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Continúan las maniobras postelectorales

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Créditos: Prensa Comunitaria
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Miguel Ángel Sandoval

Como es público y notorio, por todos los medios posibles se ha llevado a cabo una estrategia para desconocer los resultados de las elecciones del 25J y del 20 A, que dieron como ganador indiscutido a Bernardo Arévalo y Karin Herrera del partido movimiento semilla. Inicialmente pasando a la segunda vuelta o balotaje, y luego derrotando con 2.4 millones de votos al segundo en la contienda, la UNE con una diferencia de más de un millón de votos. Un resultado enorme, e inusitado. Fue la gran sorpresa electoral.

La sorpresa tiene entre otros componentes, la derrota indiscutida de los herederos de la vieja política contrainsurgente, así como del continuismo oficialista. Pero también, de la última aliada del oficialismo, la UNE. En síntesis, las derechas históricas perdieron la posibilidad de heredarse el poder como habitualmente lo habían hecho, al poner a uno de los propios en la presidencia. Ninguno de los últimos presidentes había representado tal riesgo a los integrantes del Pacto de Corruptos, que es la alianza entre los grupos económicos de ascendencia oligárquica, los partidos políticos corruptos y los grupos del narco emergentes.

Al conocer su derrota, utilizaron la fuerza, el retorcimiento de la ley, las violaciones burdas a la constitución y como guinda del pastel, lo que ahora se impulsa que son los antejuicios para todos los magistrados del TSE. Todo ello a partir de una premisa falsa: el MP puede intervenir en medio de un proceso electoral… pues así lo dice la ley. Pero resulta que la ley electoral y de partidos políticos -LEPP- al tener rango constitucional y establecer que durante un proceso el TSE se convierte en la máxima autoridad del país, todo lo que haga una fiscalía es por definición ilegal pues se hace desde una ley ordinaria, no desde la supremacía que establece la constitución de la república.

El punto principal de todo este entramado, es que se olvida un tema central: el TSE organizó las elecciones y en ese proceso cometió errores, y después tuvo acusaciones de corrupción en compras y contrataciones, pero todo ello no tiene que ver de forma concreta con los resultados electorales del 25J y del 20 A.

Explicamos esta afirmación. En el conteo de los votos lo que hay es sencillo. Son las juntas electorales de votos quienes contaron físicamente voto a voto, que hicieron las actas y que las trasladaron por los medios que tuvieron a disposición. Ello y solo Ellos son los grandes responsables del conteo de los resultados electorales que dan como resultado que Semilla y Bernardo Arévalo sean los grandes ganadores.

Mas concreto. Las juntas electorales expresan el compromiso democrático de la sociedad guatemalteca y en este proceso participaron alrededor de 130,000 personas distribuidas en las mesas receptoras en todo el país. Solo en el área central, departamento de Guatemala, son 23 mil los integrantes de las juntas que contaron los votos, que firmaron las actas y que establecieron que Semilla y Arévalo habían ganado ampliamente, con el voto de miles y miles.

Eso hay que respetarlo y es la razón por la que el TSE ya certificó los resultados electorales y acredito a los ganadores. Y ningún juez o fiscal puede negar esta evidencia. Lo otro es maniobra vulgar, burda, impresentable. Es lo que sabemos como ciudadanos, y es lo que dice con claridad la comunidad internacional. No es con asaltos al TSE para robarse las actas de los votos, que esto se resuelve, sino con respeto pleno, total. De lo contrario el país va hacia una crisis mucho más profunda.

Ante la tozudez del pacto de corruptos, y de sus operadores, se está convocando a un paro nacional indefinido, con el liderazgo, entre otros, de los pueblos indígenas, pues se considera que las maniobras de la fiscalía y de un juez y quienes les apoyan, constituye un golpe de estado en curso, en desarrollo, tratando de revertir los resultados de las elecciones de junio y agosto.

Un dato que nos permite valorar la dimensión de la crisis y el nuevo liderazgo que está desarrollando Bernardo Arévalo, es la postura que expresa ante el golpe de estado en proceso y los llamados a la movilización de la ciudadanía, así como su regreso al país ante el atropello del día sábado cuando el MP tomó por asalto el TSE. Estamos pues ante hechos definitorios para el destino de la democracia guatemalteca.

Por ello a partir de este 2 de octubre, ya hay llamados a un paro nacional para exigir el respeto de los resultados electorales, y para exigir la renuncia de varios funcionarios como la fiscal general, el fiscal de la FECI, y otros personajes nefastos y claramente enemigos de la democracia.

 

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