“Quedarse en Guatemala no es una opción. Solo vamos de paso y queremos que en los buses nos cobren el valor del pasaje, lo que en realidad se paga”. Migrante venezolano.
Por Amílcar Morales y Narciso Marcos
Durante los últimos años el paso de migrantes por el departamento de Chiquimula, al oriente de Guatemala, se ha incrementado, tanto de forma individual como en grupos familiares. Las personas ingresan por pasos no habilitados, con el fin de evadir el control migratorio que se ubica en la frontera Agua Caliente, en el municipio de Esquipulas, fronterizo con Honduras. Es el inicio de una ruta migratoria donde se ha evidenciado la presencia de personas provenientes de diferentes nacionalidades, en pequeños grupos familiares.
Según estadísticas del Ministerio de Gobernación, 16 199 personas migrantes fueron enviadas a las diferentes delegaciones del Instituto Guatemalteco de Migración en 2022, “por haber ingresado al país de forma irregular” a través de las fronteras Agua Caliente en el municipio de Esquipulas y El Florido, municipio de Camotán, ambos en Chiquimula.
A su paso por Guatemala, sus derechos humanos han sido vulnerados, quedando varados por días e incluso semanas, por falta de apoyo de las autoridades. La mayoría pasan las noches en parques, baños, oficinas de transporte extraurbano, terminales de buses o casas de cambio de moneda nacional. Además son constantemente víctimas de estafas o engaños por parte de ayudantes de buses extraurbanos, en el trayecto que va de Esquipulas a la cabecera departamental de Chiquimula.
Según datos de la Casa del Migrante San José, ubicada en Esquipulas, en los primeros días de enero de 2023 atendieron a más de 300 personas cada día, siendo la mayoría procedentes de Ecuador, Venezuela y Haití, y otras originarias de Asia y África. La administración de este centro de apoyo ve con preocupación el incremento en el número de migrantes, que ha sobrepasado su capacidad, situación que han afrontado desde los últimos meses de 2022.
El sentir de quienes salen de sus países
Andrés Gutiérrez, originario de Venezuela, dijo a Prensa Comunitaria que en su primer día en Guatemala caminó por más de dos horas (aproximadamente 10 kilómetros de distancia) desde Agua Caliente al centro de Esquipulas, porque el valor del pasaje es demasiado alto, un taxi le cobraba 30 dólares, por lo que mejor optó por caminar hasta la terminal de buses, para continuar la ruta migratoria.
“A lo largo del trayecto tuvimos que pagar a la policía, en cada puesto, entre 3 y 5 dólares, para que nos permitieran continuar con el recorrido. Entré la frontera Agua Caliente y Esquipulas encontré 3 puestos instalados por las fuerzas de seguridad”, dijo.
Luis Martínez, de 32 años, también venezolano, comentó que al entrar a Guatemala las fuerzas de seguridad le dijeron que para continuar su camino cada persona debía pagar 20 dólares, de lo contrario serían regresados a sus países de origen. Muchos migrantes, incluso familias completas, quedan varados, pues no les permiten continuar el viaje o son enviados a la delegación de migración.
“Quedarse en Guatemala no es una opción. Solo vamos de paso y queremos que en los buses nos cobren el valor del pasaje, lo que en realidad se paga”, indicó. El entrevistado considera necesario el paso por Guatemala para avanzar a México, donde también los extorsionan y estafan, por lo que se quedan sin dinero y no les queda más que dormir en la calle. En la travesía, Costa Rica es el único país, que según sus palabras, les ha dado apoyo y un buen trato a todas las personas migrantes.
Martínez detalló que está acompañado por dos tíos, una cuñada, sobrinos, su mujer y dos hijos de 8 y 12 años de edad. “Andamos un grupo de 12 personas. Llevamos 24 días de camino desde que salimos de Venezuela, con el único objetivo de buscar un mejor futuro para nuestros hijos, pues la estabilidad laboral en Venezuela es muy crítica y no tenemos lo suficiente para comprar medicinas, comida y pagar la renta del lugar donde vivimos”, puntualizó el migrante.
Otro venezolano, Alejandro Guzmán, de 23 años, salió de su país desde hace varios días y le ha tocado transitar por más de seis países, en medio hambre, sed, discriminación, estafa y extorsión, de parte de las fuerzas de seguridad y de los transportistas. Guzmán fue deportado de México para acá. Estar en Guatemala ha sido muy difícil, por falta de dinero para comprar comida y pagar transporte, dijo.
La situación económica, el desempleo y la inseguridad, fueron algunos de los motivos que lo obligaron a salir de Venezuela para buscar mejores oportunidades a su familia, dijo Guzmán. En su criterio, el paso por Panamá, Costa Rica y Honduras no fue malo, porque recibieron apoyo de muchas personas y de las fuerzas de seguridad, a diferencia de Guatemala, donde son constantes las estafas y extorsiones, puntualizó.
La auxiliatura de la PDH en Chiquimula atiende a migrantes
Yesenia Sandoval, auxiliar de la PDH en Chiquimula, dijo que desde 2018 ha aumentado el flujo migratorio, especialmente en los puestos fronterizos de Agua Caliente y El Florido, donde hay mayor ingreso de migrantes. Se han visto grupos grandes de personas, núcleos familiares, niñez y adolescencia, personas mayores y con discapacidad.
Hemos realizado varias acciones para garantizar y promover el respeto a los derechos de estas personas, las que han sido documentadas en expedientes, indicó Sandoval, además de lamentar que estos grupos sean vulnerados por la misma sociedad. Recordó que Guatemala es un país de origen, de tránsito y de destino de la migración.
Sandoval destacó que se deben unir esfuerzos entre instituciones. Es un tema que no corresponde solo a la PDH, porque se debe garantizar el derecho a la salud y a la seguridad, entre otros. La PDH en Chiquimula forma parte de una Mesa de Atención para personas migrantes y refugiadas, iniciativa impulsada por la Oficina del Alto Comisionado de las naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), instalada en Esquipulas.
La auxiliar señaló que muchas personas afectadas no denuncian, por temor y por las particularidades de la migración, por eso el número de denuncias es bajo. Sin embargo, en 2022 conocieron denuncias sobre las extorsiones por parte de agentes de la policía, en distintos retenes colocados en las carreteras; cobros ilegales que irían entre los 20 y los 40 dólares por persona, aunque esto no se tiene completamente comprobado, anotó.
“Otras denuncias son por cobros excesivos de pasaje en los buses extraurbanos, así como por comisiones abusivas por parte de quienes prestan el servicio de recepción y cambio de remesas”, dijo Sandoval.
La auxiliar también se refirió a rumores sobre el uso del servicio de UBER, para transportar a las personas. “No podríamos decir que en estos casos no está involucrado el crimen organizado para el tráfico de personas”, comentó.
Por último envió un mensaje a la población sobre la problemática migrante: es un tema importante y muy controversial. Muchas veces se utiliza el término migrante como sinónimo de delincuente, cuando es un ser humano como cualquier persona, que busca mejores condiciones de vida. La migración NO es un delito, tiene muchos factores, como la pobreza, el desempleo y la inseguridad, que obligan a las personas a huir de sus países de origen.
“No es una migración voluntaria, es una migración forzada; muchas personas, con pocos recursos, no logran avanzar en su camino, por lo que se quedan en el trayecto para agenciarse de dinero para continuar hacia su destino, para muchos, Estados Unidos”.
Las estadísticas de Gobernación durante el 2022
La información estadística del Ministerio de Gobernación refiere que la Policía Nacional Civil (PNC) de Chiquimula, contabilizó en 2022 a 11 226 personas migrantes, de nacionalidad venezolana, que fueron retornadas a la frontera El Florido.
En enero de 2022 fueron retornados 69 venezolanos; entre febrero y marzo se incrementó a 568. De julio a octubre aumentó a 1 985. A estos se suman 1 493 de nacionalidad ecuatoriana; 762 , haitianos; 678 cubanos; 501 hondureños; 289 colombianos; 218 dominicanos y 146 nicaragüenses.
También transitaron por Chiquimula migrantes de distintas nacionales del continente africano, ascendiendo a un total de 887 personas.
Un número que llama la atención es el de personas salvadoreñas, porque solo fueron 23 las retornadas a las delegaciones del Instituto Nacional de Migración ubicadas en las fronteras de Agua Caliente y El Florido, una cantidad muy baja, tomando en cuenta que el gobierno de Nayib Bukele mantuvo una lucha antipandillas durante varios mes de 2022.
El departamento de Chiquimula ha sido y es un paso de migrantes, por colindar con los país de El Salvador y Honduras, sin embargo, también genera migración propia. En 2022 fueron 3 292 personas chiquimultecas retornadas de EE.UU. y México, de un total de 94 216 migrantes de Guatemala, que retornaron, tanto por vía aérea como terrestre, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre.
Siendo la distribución de retornados por municipio la siguiente:
Chiquimula | 933 |
San José la Arada | 34 |
Ipala | 162 |
Jocotán | 508 |
Camotán | 407 |
San Juan Ermita | 133 |
Esquipulas | 469 |
Concepción Las Minas | 111 |
Quezaltepeque | 161 |
San Jacinto | 97 |
Olopa | 277 |
Total | 3292 |
Entre hombres, mujeres y niños.
Fuente: Fernando Castro Molina, analista migratorio.
Muchos migrantes regresaron en peores condiciones, por el endeudamiento adquirido para para costear la travesía para tratar de alcanzar frontera sur de EEUU.
Lamentablemente las instituciones vinculadas al tema migratorio en Guatemala no realizan campañas informativas, para advertir las consecuencias ni los peligros que se enfrentan al migrar.
“Mientras no haya empleo, desarrollo y pago de salarios justos, para combatir la pobreza y pobreza extrema, la migración continuará imparable”, destaca un texto de Fernando Castro Molina, analista migratorio.