Por: Andrea Ixchíu Hernández
Cuatro años después de la Masacre de Alaksa, cometida contra el pueblo de Totonicapán por el Ejercito de Guatemala, bajo la orden de Otto Pérez Molina y su gobierno asesino y corrupto, las viudas, las familias de los asesinados, los heridos y el Pueblo de Totonicapán aún esperamos respuestas del sistema de justicia oficial, el cual ha modificado los delitos a los militares que cometieron la masacre, para que salgan libres e impunes.
Cuatro años despúes de la Masacre de Alaska, la criminalización de la protesta social sigue en alza y las estrategias de división de las comunidades que realizan el gobierno y patrocinan los empresarios, son cada vez más agresivas. Hay autoridades comunitarias de diversos pueblos en prisión política por defender el territorio.
Cuatro años despúes de la Masacre de Alaska, las demandas por las que los 48 Cantones salimos a manifestar no han sido resueltas y empeoraron: el magisterio fue eliminado, el partido patriota saqueo las arcas del Estado, Jimmy Morales asumió la presidencia rodeado de corruptos, sigue sin tener un plan de trabajo y dar muestras de voluntad política para trabajar por y para las necesidades de la gran mayoría de la población empobrecida de este país.
Cuatro años despúes de la Masacre de Alaska, el servicio de energía eléctrica aumento de precio y bajo la excusa de la generación de energía renovable, empresarios poco éticos solapados por el gobierno introducen proyectos hidroelétricos en contra de la voluntad de las comunidades en sus territorios, sin que la energía producida sirva para las necesidades de las comunidades.
Cuatro años despúes de la Masacre de Alaska, cada 4 de octubre recordamos el gran aprendizaje obtenido a un muy alto precio: el Estado no respeta la autoridad comunitaria, la menosprecia, la odia. La autoridad pública, tal como hasta ahora ha existido, funciona para oprimir y no para vivir bien. Los grandes empresarios de este país nunca han valorado la democracia comunitaria. Para los ricos y sus planes los 48 cantones somos un estorbo.
Cuatro años despúes de la Masacre de Alaska y más de 500 años despúes de la invasión colonial, los pueblos Mayas, Garifunas y Xincas, seguimos pidiendo que se nos respete y trate como seres humanos, que reconozcan nuestros derechos, nuestra forma de organización social y de resolución de conflictos.
Cuatro años despúes de la Masacre de Alaska, la dignidad rebelde del pueblo de Chuimekena no se rinde, no se vende, defiende la vida y honra a sus mártires.
En Memoria de: Atanasio Tzul, Lukas Akiral, Felipa Tzoc, Rafael Batz, Santos Nicolás Menchú, Jesús Baltazar Caxaj Puac, Francisco Ordoñez, José Eusebio Puac Ordoñez y Arturo Félix Sapón Yax. Martires del Pueblo de Totonicapán en defensa de su dignidad y derechos.