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Créditos: Edwin Bercian / Publinews
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por David Toro

Los integrantes de la primera caravana migrante de 2020 han tenido diferentes desenlaces, algunos permanecen en la frontera entre México y Guatemala, otros han sido deportados a Honduras y un pequeño número sigue su camino hacia Estados Unidos. Mientras el gobierno de Donald Trump  presume como su política antimigratoria ha disminuido en gran medida la cantidad de personas que cruzan la frontera en Arizona.

Ocho días después de que más de 3 mil hondureños iniciaran su camino desde diferentes partes de su país, con la idea de llegar a Estados Unidos, el panorama es muy diferente a los resultados de la primera caravana masiva de 2018, cuando una buena parte de los migrantes lograron llegar a su destino luego de sortear los riesgos del camino.

Hasta este 21 de enero, 140 hondureños fueron deportados, por el Gobierno del presidente Manuel López Obrador, desde el sur de México hasta la capital hondureña de San Pedro Sula. Mientras que otros 1 mil migrantes podrían ser regresados en los próximos tres días, según informó el canciller mexicano Marcelo Ebrard a medios mexicanos esta mañana. Esto indicaría que Ebrard cumplió con la promesa que hizo a Alejandro Giammattei en la reunión bilateral del  15 de enero, cuando el presidente guatemalteco aseguró que Ebrard se haría cargo de detener la caravana.

México postró a la Guardia Nacional (GN) desde el 18 de enero en el paso fronterizo de Ciudad Hidalgo para detener la caravana que se unificaba en la frontera de Tecún Uman, en el occidental departamento de San Marcos.

Ante la falta de acuerdos entre las autoridades mexicanas y los migrantes, al menos 1 mil personas aprovecharon el nivel bajo del río Suchiate para cruzar al otro lado de la frontera, fueron recibidos por la GN, se reportaron enfrentamientos, personas heridas y dos menores de edad desaparecidos. “Hubo serias violaciones a los derechos humanos”, dijo a Publimetro el activista Luis Villagran coordinador del Centro de Dignificación Humana AC, de Tapachula quien también refirió que 800 personas  lograron llegar a la carretera interestatal pero fueron interceptados por militares.

Luis Fernando Laparra, Defensor de la Niñez de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), informó que uno de los dos menores fue localizado y reunificado con su madre en Ayutla, San Marcos, donde actualmente aún hay un aproximado de 200 migrantes entre salvadoreños y hondureños varados a la espera de tomar una decisión sobre intentar cruzar o volver a sus países.

Mientras tanto a 2 mil kilómetros de distancia del Río Suchiate entre San Marcos y Chiapas, en la frontera entre México y Estados Unidos, el Gobierno del presidente Trump afina detalles de su política migratoria, según un artículo de la Associated Press (AP) publicado el 19 de enero, desde que EEUU está enviando a los solicitantes de asilo a México y Guatemala las capturas en los pasos fronterizos de Arizona cayeron dramáticamente, pues en mayo del año pasado detuvieron a 14 mil personas y de octubre a la fecha el promedio mensual es de 800 personas. 

“Las caravanas son un desafío a la política norteamericana”

Desde la perspectiva de Úrsula Roldán, directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT),  la carava migrante más reciente es distinta a las primeras dos de los años anteriores debido a la respuesta de los Estados de la región. “Es difícil saber si existirá una nueva caravana, esto dependerá del comportamiento político del gobierno hondureño, si  el presidente Juan Orlando Hernández sigue teniendo el respaldo del gobierno estadounidense las personas seguirán escapando, pero también depende de las historias que escuchen si algunos migrantes tienen éxito seguramente otros querrán viajar”.

“Estas caravanas son un desafío colectivo a la política migratoria norteamericana y se originan por la desesperación de la gente porque no ve cambios a corto plazo  y  migrar es una luz fortuita y que cada vez se ve más lejana”, refiere Roldán que también considera que los acuerdos migratorios entre Estados Unidos y Guatemala no impedirán que la gente siga intentando llegar al norte del continente, “los migrantes han roto muros, no digamos acuerdos, para mi estas son medidas publicitarias del presidente Trump y para ejercer poder sobre los gobiernos centroamericanos”.

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