Por Miguel Ángel Sandoval
Este miércoles 26 de junio, unidades militares de Bolivia intentaron dar un típico cuartelazo, que debía iniciar botando la puerta de Palacio Quemado, la casa presidencial boliviana., pero finalmente no consiguieron su propósito, al tiempo que el presidente Luis Arce se encontraba en la denominada Casa del Pueblo, haciendo condenas severas al general golpista, y llamados al pueblo boliviano a defender la democracia. Al tiempo se cambió la cúpula militar y se emito orden de arresto al general golpista. Entre tanto, la OEA condeno a los golpistas y el gobierno de los EEUU dio su apoyo al gobierno constitucional de ese hermano país.
En el continente hubo reacciones de apoyo al gobierno constitucional boliviano y apoyo al mandatario Luis Arce. Es el signo de los tiempos. Si antes hubo una ola de golpes militares por todo el continente, en la actualidad se trata de gobiernos democráticos, que con diferentes opiniones y credos políticos gobiernan. En este panorama, lo único legitimo para cambiar gobiernos son las elecciones democráticas. Luego habrá políticas más o menos progresistas, más o menos efectivas, más o menos exitosas, `pero todo teniendo como ABC, las normas básicas de la democracia.
El punto es que, en ese país, prodigo en golpes de estado y en inestabilidad política, aún tiene en algunos de sus oficiales, nostalgia por los golpes. En otras palabras, la cadena nacional y las notas de la marimba, en clave guatemalteca, son cosas del pasado y la democracia llego para quedarse. Con dificultades, con recaídas, con amenazas golpistas, con conspiraciones; pero los cambios deben de ser por la vía electoral, y nunca con cuartelazos o con procesos jurídicos amañados, como ocurrió en Honduras no hace mucho o en Paraguay y Brasil, en golpes judiciales de ingrata recordación.
Es importante decir que al llamado del presidente Arce en defensa de la democracia, los bolivianos salieron a las calles y los grupos políticos que en los últimos días habían estado enfrentados por debates subidos de tono, se unificaron en la defensa de la democracia. La COB central obrero boliviana, de emergencia hizo un llamado a la defensa del gobierno y la democracia. Así las cosas, el golpe ya, fue derrotado.
En la región, la lucha por la democracia se ha consolidado. Un ejemplo de ello es lo ocurrido en nuestro país cuando en 2023 un levantamiento indígena se produjo para defender los resultados de las urnas y al ganador de las elecciones. En ese momento los intentos de golpe fracasaron con la movilización popular. Quedan rescoldos del golpismo, pero se puede decir que la vigilancia en las comisiones de postulación, las acciones del gobierno, los errores profundos de los golpistas y la actitud de la mayoría de la sociedad guatemalteca, hacen que las aventuras golpistas estén condenadas de antemano al fracaso.
La democracia se instaló y lo que ahora falta es que la misma y el gobierno cuya naturaleza es democrática, inicie a dar resultados, de tal manera que la democracia se acerque más a la gente por sus acciones y llene así, al menos en parte, sus aspiraciones. La sola defensa de las elecciones y del mandato constitucional de gobierno, no resuelve las tareas de un régimen democrático. Hace falta más.