El pasado 8 de febrero se suspendió en Retalhuleu la audiencia de primera declaración del Señor Virgilio García Carrillo —miembro de la CPR—, los señores Flavio Vicente Vicente, Anabela España y Abelino Salvador Cancinos. Se reprogramó para el 21 de marzo, ya que el juez de Primera Instancia de Paz, Penal y Civil falleció hace algunos días..
Están siendo acusados por los delitos de detenciones ilegales, coacción y amenaza, que presentaron los trabajadores de los ingenios azucareros. El hecho ocurrió durante una manifestación en la aldea Candelaria del municipio de Champerico, el 24 de noviembre de 2017.
Estos trabajadores son de los ingenios de azúcar El Pilar y Magdalena, parte de Asazgua, que es de la Asociación de Azucareros de Guatemala, que aglutina a los ingenios San Diego, La Sonrisa, Palo Gordo, La Unión, Santa Ana, Madre Tierra, Santa Teresa, Pantaleón y Concepción.
Miembros de las comunidades comentaron en una entrevista que durante una asamblea en la región, se designó a tres defensores del agua para que fueran los voceros en la denuncia contra la contaminación que causan los monocultivos de caña y de palma africana, ya que los ingenios han desviados los ríos, zanjones y secado pequeñas lagunas gracias a sus pozos industriales beneficiosos sólo para sus actividades privadas.
“Durante mucho tiempo nos seguíamos reuniendo en mesa de diálogo con las instituciones de gobierno, representantes de ingenios y terratenientes locales, buscando una ruta a seguir para la pronta atención y resolución los casos de conflictividad por monocultivos, sequía, problemas de tierra. Fue entonces que las instituciones y representantes de las empresas ya no participaron en el diálogo, entonces decidimos manifestar”, señaló Domingo Ajanel.
Estas cuatro personas son defensoras del agua y el territorio en la costa sur, son la voz de los pueblos ante una crisis: las comunidades se han quedado sin agua totalmente. Ya la gente no puede producir ni cultivar, ya no puede regar, las plantaciones de palma y de caña llegan hasta las orillas de los terrenos y cuando fumigan con el herbicida sistémico “glifosato alemán” para madurar la caña o palma, afectan grandemente las cosechas, siembras y árboles frutales.
El agua no es un negocio, es un derecho. Por lo que las comunidades continuarán luchando para que se resuelva esta situación.