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Paros o bloqueos permanentes

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Créditos: Miguel Ángel Sandoval
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Miguel Ángel Sandoval

El emperramiento de la fiscal y del presidente que no quieren entender que infelizmente su tiempo ya se terminó, nos coloca ante una situación de ingobernabilidad, que poco a poco, ira en desarrollo, creciendo hasta hacerse nacional, masiva. No parece que haya, de momento, una salida a este escenario.  Los sectores sociales que se movilizan aprenden de forma rápida el arte de las coincidencias, se acercan posiciones, se liman asperezas y en la medida que el objetivo es único, pues se produce un paro continuado, sin disputas, con claridad en las metas.

Quizás lo que mejor ilustra esta situación de ingobernabilidad, es la crisis a la que están llevando al MP. El despido sin cubrir el proceso legal del fiscal Juan Francisco Sandoval, que se convirtió en el detonante de lo que vemos ahora, y que se ha convertido en el tema a resolver. Pero de parte del fiscal y del gobierno central (la independencia de poderes no limita la comunicación entre ellos) no hay nada que nos diga que se busca una solución.

Lo primero es el nombramiento de una fiscal de carrera en sustitución del fiscal despedido; en poco más de una semana, esta es a su turno removida, para dar lugar el fiscal Curruchiche, que en los próximos días debería ser a su turno removido, pues no es posible pensar en un fiscal encargado de la FECI con tanto rechazo ciudadano, y tanto cuestionamiento internacional. Sea de nuestro principal socio comercial o de la Unión Europea. Es algo que está puesto sobre la mesa.

En medio de esto, y como la otra parte del problema, el presidente se da el lujo de dar declaraciones que revelan, en el menos grave de los casos, prepotencia, lo que no contribuye en nada a mejorar la gobernabilidad. Y como algo circunstancial, pero de naturaleza estructural, la idea de hacer una moneda conmemorativa de Atanasio Tzul, con valor de un quetzal, viene a replantear el incómodo tema del racismo, que por reiterado no se analiza y menos se hace por resolver. En el caso de la moneda, hay irritación en los 48 cantones y en todas las organizaciones indígenas del país. Con ello la situación de molestia e indignación, se traslada a los paros o bloqueos.

En estos días, desde todos los actores sociales, campesinos, indígenas, académicos, estudiantiles, pueblos originarios, escritores, autoridades ancestrales, hay un proceso, lo digo con la expresión menos dura, de encabronamiento. Las muestras de prepotencia de las autoridades, de desprecio por las demandas, o la insistencia en mantener las medidas erráticas, hacen que desde todo el país se multipliquen las muestras de descontento y se vaya a las calles.

Mientras exista este cuadro, con un gobierno que no quiere aceptar las demandas de la sociedad, y la sociedad considere que no es escuchada, pues como es lógico pensar, seguirán las movilizaciones, que irán creciendo hasta convertirse en insostenibles. Si se permite que pasen las semanas sin soluciones, pues el escenario es claro: el malestar crecerá, la economía sufrirá las consecuencias, el gobierno continuará su deriva de pérdida de legitimidad. No hay otra forma de verlo.

En este contexto, y a pesar de las diferencias de convocatoria, participación, con 2015, no existe a la vuelta de la esquina ningún proceso electoral a la vista, o que el mismo pueda ser visto como una tabla de salvación a la crisis. Por ello, es ahora que se deben encontrar las salidas por la vía de atender las demandas de la sociedad. Se entienda o no, se acepte o no, pero no podemos permitir el desgaste democrático, menos aún, la demolición de las instituciones como el MP.

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