Por Lourdes Álvarez
La faena empezó al nacer. La Guatemala oficial reconoce en el papel que los pueblos indígenas existen y exalta la multiculturalidad folclórica y turística. Pero en la práctica, poco o nada hace el Estado por acabar con las causas que originan el brutal racismo y la desigualdad. Hoy, otra vez, los Pueblos Indígenas le han marcado el paso y han señalado al país el camino a seguir ante los desmanes del poder que lo gobierna.
Fue desde los Pueblos Indígenas que se convocó a inicios de esta semana a un paro nacional en los diversos territorios etnolingüísticos. Antes de que saliera el sol este jueves 29 de julio, las comunidades originarias movilizaron regiones y paralizaron caminos. Destacaron sus marchas, asambleas y otras formas de organización, convocatoria, gestión y liderazgos comunitarios, que hasta donde se puede percibir, fueron bien atendidos y recibidos por sectores nacionales e internacionales que abanderan y se suman a la lucha contra la corrupción.
Al cierre de esta nota, el 29 de julio por la noche, no estaba claro cuántas personas participaron en las acciones de protesta; algunos hablan de miles, otros de cientos, pero en el ambiente prevalece la sensación de algo “grande” que se gestó desde los territorios de los Pueblos Indígenas y que fue respaldado por una fuerte movilización de organizaciones sociales, colectivos urbanos y hasta partidos políticos de oposición.
El #ParoPlurinacional o #ParoNacional29J se gestó desde el viernes 23 de julio ante la inconformidad popular porque la fiscal general del Ministerio Público, Consuelo Porras, destituyó a Juan Francisco Sandoval jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI). Esto fue, para muchos, la gota que derramó el vaso, ya lleno por la ineficiente gestión gubernamental a cargo del presidente Alejandro Giammattei durante la pandemia por Covid-19, los procesos de vacunación contra el virus y la pésima respuesta a la destrucción que provocaron las tormentas Eta y Iota en 2020.
Más allá de las coyunturas específicas, autoridades de los pueblos originarios reiteraron en las protestas que este modelo de país no les representa, no les escucha y no les toma en cuenta. Por eso hicieron sentir su fuerza y dejaron claras sus demandas.
150 y miles más…
Los reportes empezaron a llegar desde las 5 de la mañana del jueves. Se coordinaban los últimos detalles para la movilización, la toma de puntos estratégicos de las carreteras y para la seguridad. También se acondicionaban tarimas y micrófonos para los pronunciamientos, que desde los Pueblos Indígenas se centraron en solicitar la renuncia del presidente Alejandro Giammattei, la renuncia de Consuelo Porras del MP, la restitución del exfiscal Sandoval, pero además, en la reducción de los costos de la canasta básica, de la energía eléctrica, el acceso a las vacunas, el rechazo a la minería, a las hidroeléctricas, entre otros problemas que afectan a esas poblaciones que se encuentran lejanas a la ciudad capital. Además, en algo que ha comenzado a tomar rumbo: una Asamblea Plurinacional Constituyente.
Entre las 6 y 7 de la mañana, ya eran visibles las concentraciones de los 48 Cantones de Totonicapán, el Parlamento del Pueblo Xinka, las autoridades ancestrales de la región Ixil, Ch’orti’, Q’eqchi’, la Alcaldía Indígena de Sololá, entre otros territorios de Huehuetenango, Petén, Izabal, Escuintla, Santa Rosa y Guatemala.
Desde pronunciamientos previos, que comenzaron el lunes 26 de julio, Martín Toc, presidente de la Junta Directiva de los 48 Cantones, cuestionó la actual estructura del Estado, las decisiones políticas enfocadas al beneficio de unos pocos, y reiteró un llamado a la unidad nacional.
En su cuenta de Twitter, Toc pedía desde el martes antes del #ParoNacional que no se le idealizara, que él estaba en ese puesto comunal de manera rotativa y que la población debía enfocar sus esfuerzos a procesos de mayor alcance.
Desde la representación de su Parlamento, el pueblo Xinka, también alzó la voz. Actualmente, este pueblo se encuentra en un proceso de preconsulta por un proyecto extractivo minero en sus territorios y ha tenido logros importantes sobre el reconocimiento de su cultura y su espiritualidad.
Y en otro particular giro de estas movilizaciones, desde la comunidad de Santa María Xalapán, Jalapa, las autoridades Xinka lideraron una conferencia de prensa donde participaron organizaciones sociales, de estudiantes y partidos políticos como Winaq, Semilla y la Unidad Nacional Revolucionaria Guatemalteca, marcando así y al menos en lo visible, el ritmo de las acciones de muchos ladinos.
Por otra parte, entre las acciones desde los departamentos, a las que se sumaron pequeños comercios y propietarios de negocios de subsistencia, también se destacaban las persianas metálicas cerradas, las luces apagadas, las calles de los mercados vacías y los rótulos donde se anunciaba con orgullo que se sumaban a las acciones nacionales de paro.
Otra de las medidas que también se anunció por parte de los 48 Cantones de Totonicapán prohibió la venta de bebidas alcohólicas durante la jornada, como medida restrictiva ante cualquier descontrol.
Destacó en la jornada el gesto de doña Reyna, así conocida en su comunidad. Como ofrenda y solidaridad en el Paro Nacional regaló panes a los manifestantes en el cruce de la franja San Antonio, Raxruha, Alta Verapaz y Sayaxché Petén
En la región Centro Sur y Sur Occidente, Escuintla, Retalhuleu y Suchitepéquez, jóvenes como Harold Urías, de la coordinadora de la sociedad civil organizada de Palín, enfatizaban que “no basta con pedir la renuncia del presidente Giammatei, es el sistema putrefacto el qué hay que cambiar”
Mientras que desde Alta Verapaz las acciones se sumaban en varios puntos donde se destacaban carteles de diversos manifestantes en la comunidad de Cubilwitz, Cobán. “Somos humildes, pero no somos ignorantes”, decía uno.
Las mujeres maya poqoman también se destacaban en kilómetros de gris asfalto en Palín. Además de las pancartas, algunas mujeres mayores llevaban incensarios en sus manos, uno de los artefactos de la espiritualidad indígena más antiguo e importante.
Desde las concentraciones de Sololá, en el punto conocido como Los Encuentros, uno de los vecinos dijo: “Vení a contarnos Giammattei y te vas a dar cuenta que no somos 150 pelones. ¡Somos 18 millones que queremos que te vayas!”, en alusión a las declaraciones recientes del presidente, quien en tono despectivo especuló que pocas personas acudirían a las protestas.
En el territorio k’iche’ se concentró un punto de la toma de la carretera principal en el entronque que conduce a los municipios de Cunén, Uspantan, Chicamán, Nebaj, Cotzal y Chajul. Solo en ese lugar se estimaba un aproximado de 3 mil 500 pobladores.
El pueblo Maya Ch’orti’ también declaró al presidente Alejandro Giammattei como padre de los corruptos y pidió su renuncia de inmediato, así como de la fiscal general, y anunciaron que de no obtener respuesta continuarán protestando.
Desde las autoridades indígenas de los diversos pueblos, Rigoberto Juárez, autoridad ancestral Q’anjobal’, hizo un recuento de las movilizaciones a nivel nacional. “Esto es una muestra de que el pueblo está cansado de tanta corrupción, hambre y muerte”, decía.
Estudiantes desde la calle Martí hasta Cayalá
La organización del movimiento estudiantil Asociación de Estudiantes Universitarios Oliverio Castañeda de León (AEU) de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) también se sumó las expresiones de rechazo contra el gobierno de Giammattei desde la Calle Martí, entre la zona 6 y zona 2 de la capital, para llegar a la sede del MP, en el barrio Gerona de la zona 1.
A los estudiantes y otros manifestantes este gobierno le tiene cuentas pendientes. Aún no se ha esclarecido la brutal represión policial que se ejerció en su contra en las jornadas de protestas ciudadanas de noviembre y diciembre del año pasado, donde hubo varias personas detenidas, vapuleadas, electrocutadas, torturadas y hospitalizadas, y dos sufrieron pérdida ocular.
Con pancartas de “en el campo y en la ciudad, lograremos unidad #RenunciaGiammattei”, las y los estudiantes se enfilaron por el centro histórico hasta llegar a la sede del MP
Los estudiantes de las universidades privadas, como la Universidad del Valle y la Universidad Rafael Landívar, también tomaron acciones que destacaron en la jornada, porque no se habían reportado en otras movilizaciones populares de la ciudad capital. Tomaron el bulevar principal de Vista Hermosa, en la zona 15, que además de ser una importante arteria vial es una zona de clase media y clase media alta que en los últimos años ha experimentado un proceso de transformación acelerada con la construcción de apartamentos y centros comerciales.
Expresiones urbanas y religiosas
Al filo del mediodía la ciudad capital era un montón de puntos de colores que ondeaban banderas de Guatemala, del orgullo LGBTIQ+, de organizaciones sociales reconocidas como el Comité Campesino del Altiplano, el Comité de Unidad Campesina, entre sindicatos y oenegés, que históricamente han acompañado y acuerpado este tipo de expresiones ciudadanas.
Se podía apreciar a cientos de personas que se concentraban desde diversas vertientes al Parque Central en donde exigian frente al Palacio Nacional la renuncia del presidente.
Diversas expresiones religiosas también se congregaron en el parque central, y desde la catedral en Jutiapa también se hacía sonar el rechazo. “Todo el país está indignado y harto del descaro de “funcionarios” corruptos y ladrones. La pandemia ni la salud de la población ha sido prioridad para este gobierno”, decían.
¡Sin música no habrá revolución!
A las reconocidas piezas de Los Guaraguao se sumaron acciones de la batucada de la red de mujeres Ixiles, desde Nebaj, Quiché, que se concentraron con tambores en mano a protestar frente a las instituciones de la Fiscalía Municipal del MP.
Las y los estudiantes de la USAC, UVG y Landívar también hicieron algarabía, entre sonrisas y pasos rítmicos, frente al MP. Algunos portaban los característicos trajes que se usan durante la Huelga de Todos los Dolores de la USAC.
En Ixcán, con guitarra y al canto de “Si es por amor”, resonó la voz de artistas de Copal AA la Esperanza, Cobán, quienes se unieron al paro nacional desde el puente Chixoy
También hubo movilización cerca de una de las cárceles de Guatemala, en El Boquerón, donde han ocurrido u originado una serie de asesinatos que no se han esclarecido, como una masacre relacionada con las ejecuciones de varios diputados salvadoreños en Santa Rosa, hechos que originaron en parte la solicitud de Guatemala a las Naciones Unidas para la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (Cicig). En El Boquerón, las comunidades Xinka protestaban con un poco de música y pasos de baile para pedir el fin de la corrupción y la renuncia de Giammattei.
Guatemala aún no cierra una jornada de manifestaciones nacionales que se ha extendido hasta las 19 horas de este jueves y que promete próximas jornadas. En regiones como Izabal, debido a las altas temperaturas en el municipio, la población y organizaciones convocantes decidieron sumarse al paro plurinacional ahora. De igual manera en San Pedro Sacatepéquez, donde ya han encendido algunas antorchas.
Parece que hoy se comienza a escribir un nuevo capítulo en la abonada lucha que la desaparecida CICIG, la Feci, fiscales, jueces y población encaminaron en el 2015. Una lucha que los Pueblos Indígenas conocen muy bien: contra los tributos coloniales, contra el orden finquero, contra la represión estatal durante la guerra, entre otros, y desde hace siglos.
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