Por Factor Méndez Doninelli
La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), debatirá el 28 y 29 de los corrientes como todos los años precedentes y por trigésima tercera ocasión, el tema del criminal e inhumano bloqueo económico, político y comercial impuesto a Cuba por el Gobierno estadounidense hace más de seis décadas, 63 años para ser preciso. El bloqueo se originó en 1962 después del triunfo de la revolución cubana en 1959 cuando el gobierno del presidente demócrata John Kennedy, implementó un embargo comercial con los argumentos que Cuba era aliada de la Unión Soviética y que dicha alianza promovía el avance del comunismo. Las restricciones comerciales comenzaron en 1960 con la supresión de la cuota azucarera y el embargo formal arrancó en 1962.
¿En qué consiste? El bloqueo es un conjunto de leyes y regulaciones de Estados Unidos que restringen relaciones económicas, comerciales y financieras con Cuba, prohíben el comercio y afectan el acceso del país a bienes, tecnología y financiamiento. Se trata de una política de guerra económica que viola derechos humanos por impedir acceso a alimentos, medicinas, equipo médico quirúrgico, combustibles, tecnología y financiamiento exterior. La base legal se ha consolidado con leyes como la Helms-Burton y la Torricelli, que refuerzan la prohibición de comercio y buscan sancionar a empresas extranjeras que comercien con Cuba.
Impacto y consecuencias. En la economía: El bloqueo causa pérdidas económicas millonarias, dificulta el desarrollo económico de la isla y obstaculiza el desarrollo humano de sus habitantes. En salud y alimentación: Impide el acceso a medicamentos, equipos médicos, alimentos y otros suministros esenciales, lo que repercute y afecta directamente la salud de la población. En educación: Vulnera el derecho humano a la educación de miles de niñas, niños, adolescentes y jóvenes que padecen escasez de insumos educativos, limitaciones de acceso a la tecnología y menoscabo en equipos de laboratorio o software científicos. En relaciones internacionales: El bloqueo es condenado internacionalmente, una abrumadora mayoría de países del mundo votan año con año en Naciones Unidas contra Estados Unidos, censuran el bloqueo y exigen al Gobierno estadounidense que ponga fin a esa práctica perversa.
El Gobierno cubano, considera que el bloqueo es una política agresiva, genocida, violatoria de derechos humanos y del derecho internacional. El Gobierno estadounidense, lo justifica afirmando que es una sanción unilateral para influir en la política interna de Cuba, provocar desestabilización, descontento en la población y crear condiciones para un cambio de régimen. Pero después de 63 años de bloqueo esa estrategia fracasó, la Revolución sigue en pie, el pueblo y Gobierno de Cuba resisten con coraje y dignidad.
Durante la administración de Barack Obama, hubo acercamiento con Cuba que incluyó flexibilizar algunas restricciones. Sin embargo, la actual administración de Donald Trump,revirtió esa decisión y endureció el embargo con sanciones adicionales.
Información reciente publicada por el ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, pone a la vista la magnitud del daño ocasionado que particularmente afecta a millones de habitantes. Un informe de la ONU, estima que desde la imposición del bloqueo en 1962 hasta el 2022, el daño ocasionado por esta política violatoria de derechos humanos asciende a más de 150.000 mil millones de dólares, solo entre marzo de 2024 y febrero de 2025 se calcula en alrededor de 7.556 millones de dólares, aumentando en un 49% respecto al periodo anterior, es de suponer que al día de hoy habrá crecido aún más.
Al menos dos generaciones de cubanos nacieron y crecieron bajo las duras condiciones que esa medida unilateral de tal extensión provoca y que tanto daño hace a los habitantes de la mayor de las Antillas. Es incalculable el perjuicio social y económico acumulado después de 63 largos años de bloqueo que, a pesar de tales condiciones y la inversión de millones de dólares distribuidos por la presidencia imperial entre pequeños grupos de opositores que operan dentro de Cuba y adversarios externos residentes en Miami, no doblegó ni amedrentó la fortaleza del pueblo cubano y tampoco la de los dirigentes de la Revolución.
Aparte del bloqueo que debería terminar de inmediato, es preciso cuestionar otro asunto adicional que agrava aún más la situación de Cuba, esto es la decisión arbitraria del Gobierno imperialista de incluirla en una lista de países que “patrocina el terrorismo”, acusación que el Gobierno cubano niega categóricamente por falsa, irracional, carente de indicios sólidos y elementos probatorios.
Es previsible que este año, la votación del 29 de octubre en la Asamblea General de la ONU, ratifique una vez más el rechazo contundente de la comunidad internacional a este tipo de medidas unilaterales, impuestas por la insolencia e iniquidad de la presidencia imperial contra un pequeño país del Caribe, que pese a grandes limitaciones resiste con dignidad y decoro. Es hora que el Gobierno estadounidense del republicado Trump recapacite, elimine el bloqueo y saque a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo.



