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Créditos: Diseño de Estuardo de Paz
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Del 10 al 12 de junio, en el Tribunal de Mayor Riesgo A se desarrollaron las jornadas 34 a la 36 del juicio que se sigue en contra de Manuel Benedicto Lucas García, exjefe del Estado Mayor del Ejército (1981 y 1982), señalado por los delitos de deberes contra la humanidad, genocidio y desaparición forzada. Durante las audiencias de la semana pasada se continuaron con las declaraciones de tres peritos y un testigo.

Por Simón Antonio Ramón

En las jornadas 34 y 35 se conoció el testimonio de Tomás Chamay López y el peritaje sobre arquitectura forense de Eyal Weizman. Ambas intervenciones señalaron cómo fueron afectadas las vidas humanas en el territorio Ixil, su entorno y relación con la naturaleza. Según la declaración de Weizman, el Estado vio un riesgo no solo en los pobladores por apoyar a la guerrilla, también trató de eliminar su forma de vida y subsistencia, que consideraba como una amenaza.

Día 34, lunes 10 de junio

“Los soldados usaban uniforme camuflado y buenos zapatos, mientras la guerrilla no”

El testimonio de Tomás Chamay López que se conoció en el juicio el lunes 10 de junio, fue presentado como prueba anticipada el 23 de octubre de 2014 en el juzgado de Mayor Riesgo B, que era presidido por el juez Miguel Ángel Gálvez Aguilar sobre hechos ocurridos en la finca San Francisco y la aldea Chisis en San Juan Cotzal, Quiché.

Tomás Chamay López señaló los hechos ocurridos el 24 de mayo de 1981 y el 13 de febrero de 1982 durante el gobierno de Fernando Romeo Lucas García, y cuando el jefe del Estado Mayor del Ejército era Manuel Benedicto Lucas García, quien ahora enfrenta cargos por genocidio.

Señaló que el 24 de mayo de 1981, cuando se encontraba en el mercado de la finca San Francisco junto a su esposa, integrantes del ejército comenzaron a disparar contra la población. En ese momento murieron dos personas de su comunidad, pero desconoce cuántas más fallecieron.

Ese día, por un momento se separó de su esposa. Señaló que el ejército llegó a San Juan Cotzal a acusar a las y los comunitarios de ser parte de la guerrilla. En la traducción del idioma Ixil al español tradujo la intérprete que, “los soldados usaban uniforme camuflado y buenos zapatos, mientras la guerrilla no”, señaló.

La segunda masacre que testifica ocurrió el 13 de febrero de 1982 en la aldea Chisis, cuando llegaron los soldados a las 5 de la mañana. Chamay López pudo afirmar que fueron los soldados los que llegaron por su vestimenta, similar a la de los de la finca San Francisco. Dado a la tensión del momento no pudo contar cuántos fueron.

Junto a varias personas se escondieron en la montaña, desde donde alcanzaban a mirar cómo quemaban las casas en el poblado de Villa Hortensia. Ese día murieron aproximadamente 200 personas entre ellos, bebés recién nacidos. La mayoría de las casas eran de madera y techo de hojas de palma. Indicó que las mujeres y niños, murieron encerrados en sus casas.

En ese contexto murieron tres de sus hermanos, Andrés de 40 años, Mateo de 34 y Juan de 28. Mateo fue asesinado cuando regresaba a San Juan Cotzal y Juan murió en las montañas durante el desplazamiento. Mientras vivían en la montaña, una de sus hijas falleció al nacer cerca de la finca Santa Avelina.

Día 35, martes 11 de junio

“La violencia contrasubversiva deterioró los lazos ecológicos y culturales que unían a las comunidades indígenas con sus tierras”

Desde la embajada de Guatemala en Londres, el perito Eyal Weizman, especialista en arquitectura forense, presentó su peritaje sobre tierra arrasada y violencia medioambiental en el territorio Ixil del que es coautor junto a Paulo Roberto Carvalo Tavarez.

Su enfoque partió sobre la forma cómo se afectó el medioambiente como sustento de vida de las personas que pertenecen al pueblo Ixil. Afirmó que durante el gobierno de Fernando Roneo Lucas García y en los periodos de facto de Efraín Ríos Montt y Oscar Mejía Víctores, se implementaron políticas y tácticas como tierra arrasada y de peinada, que culminó con la institucionalización de las aldeas modelo entre 1983 y 1986.

“La violencia contrasubversiva deterioró los lazos ecológicos y culturales que unían a las comunidades indígenas con sus tierras”, señaló en sus conclusiones. “Esto implicó no la destrucción de miles de cultivos sino la totalidad del paisaje en el que está sustentada la forma de vida de las comunidades ixiles, su cultura y modos de organización social. Tal nivel de destrucción fue el resultado de violencia medioambiental”, aseguró al Tribunal de Mayor Riesgo A.

Afirmó que el señalamiento del pueblo Ixil como una amenaza al Estado fue la materialización del genocidio porque se construyó un plan para eliminarlo. “El pueblo Ixil fue sujeto de una política genocida. No solo porque fueron categorizados subversivos y acusados de participar o apoyar a la guerrilla sino también y ante todo su modo de vida y formas de subsistencia fueron consideradas como una amenaza para la seguridad nacional”, dijo el perito.

Día 36, miércoles 12 de junio

“El Estado tuvo la intención de cambiar el entorno cultural del pueblo maya Ixil”

“Dado que la cultura Ixil gira entorno a un modo particular de relaciones con la tierra, dado como se ha demostrado en las formas de relación antes de la violencia, la reutilización de esta geografía social condujo a inmediatamente a la vigilacion cultural”, señaló el perito Paulo Carvalho Tavares.

En la jornada 36 del juicio contra el exjefe del Estado Mayor del Ejército, Manuel Benedicto Lucas García, se presentaron los peritajes sobre tierra arrasada y daño medioambiental en el territorio del pueblo maya Ixil del antropólogo Paulo Carvalho Tavares y sobre antropología forense que presentó Adriana Gabriela Santos Bremen.

El peritaje sobre tierra arrasada y violencia medioambiental en el territorio Ixil fue construido junto a Eyal Weizman que intervino en el juicio el martes 11 de junio. Carvalho señaló que ejército implementó una política de tierra arrasada y peinada en el territorio Ixil entre los años de 1981 a 1982 en el gobierno de Romeo Lucas García y 1982 a 1983 con Efraín Ríos Montt y Óscar Mejía Víctores, eliminando no solo vidas humanas sino también su entorno cultural, lo que provocó una vigilancia sobre las y los sobrevivientes.

“Dado que la cultura Ixil gira entorno a un modo particular de relaciones con la tierra, dado como se ha demostrado en las formas de relación antes de la violencia, la reutilización de esta geografía social condujo a inmediatamente a la vigilancia cultural”, señaló el perito.

A consideración del Paulo Carvalho, durante las operaciones de tierra arrasada y peinada se implementó una política de genocidio contra las comunidades ixiles. Lo que nosotros observamos es que existía la intencionalidad de cambiar el modo de vida indígena, porque justamente su modo de vida era visto como un riesgo por el Estado y eso, era una amenaza a la seguridad nacional”, dijo al tribunal.

Adriana Gabriela Santos, explicó al tribunal que durante el tiempo que trabajó en la Fundación de Antropología Forense Guatemalteca (FAFG) tuvo a la vista 300 osamentas, la mayoría pertenecen a personas de Chimaltenango y Quiché, en el periodo que se está juzgando actualmente.

En la presentación, señaló que solo en dos osamentas se pudieron identificar las causas de las muertes porque, son las únicas que presentaron signos de violencia. En los otros casos, pudo haber sido por falta de comida y medicinas porque no tenían signos de violencia. Según informó, las osamentas son de personas que murieron entre los años de 1981 y 1982.

Defensa pide no tomar en cuenta declaración

Luego de la participación de Santos, la abogada Carmen Peralta defensora de Benedicto Lucas García, pidió al tribunal que al momento de emitir la sentencia no tome en cuenta la declaración del perito Paulo Roberto Carvalho Tavares porque considera que no es la misma persona que hizo el peritaje junto a Eyal Weizman.

Manuel Benedicto Lucas García sigue el juicio a través de video conferencia desde el hospital militar a varios kilómetros del centro cívico donde se encuentra el tribunal. En las 36 jornadas que se han realizado del juicio se han presentado testigos y peritos de distintas disciplinas que dan valor probatorio a las acusaciones.

El juicio continuará este martes 18 de junio con la continuación de la presentación de las declaraciones de los peritos y anticipo de pruebas.

Conoce más detalles acá:

Juicio por genocidio Ixil: existió “una clara intencionalidad de exterminar”

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