La sequía prolongada afectó al municipio de El Estor, Izabal. Esto representó pérdidas para los agricultores. Frente a esta crisis los guías espirituales maya Q’eqchi’ junto a la iglesia católica realizaron varias ceremonias para pedirle a los nahuales que la lluvia llegara. Sus peticiones coincidieron con las primeras lluvias que cayeron el 15 de junio.
Por Juan Bautista Xol
La comunidad católica Q’eqchi’ del barrio Cerritos en el centro de El Estor, Izabal, acudió a los guías espirituales para pedirles una ceremonia maya para pedir que bendijeran “la tierra con el agua y con la lluvia”. Según los fieles católicos, una sequía azotó esta región hasta finales de mayo de 2024. La comunidad se ubica a 320 kilómetros de distancia de la ciudad capital de Guatemala.
Guillermo Sam es un guía espiritual Q’eqchi’ del municipio que ha dedicado su vida a celebrar ceremonias mayas en distintas partes de este territorio.
Para la comunidad, su servicio como guía espiritual ha aportado mucho a las familias y comunidades. Por ello, a finales de mayo acudieron a él para que llevara a cabo una ceremonia maya para pedir por la lluvia.
La población Q’eqchi’ enfrentó la escasez de agua en los meses de enero a junio de este año, sumado a esto las pérdidas de cultivos ocasionadas por las altas temperaturas. Todo esto afectó la economía de los hogares.
Se deben realizar dos ceremonias al año
Según el guía, para realizar una ceremonia maya en beneficio del pueblo se necesita tres a cuatro guías espirituales, debido a la cantidad de pobladores y por la temperatura que no descendía de los 44 grados centígrados y para pedir la llegada de la lluvia se necesita ofrendar al nahual que tiene la energía.
“Celebramos la ceremonia maya, el 26 de mayo, bajo las energías de la abuela Imox quien tiene las llaves para abrir el agua. Organicé a mis compañeros porque la población es grande y la fuerza del abuelo Sol es demasiada alta. Teníamos que conectar varias energías positivas para que nuestra petición llegara hasta donde queríamos pedir. 15 días después la lluvia empezó a caer en el pueblo”, relató el guía.
Según vecinos, fue el 15 de junio pasado que se cayeron las primeras gotas de lluvia sobre el territorio de El Estor.
Sam aseguró que la actividad es importante realizarla dos veces al año. Una antes de que llegue el verano y otra previo al invierno, debido a que cada año el cambio climático altera a “la madre naturaleza, con fenómenos naturales que afectan a la población”.
Recordó que cuando era joven, veían dos estaciones climáticas: verano e invierno. Cada una era aprovechada por las familias para la agricultura, especialmente los campesinos, quienes cultivan la tierra, ya que no se veían los fenómenos naturales como los que pasan en los últimos años, puntualizó.
Para algunos vecinos de El Estor, las ceremonias que realizan los guías espirituales, a quienes llaman abuelos y abuelas, tienen más impacto ya que después de los 15 días de la ceremonia, la lluvia cayó y empezó a mojar la tierra, alimentar a las plantas y las familias empezaron a tener agua.
Familias sufrían por escasez de agua
Dolores Caal, una vecina que sufrió la escasez de agua con su familia, dijo que la ceremonia maya es sagrada para ella, aunque no participa en el fuego de la misma, le gusta aportar su granito de arena.
“Me siento agradecida por el esfuerzo que hicieron los abuelos. Ahora contamos con agua en nuestra casa, estuvimos cuatro meses comprando garrafones de agua pura y gastábamos hasta Q150 semanales”, dijo.
La escasez también afectó a varios agricultores que alquilan terrenos para sembrar, pues perdieron sus cultivos y la tierra de todas maneras tuvieron que pagarlas.
“Este año enfrentamos muchas dificultades con el cambio climático, pero creemos que esto es por las contaminaciones que en algún momento somos parte, pero en especial por las empresas que ya dañaron nuestras tierras”, comentó Amílcar Chub, un agricultor afectado.
Incendios forestales por altas temperaturas
Los comunitarios señalaron que en el municipio experimentaron varios incendios forestales, incluso productores de cardamomo sobre la Sierra de las Minas, perdieron sus cultivos por el fuego.
Ahora esperan recuperar los cultivos, tener alimentos para el consumo familiar, pero también para la venta en el mercado.
La comunidad protege parte de la montaña que rodea al municipio frente al lago de Izabal, a un costado, se encuentra el área de cantera de la mina de níquel que daño el ecosistema y los bosques. A pesar de eso, del lado de la comunidad sigue naciendo el río Cerritos que abastece a diez barrios del municipio.
A diferencia de otras áreas de Guatemala, donde las lluvias y la llegada del huracán Beryl causaron inundaciones, en El Estor, especialmente en el barrio Cerritos, la población Q’eqchi’ señala que no han sido afectados por este tipo de problemas y ven la lluvia como “una nueva bendición”.
Este texto se realizó en el marco de la Sala de Creación comunitaria y medioambiental, un ejercicio periodístico colectivo organizado con un grupo de periodistas de territorios de Prensa Comunitaria, bajo la coordinación de Francisco Simón.