclo anterior. Preservarlo solo para la competencia principal. Incluso no participó como competidor en los Juegos Panamericanos Santiago 2023, justa en la que hubiera ganado su sexta corona panamericana consecutiva, ya que conquistó las previas, a partir de Santo Domingo 2003.

Otra vez, Oscar Pino le ganó el boleto olímpico en la lid del orbe, celebrada en Budapest 2023 con otra presea de bronce. En la final el iraní Amir Mirzazadeh derrotó al turco. ¿Apareció otro rival de entidad?

Días previos a la justa en París 2024 se conoció que Riza Kayaalp no asistiría por problemas de dopaje. Tampoco estaría el ruso Semenov, bronce olímpico en Río 2016 y Tokio 2020, y que había derrotado a Kayaalp en la final del campeonato europeo, impidiendo que el turco rompiera el abrazo de doce coronas en el continente con Alexander Karelin.

Los rusos no asistieron, debido a que su federación nacional no aceptó las condiciones impuestas por el Comité Olímpico Internacional bajo el criterio de neutrales. Solo quedaba el nuevo rival de más linaje: el iraní.

Quiso el organigrama que nuevamente, como tres años antes, se enfrentaran en cuartos de final. Mijaín ganó 3-1, y el camino parecía expedito a la quinta corona olímpica consecutiva.

Como en la mejor novela, la final lo enfrentó al cubano nacionalizado chileno Yasmani Acosta, quien se mantuvo todo el año entrenando con su coterráneo a donde quiera que fue: La Habana, Varadero, Croacia y Bulgaria.

Pero, nada impidió el cómodo triunfo del Gigante de Herradura que sumó otro hito: convertirse en el medallista y campeón olímpico más longevo de la lucha, a solo catorce días de cumplir 42 años. Superó al finlandés Adolf Lindors, quien ganó la corona en Amberes 1920 con 41 años, seis meses y 12 días.

¿Sus números en Juegos Olímpicos?: 22 victorias y una derrota. Logró 21 victorias consecutivas, y se mantuvo veinte años sin perder, desde aquella derrota ante Baroev en 2004. Además, tuvo una racha de 13 peleas sin recibir un punto desde la primera de 2012, hasta que Mirzazadeh le marcó uno en la segunda de 2024. Sumó en su historia olímpica 113 puntos a favor, y solo siete en contra. Mijaín, los números y su propia historia.

Mijaín López se enfrentó en la final al cubano nacionalizado chileno Yasmani Acosta. Foto: Ricardo López Hevia

Mijaín López es una leyenda del deporte mundial. Mijaín López es Cuba y su Revolución. Esa que hizo posible que un muchacho de un pueblito pequeño llamado Herradura, del municipio pinareño de Consolación del Sur, entrara en los anales de la historia.

Mijaín es el símbolo de resistencia de una nación que como su deporte, sigue en la lucha. Mijaín es el dios de ébano de Cuba. Mijaín es también América Latina.

Mijaín López deja sus botines, como símbolo de su retiro, al final del combate en el que se llevó su 5ª medalla de oro en París 2024. Foto: Ricardo López Hevia

COMPARTE