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Créditos: Polígrafo.
Tiempo de lectura: 2 minutos

28 de marzo 2019

El macabro asesinato de un joven de 18 años en Huehuetenango, a quien golpearon y grabaron en su cuerpo insultos por su orientación sexual, da muestra de que los discursos intolerantes y ultraconservadores son un problema social que atenta contra la vida de los guatemaltecos.

José Roberto Díaz, de 18 años cumplidos, era abiertamente gay. Fue asesinado el pasado 25 de marzo. Su cuerpo fue encontrado en un terreno baldío y tenía escritas en su cuerpo insultos homofóbicos.

Su madre sabía que su hijo era gay desde que este cumplió los 15 años, y lo apoyó desde entonces para que hiciera lo que le gustaba. A José Roberto le apasionaba el maquillaje y se ganaba la vida de esa manera. Participó en varios concursos de belleza y ganó tres títulos.


Su madre busca ahora que se haga justicia por el asesinato, en donde el crimen pareciera tener relación únicamente con su identidad sexual.

En la actual coyuntura política el tema de la diversidad sexual ha sido abordado por algunos candidatos, aprovechando el conservadurismo del país en temas sexuales para sostener el discurso de la intolerancia con fines populistas.

Por ejemplo, la candidata a diputada por el partido Valor, Lucrecia Marroquín, una férrea opositora de la diversidad de género, mencionó en una entrevista con la radio Emisoras Unidas que “los hombres que no tuvieron una madre en casa se vuelven homosexuales, y las mujeres que no tuvieron un padre se convierten en lesbianas”. Según la candidata, el tema de la diversidad de género es lo que ha creado el conflicto social que vive el país.

¿Qué piensas de estos crímenes?

¿Consideras, como menciona la candidata, que las personas que no vivieron con el padre o la madre se “convierten” en gays o lesbianas?

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