06 de marzo 2019
En México deberían existir más medios de comunicación hablados en lenguas indígenas y operados por los integrantes de esas comunidades, planteó el ciudadano Manuel Espinosa, invitado por la Cámara de Diputados a ofrecer el primer discurso de la sesión ordinaria de este martes 5 de marzo.
En su intervención publicada en español en la versión electrónica de la Gaceta Parlamentaria, Espinosa Sainos señaló que los medios que difunden en lenguas originarias no son suficientes.
Relató que pese a ser orgullosamente totonaco, no aprendió hablar ni escribir en su propia lengua sino hasta alcanzar la edad adulta.
Lamentó que las únicas manifestaciones de la cultura indígena aparezcan en los medios masivos con imágenes distorsionadas, en forma de chistes o en la nota roja, lo que forma parte de una enseñanza del desprecio hacia los pueblos originarios.
“Por años nos han enseñado despreciarnos a nosotros mismos, a auto negarnos, a avergonzarnos de nuestro ser indígena hasta invisibilizarnos. Y en esto tiene mucho que ver la radio y la televisión principalmente, que constantemente nos están diciendo cómo tenemos que vestirnos, qué tipo de alimentos comer, la forma en que debemos hablar, hasta dejar de ser nosotros”, recriminó.
Por lo anterior, se pronunció a favor de fortalecer las radios culturales indígenas, otorgándoles recursos para que sigan funcionando, puedan actualizar equipos y capacitar constantemente a su personal.
Asimismo pidió más reconocimiento y apoyo a los radios comunitarias, que no sólo mantienen informada a la población sino que juegan un papel relevante en la conservación de la lengua y culturas originarias.
De igual modo, se pronunció a favor de abrir más espacios en televisoras públicas y comerciales a la cultura indígena, para que sean los propios habitantes de esos pueblos quienes le digan a la gente en su propia lengua quiénes son, como son y cuál es su verdadero rostro.
Consideró que las políticas públicas basadas en el número de hablantes de una lengua son erróneas, porque al dar prioridad en la implementación de programas a lenguas con mayor número de hablantes es minimizar a las otras.
Recomendó trabajar con la población joven, para difundir el conocimiento originario a través de herramientas elementales como la literatura, la poesía y los contenidos en medios de comunicación.
“¿Y qué tal si volvemos hacer nosotros mismos? ¿Y qué tal si convertimos a los medios de comunicación en promotores de nuestras lenguas y culturas? ¿Qué tal si en las primarias, secundarias y bachilleratos de nuestros pueblos se imparte como materia en la creación literaria en nuestras lenguas? (…) ¿Y qué tal si ahora nos enseñamos a amar eso que por muchos años nos han enseñado a despreciar? Y por favor, dejen de llamarnos nuestros indígenas. Nosotros no somos propiedad de nadie. Ningún ser humano es propiedad de nadie”, remarcó.