Por David Toro
La situación de los guatemaltecos que viven en Estados Unidos se debate ante dos posibilidades: una, de enfermar de COVID-19 sin ayuda y sin acceso a servicios de salud; y la segunda, la incertidumbre de lo que les ocurrirá de resultar positivo.
Varios inmigrantes prefieren morir en su apartamento que ir a buscar ayuda médica. En varias ocasiones han buscado ayuda y solo les recetan Tylenol (acetaminofén), mencionó Guillermo Castillo, miembro fundador de la organización Cooperación Migrante.
Castillo pasa días difíciles, sus ojos son testigos de cómo la vida de los inmigrantes se consume en la soledad. Es líder migrante y analista en temas de migración y ante esta realidad no se ha quedado de brazos cruzados. Acompaña y da consejería a casos positivos de COVID-19.
Sobre esta realidad, el canciller Pedro Brolo explicó en el programa A Primera hora de Emisoras Unidas el lunes 13 de abril, que los guatemaltecos que fallecieron en Estados Unidos a causa de COVID-19 serán cremados en ese país.
Tres escenarios
Para Castillo, la realidad de los migrantes se puede entender a partir de tres escenarios: el primero, para quienes viven en Estados Unidos; segundo, los que están en los centros de detención; y tercero, quienes están en la frontera sur de México.
Pero aquí no termina todo, los migrantes tienen que enfrentar discriminación en los diferentes estados del territorio estadounidense, mencionó castillo. Cientos de migrantes enfrentan está realidad en los estados en donde el fenómeno del racismo está más extendido.
A diferencia de los llamados estados santuario, en donde las personas guatemaltecas y migrantes en general si tiene la posibilidad de buscar ayuda, aunque en algunos casos es escasa, en los estados racistas se tiene nula posibilidad de ayuda, mencionó Castillo.
En los estados en donde se registra mayores niveles de racismo hacia migrantes latinoamericanos es más complejo. El acceso a la prueba para diagnosticar la Covid-19 no es tarea sencilla y cuándo se logra es por medio de un seguro médico, y para ello hay que tener seguro social y los indocumentados están lejos de esas posibilidades.
Por ello, dice Castillo, “los inmigrantes que no encuentran ninguna respuesta, deciden regresar a su casa. Además tienen miedo a que solo les den una pastilla y le digan regrese cuando este más enfermo”.
La disyuntiva de los migrantes
Los inmigrantes que fallezcan en tierra norteamericana por el COVID-19, tendrán dos caminos: ser incinerados y quizás lleguen las cenizas a los familiares, o los cuerpos se quedaran en fosas comunes.
“La política de Estados Unidos está clara, cualquier inmigrante que se presente a la frontera sur, se le considera como amenaza a la salud pública y amenaza a la seguridad nacional”, mencionó Castillo.
De regreso a casa o varados
Adicionalmente, Guillermo narra que en la frontera sur con México las personas migrantes se enfrentan a la trata sexual, secuestros, y son víctimas de narcotráficantes, ante esas amenazas las personas se está regresando a su país de origen. Pero la posibilidad de que varios migrantes se queden en la frontera norte de Guatemala es muy alta.
Es urgente que las autoridades de los departamentos fronterizos sumen esfuerzos para darle acompañamiento a estos casos, además de no estigmatizar a los migrantes.
El Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) informó que hasta el lunes 13 de abril 21 guatemaltecos han fallecido en el territorio estadounidense a consecuencia de la enfermedad.