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Créditos: Maylin Hernández
Tiempo de lectura: 10 minutos

 

La Asociación de Vecinos es el brazo social que tiene la aldea El Fiscal para gestionar proyectos de infraestructura, agua potable, educación, cultura, recreación y deporte. También es responsable por mantener la red de drenaje, el tratamiento de aguas servidas, alumbrado público, la reparación de asfalto, construir banquetas, señalizar las rutas y dotar de insumos al laboratorio clínico y la clínica dental.

Por Wellinton Osorio y Maylin Hernández

A 20 y 23 kilómetros de la capital, a un poco más de una hora aproximadamente, se ubica El Fiscal. En esa aldea funciona la Asociación de Vecinos (Avafiscal), que se reúne cada miércoles con el propósito de atender y resolver las problemáticas que enfrentan las 1300 familias del lugar.

En la reunión del miércoles 17 de julio estaba prevista en la agenda discutir asuntos relacionados con los servicios públicos; revisar cuentas; afinar detalles sobre la Cooperativa Integral de Consumo El Fiscal Responsabilidad Limitada (Coincofiscal, R.L) y elegir a la persona que recibiría a periodistas de Prensa Comunitaria para hablar sobre su trabajo.

El Fiscal está localizada en el municipio de Palencia, al norte de la ciudad de Guatemala, entre el kilómetro 20 y 23 de la carretera hacia San José del Golfo.

Vista área de la aldea El Fiscal. Foto de Maylin Hernández

Atentos a la reunión y a las palabras de Alfredito

La sesión de la Junta Directiva comenzó a las 20 horas. Al salón ingresa un hombre de avanzada edad que recibe un respetuoso saludo de buenas noches de cada uno de los asistentes. Saluda y toma asiento en una silla cercana a la mesa principal.

Seguido a ello, cada uno de los miembros de la Junta Directiva se presenta y comparte un poco sobre su trabajo en la aldea, que se hace ad honorem. Al concluir las presentaciones se cede la palabra a don Alfredo Ruano, de 71 años, el respetable hombre que ingresó al comienzo de la reunión.

Don Alfredo, conocido como Alfredito, nació en la aldea El Fiscal y ha dedicado más de 50 años al servicio comunitario. Él fue el designado de la Asociación para narrar la historia de la localidad y cómo se impulsó el proceso de organización comunitaria.

El nombre de la aldea El Fiscal podría derivarse de un “fiscal” colonial, un intermediario indígena entre la Iglesia católica y la comunidad, encargado de organizar actividades religiosas. Esta hipótesis se refuerza por la cercanía de los municipios de San Pedro Ayampuc y San José del Golfo, históricamente habitados por los pueblos maya Kaqchikel y Xinka. Es posible que el lugar donde vivió esta figura haya sido conocido popularmente como El Fiscal. Sin embargo, este origen no está completamente documentado y se basa en relatos orales dispersos.

La aldea El Fiscal, por su ubicación, ha estado expuesta al avance de proyectos de urbanización. A la fecha no se ha documentado la historia de la localidad y por ello no se sabe a ciencia cierta su origen y cómo se asentaron las primeras familias en el lugar.

No obstante, a través de la tradición oral y recuerdos dispersos de los vecinos se puede entrever que los primeros asentamientos en la aldea se comenzaron a expandir con la apertura de la estación “El Cimarrón”, del Ferrocarril del Norte, que comenzó a funcionar en el país a partir de 1903.

Con el paso del ferrocarril, Palencia empezó a tener un apogeo y bienestar económico, ya que la ruta se convirtió en un importante punto de encuentro y de intercambio comercial.

Comunidad dormitorio

La aldea El Fiscal se ubica en la Micro-Región 1 de Palencia, al noreste del municipio. Está es un área que se caracteriza por una economía que se sostiene con el cultivo de maíz, frijol y tomate, así como por la cría de ganado de engorde y el transporte pesado. Además, es conocida como una comunidad “dormitorio”, por su proximidad a la ciudad de Guatemala, que muchos vecinos utilizan para viajar y trabajar en las oficinas de la capital, efectuar transacciones comerciales y también para estudiar.

Aunque la localidad tiene un alto grado de urbanización, comparada con otras zonas de Palencia, ha sido históricamente marginada de las políticas municipales referentes a la prestación de servicios públicos, en parte por su cercanía a la zona 18 capitalina y al municipio de San José del Golfo.

En ese contexto, la organización comunitaria ha jugado un papel importante en el desarrollo de El Fiscal. La comunidad creció de 36 casas a 96 cuando se organizó la Asociación, y actualmente cuenta con más de 900. La población estimada es de 7 mil personas que corresponde a unas 1300 familias. La mayoría de ellas son residentes de colonias residenciales que han proliferado en los últimos años en la jurisdicción de la aldea.

De comité promejoramiento a Asociación de Vecinos

Durante la reunión, Alfredito narró que “allá por los años 70, la aldea El Fiscal contaba únicamente con una pequeña escuela que cubría la matrícula hasta segundo grado de primaria, por su tamaño. “En ese entonces, el profesor Hugo motivó la organización de un comité promejoramiento con los señores Abraham Arana, Toribio Paz, Victoriano Ruano, Onofre Ruano, Alfredo del Cid y otras personas de la aldea. Tenían el objetivo de ampliar las aulas y ofrecer mejores condiciones educativas a la niñez de la comunidad”, mencionó Alfredito. En ese entonces, Alfredito tenía unos 19 años, comentó un vecino, con la finalidad de recordar que comenzó a servir a la comunidad desde muy joven.

“Luego de la buena experiencia con la escuela primaria, los vecinos se quedaron dispuestos a colaborar y atender otras necesidades de la aldea. Fue en estos años, cuando por razones fortuitas, se dañó la bomba del pozo mecánico que abastecía de agua a las familias”, explicó. “Los vecinos decidieron reactivar el comité promejoramiento y, con un aporte voluntario de Q20, lograron reparar la bomba y restaurar el servicio de agua”, agregó.

En 1972, los vecinos decidieron formalizar la Asociación, que nacería con la finalidad de responder a las necesidades de servicios públicos de la aldea. A este llamado respondieron unas 96 personas para fundar Avafiscal y, más tarde, también establecieron Coincofiscal, R.L. Esta cooperativa es la responsable de gestionar, envasar y distribuir agua potable en garrafones para consumo de los vecinos de El Fiscal.

Algunas de las personas que articularon las primeras acciones de la Asociación fueron don Salomón Carrera, ya fallecido; don Antonio Ruano, don Luis García y el joven Alfredito de 19 años. Otro vecino destacado fue don Carlos Archila (+), quien en varias ocasiones formó parte de la Junta Directiva de Avafiscal y contribuyó en la gestión de varios proyectos comunitarios. En su memoria, la cancha polideportiva lleva su nombre.

Don Carlos Archila, al costado derecho de chumpa estampada y playera naranja. Foto, cortesía de Avafiscal

Don Carlos Archila (+), junto a su esposa Silvia Salguero Martínez, crearon la primera base de datos y sistema informático para la administración del agua potable en la comunidad. Ellos se encargaron, por muchos años, del procesamiento de datos, la emisión de recibos y otras gestiones en apoyo al personal de Avafiscal. Además, junto a varios vecinos ya mencionados en la nota, promovieron la creación de la cooperativa Coincofiscal, R. L.

Alfredito mencionó que, gracias a la organización vecinal, lograron mejorar la infraestructura comunitaria; introducir y ampliar el sistema de agua potable; instalar una planta de tratamiento de aguas negras y, en fechas recientes, hacer frente a la crisis climática con la instalación de una planta de tratamiento de arsénico, que brinda un mejor servicio de agua potable a la población.

Más necesidades, más organización

Con el paso de los años, la organización vecinal se fortaleció y logró llevar a cabo varios proyectos de desarrollo para la aldea, entre ellos la construcción de la escuela Isidoro Zarco Alfasa; el puesto de salud fortalecido; el sistema de distribución de agua potable y la gestión y construcción del Instituto de Educación Diversificado por la Cooperativa de Enseñanza El Fiscal.

Vista área del Instituto de Educación Diversificado por la Cooperativa de Enseñanza El Fiscal. Foto de Maylin Hernández

Con la llegada de la década de los 90, el crecimiento poblacional llevó a los vecinos de Avafiscal a ampliar el sistema de distribución de agua. En ese tiempo, la Empresa Municipal de Agua (EMPAGUA) iniciaba un proyecto de pozo mecánico, en una comunidad vecina de la zona 18 capitalina.

Los vecinos gestionaron un convenio para acceder a una parte del caudal y mejorar su servicio, pero el monto inicial requerido era alto. En respuesta, la comunidad solicitó apoyo a la municipalidad de Palencia, que igualó la cantidad de dinero recaudada por la aldea. Gracias a este respaldo, en 1993, se completó el sistema de agua potable.

Todos los vecinos colaboraron. “Se contrató a vecinos de San José del Golfo para ayudar a zanjear. Entonces entre todos preparábamos los tiempos de comida y los íbamos a dejar todos los días”, recordó Alfredito. “Cuando por fin se abrió el primer chorro, acá atrás, por la iglesia, esto fue una fiesta”, recordó con emoción ese día en que los vecinos asistieron a la inauguración del proyecto que ampliaba el sistema de agua potable.

Placa conmemorativa instalada en uno de los tanques de captación. Foto de Maylin Hernández

Desde entonces, la comunidad ha impulsado tres proyectos de pozos mecánicos que aseguran a los vecinos el acceso diario a agua potable. Para garantizar el buen funcionamiento del sistema, el fontanero abre las llaves de paso a las 5 horas y las cierra a las 20 horas, lo cual asegura agua en más de 900 hogares. Además, se realiza un control diario del cloro y el retrolavado de los tanques, así como análisis químicos y bacteriológicos cuatro veces al año para garantizar la calidad del agua.

Crisis climática y el arsénico en el agua

Hace 10 años, la aldea El Fiscal enfrentó el impacto de la crisis climática al descubrir la presencia de arsénico en el sistema de agua potable. Este descubrimiento fue evidenciado por los monitoreos constantes de la calidad del agua en la región.

Ante esta situación, en 2014, los vecinos se vieron obligados a instalar una planta de tratamiento y purificación de agua. Este proyecto, que requiere un mantenimiento trimestral, superior a Q100 mil quetzales, se ha convertido en una responsabilidad comunitaria, una tarea que ni siquiera las municipalidades más grandes del país han logrado cumplir para garantizar la calidad del agua en sus jurisdicciones. Sin embargo, por la organización comunitaria, los habitantes de El Fiscal han asegurado el derecho humano al acceso a agua de calidad.

En 2017, el Instituto de Investigación y Proyección sobre Ambiente Natural y Social (IARNA), de la Universidad Rafael Landívar (URL) realizó una evaluación ambiental estratégica de la subcuenca de los ríos Las Vacas, Belayá y Plátanos-Motagua, que incluye la aldea El Fiscal. El estudio confirmó que la región es un sector con alta presencia de minerales, incluidos metales pesados como el arsénico.

Aunque este estudio se presentó después de que la comunidad instalara su planta de tratamiento, los hallazgos validaron las preocupaciones de los vecinos sobre la calidad del agua y consideraron que la operación de proyectos extractivos en la zona pudo haber exacerbado la concentración de arsénico en el agua.

Ante estos hechos, la planta de tratamiento de agua en El Fiscal ha sido crucial para mitigar los riesgos asociados con la contaminación del agua y garantizar un servicio de calidad para los vecinos. La acción comunitaria ha sido clave para enfrentar los desafíos de la crisis climática y de las actividades extractivas sobre la salud y el bienestar de la población.

Planta de tratamiento de arsénico en la aldea El Fiscal. Foto de Maylin Hernández

Además de la planta de purificación de agua, por presencia de arsénico, Avafiscal también ha abierto una planta de tratamiento de aguas negras, una responsabilidad que la comunidad ha asumido ante la ausencia de acciones municipales. Alfredito dijo que en las áreas donde se encuentran los pozos se mantiene un estricto control de limpieza y protección de los bosques, con monitoreos constantes para evitar la contaminación y quema, lo que refleja un fuerte compromiso con el cuidado de la naturaleza.

Vista área de la planta de tratamiento de aguas residuales gestionada y administrada por Avafiscal. Foto de Maylin Hernández

Los desafíos y el rescate de la institucionalidad local

A pesar del respaldo comunitario y la transparencia con la que Avafiscal ha trabajado, al invertir en gastos extraordinarios para el mantenimiento de la infraestructura de las escuelas y el puesto de salud, se han dado intentos de socavar la organización comunitaria y entorpecer los procesos de desarrollo local. Estos intentos han sido provocados por personas con nexos políticos e intereses económicos personales.

La aldea ha estado prácticamente ausente de la inversión municipal desde su fundación, lo que llevó a la necesidad de la organización comunitaria. Sin embargo, estas situaciones se han agudizado en los últimos 20 años. A pesar de esto, la determinación y el compromiso de los vecinos han permitido suplir la ausencia de inversión municipal. La organización en la defensa de lo que les es común ha demostrado que, aun sin el apoyo de la alcaldía, es posible avanzar en el desarrollo comunitario.

Además de su trabajo en infraestructura, Avafiscal promueve actividades culturales y educativas mediante el Comité de Educación, que impulsa el fortalecimiento de la identidad comunitaria y el acceso a oportunidades educativas. Asimismo, la organización cuenta con un Comité de Seguridad Comunitaria, enfocado en garantizar la protección y el bienestar de los vecinos.

Miembros de la Junta Directiva de Avafiscal durante un evento comunitario en el año 2004. Foto, cortesía de Avafiscal

No obstante, la meta a largo plazo es lograr que la municipalidad de Palencia trabaje de manera conjunta con Avafiscal y así promover el desarrollo de la aldea y garantizar que los proyectos comunitarios se sostengan y crezcan en el tiempo.

A pesar de los constantes desafíos que enfrenta la organización comunitaria en la aldea El Fiscal, Alfredito Ruano destacó la importancia del relevo generacional, para que nuevas personas asuman el liderazgo y el servicio comunitario. “Ahora hay nuevas personas que mantendrán viva la organización y seguirán caminando por el bien de nuestra aldea”, afirmó. Alfredito se detiene, observa a la cámara y se despide con la confianza de quien ha servido bien a su gente.

¿Qué hace Avafiscal?

La Asociación de Vecinos fue fundada en 1972 y se le considera el brazo social de la aldea. Es responsable de gestionar proyectos y programas vitales para el desarrollo del lugar que han mejorado la calidad de vida de los vecinos.

Atiende proyectos de infraestructura, agua potable, drenajes, aguas servidas, alumbrado público, reparación de asfalto y banquetas, entre otros; programas de educación, cultura, recreación y deportes, Además se ocupan de que no falten insumos en el laboratorio clínico y la clínica dental que funcionan en la aldea.

Junta Directiva de Avafiscal del año 2009, al centro con camisa tipo polo de color beige, aparece don Alfredo Ruano. Foto, cortesía de Avafiscal

Este texto se realizó en el marco de la Sala de Creación comunitaria y medioambiental, un ejercicio periodístico colectivo organizado con un grupo de periodistas de territorios de Prensa Comunitaria, bajo la coordinación de Francisco Simón.

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