Por David Toro
El 8 de diciembre se cumplió un año de la muerte de Jakelin Caal, la niña Q’eqchi´ que falleció en Nuevo México cuando estaba detenida en una estación de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos. Durante estos doce meses surgieron otras cuatro muertes de menores guatemaltecos en condiciones similares que aún generan muchas preguntas sin respuesta. Mientras el actual gobierno focalizó sus esfuerzos en concretar acuerdos de seguridad fronteriza y asilo con Donald Trump.
Jakelin Caal de 7 años falleció en un hospital de El Paso, Texas, un día después de haber sido detenida por la Patrulla Fronteriza junto a su padre en una zona desértica de Nuevo México. Las causas de la muerte de la niña siguen sin esclarecerse, un informe de mediados del 2019, asegura que Caal falleció por una infección bacteriana, pero hasta el momento se desconoce dónde y cómo adquirió la enfermedad que terminó con su vida.
El pasado domingo un grupo de congresistas latinos que conforman el “Comité Hispano legislativo” que se conocen como “Hispanic Caucus” en redes sociales, recordaron la muerte de Caal y la importancia de que no quede impune y se investigue la administración de Trump por este hecho, además aseguran que Jakelin falleció debido a la negligencia de la patrulla fronteriza.
Today marks the 1 yr anniversary of Jakelin Caal Maquin’s death in @CBP custody. She was 7 yrs old, just a small child, when our govt’s negligence killed her.
— Hispanic Caucus (@HispanicCaucus) December 8, 2019
The Trump Admin must be held accountable for her death.
We remember her, & will keep fighting for #JusticeForJakelin. pic.twitter.com/eCPO8hBt4z
La muerte de Jakelin le dio la vuelta al mundo, medios internacionales enviaron a sus reporteros gráficos hasta Raxruhá, Alta Verapaz, para cubrir su entierro en pleno 24 de diciembre, su caso desnudó la crisis de los centros de detención de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos, esta muerte ligada a la migración, fue la contraparte del vehículo político de Donald Trump, que ha mostrado una mano dura contra la migración centroamericana.
El mismo día que Jakelin estaba siendo velada en su hogar, falleció Felipe Gómez Alonso, un menor de 8 años, de origen maya Chuj, de Nenton, Huehuetenango, que murió en Nuevo México, nuevamente bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza luego de haber sido separado de su padre con quien viajaba. El caso de Felipe es comparable con el de Jakelin en muchos aspectos, sobre todo las causas de su salida del país, provenían de comunidades indígenas abandonadas por el Estado con casi nulas posibilidades de poder optar por una mejor calidad de vida.
Posterior al caso de Felipe, surgieron tres muertes más: Juan De León de 16 años fallecido el pasado 30 de abril por una infección severa en el lóbulo frontal, luego el 8 de mayo murió Wilmer Ramírez de 2 años, también bajo la custodia de la Patrulla y la causa habría sido una neumonía. Posteriormente falleció Carlos Gregorio Hernández de 16 años, el 14 de mayo por causas desconocidas y recientemente el medio estadounidense publicó un video de la cámara de seguridad del centro de detención de Weslaco, Texas donde se ven los últimos minutos de vida de Gregorio.
En los cuatro casos que Prensa Comunitaria documentó se constató que el Estado de Guatemala, por medio de la Procuraduría General de la Nación (PGN) y el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex), facilitaron a las familias de los niños fallecidos, el traslado de los cuerpos a sus lugares de origen, además de los trámites burocráticos, sin embargo nunca hubieron posicionamientos oficiales críticos de la situación de parte de la canciller Sandra Jovel e inclusive agradeció públicamente el 25 de julio al gobierno norteamericano el trato que le deban a los menores guatemaltecos que estaban detenidos en ese país.
Durante el año fiscal estadounidense (noviembre 2018-noviembre 2019), la patrulla fronteriza de Estados Unidos detuvo a 30 mil niños guatemaltecos que viajaban solos, además de 185 mil unidades familiares, posicionando a Guatemala como el país de Centroamérica con la cifra más alta de detenciones de migrantes.
La política guatemalteca se centró en la atención a las solicitudes de Trump de reforzar la seguridad, a tal grado que se firmó bajo la mesa, sin aviso previo, el Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA), conocido en primera instancia como “Tercer País Seguro”, además el ministro de gobernación Enrique Degenhart, también firmó acuerdos bilaterales para que la Patrulla Fronteriza, capacite a la policía guatemalteca para atender el tema migratorio en fronteras, en semanas recientes los operativos conjuntos con agentes estadounidenses han sido visibles en la carretera que conduce de la frontera de Honduras hacia la ciudad de Guatemala y de la capital hacia las fronteras con México.