Por Lencho Pez
Malin Antun, cómo fue conocida en vida, falleció este 29 de diciembre. A sus 87 años deja un vacío dentro del gremio de las comadronas del municipio de Santa Eulalia, situado en el norte de Huehuetenango.
Personas como ella, de habla Q’anjob’al, se les puede considerar como científicas mayas por su destacado conocimiento en la medicina ancestral, sin haber puesto un pie dentro de la puerta de alguna universidad para estudiar medicina. Antun tiene el conocimiento transmitido por generaciones, dando cuidado y amor a las futuras madres.
A los 25 años, Malin, empezó su misión y se entregó de lleno a su vocación a la cual fue llamada por el destino, según sus propias palabras. En sus últimos días de vida, asistió a cientos de partos, dio el soplo de vida a varias personas que en la actualidad son profesionales o dirigentes importantes dentro de la sociedad de Jolom Konob’, la capital de la nación Q’anjob’al.
Sus hijos, hijas, nietos y demás familia, agradecen sus muestras de condolencias e invitan a familiares, vecinos, y amigos a qué los acompañen a la velación de sus restos mortales en la que fue su casa de habitación en el cantón Sataqna.
Por su asistencia, eternamente agradecidos.
Atentamente sus hijos e hijas.
