Dentro de las actividades de Semana Santa, las cofradías de San Juan La Laguna, en conjunto con la municipalidad, realizan una procesión de frutas el Miércoles Santo, una tradición ancestral de este pueblo Tz’utujil que habita a la orilla del Lago de Atitlán.
Estas frutas provienen de la parte costera y posteriormente son utilizadas para ornamentar el altar principal de la Iglesia católica, donde se encuentra la imagen del Cristo Sepultado.
Por Alex PV
Los abuelos de San Juan La Laguna, un municipio de Sololá, cuentan que caminaban a pie hasta la parte costera para traer las frutas en cacaxte, una armazón hecha de varas que se llevaba en la espalda para cargar vasijas u otros objetos. Este sería el origen de la procesión de frutas que se realiza cada Miércoles Santo, en Semana Santa, aunque no hay un registro exacto de cuando comenzó la tradición.
El viaje duraba de dos a tres días, recuerda Santos Zacarías Mendoza Cholotío, de 77 años, quien fue cofrade en 1993.
Otra de las versiones que comparten los comunitarios es que, en los inicios de la Iglesia católica en el pueblo, no existían adornos artificiales para ornamentar los altares de los santos. Por ello, se recurría a las frutas debido a sus colores y aromas.
En la actualidad, las frutas se traen dos días antes de la Semana Mayor desde Mazatenango en camiones o microbuses, gracias al esfuerzo conjunto de las cuatro cofradías del municipio y la municipalidad.
El recibimiento en San Juan La Laguna
Como cada año, en 2025 se realizó un acto de recibimiento de las frutas la tarde del sábado 12 de abril, cuando ingresaron al municipio por la gasolinera Xak’al, ubicada entre San Pedro La Laguna y San Juan La Laguna.
Previo a la caminata, se realizó un rezo y se ahumaron las frutas con incienso. Luego, los mayordomos las cargaron hasta la cofradía de Santo Domingo de Guzmán, donde se repartieron entre las diferentes hermandades y la municipalidad.
En la actualidad, el municipio cuenta con cuatro cofradías: San Juan Bautista, la Virgen María, San José y Santo Domingo de Guzmán, esta última encargada de adornar las canastas y coordinar la procesión de frutas. Cada cofradía es liderada por una persona que la iglesia denomina “alcalde” y esta responsabilidad cambia anualmente de casa o de persona.
La procesión de frutas
La procesión tiene lugar el Miércoles Santo. Las cofradías se dirigen a la municipalidad, encabezadas por la cofradía de Santo Domingo de Guzmán, para recoger las frutas que allí se almacenan. Este año, durante la llegada de las cofradías, la municipalidad y la actual Rab’in Ajaw Arly Cholotío, originaria del municipio, ofrecieron una solemne recepción en la cancha municipal, ubicada junto a la comuna y frente a la famosa calle de los sombreros.
Posteriormente, se repartió pan, miel y el tradicional atol matz’ a las personas presentes y turistas.
Después, las autoridades municipales y la Rab’in Ajaw acompañaron a las cofradías a recoger el resto de las frutas en la cofradía de Santo Domingo. Mientras, las mujeres comenzaron a cargar las canastas con frutas desde la municipalidad, marcando así el inicio de la procesión. Al frente iban los cofrades con matracas e incienso, anunciando la caminata.
Esta labor se divide equitativamente: el sábado son los hombres quienes cargan las frutas, y el Miércoles Santo son las mujeres quienes lo hacen en coordinación con las esposas de los cofrades, cuenta Daniel Hernández, excofrade de San José en 2022.
Cuando la procesión llegó a la cofradía de Santo Domingo de Guzmán, el alcalde de la misma, Víctor Pantzey, ofreció unas palabras de agradecimiento a quienes acompañaban el recorrido. Se repartió nuevamente atol matz’ en jícaras y la procesión continuó, con las mujeres cargando las canastas llenas de frutas tropicales como bananos, naranjas, piñas, mangos y corozos.
La procesión recorrió las calles principales del municipio hasta llegar al atrio de la iglesia, donde las frutas finalmente se utilizan para adornar el altar del Cristo Sepultado. Para los feligreses, este acto también representa una ofrenda de gratitud. El resto de las frutas se emplea para levantar arcos en diversos puntos del municipio, como en las entradas de las calles principales y frente a la iglesia.
Después de las actividades de Semana Santa, las frutas que logran conservarse se reparten entre los mayordomos de las cofradías.
Símbolo de gratitud
Además de San Juan La Laguna, otro lugar en Sololá donde también se realiza la procesión de frutas durante la Semana Santa es San Pedro La Laguna. Aunque San Juan La Laguna es el más reconocido por esta tradición específica, San Pedro La Laguna mantiene prácticas similares en las que se ofrecen frutas y productos agrícolas en los altares como símbolo de gratitud.
En otras comunidades del departamento, como Santiago Atitlán, también se observan elementos de sincretismo religioso, donde frutas, flores y productos del campo forman parte de las alfombras y altares, aunque no siempre con la misma formalidad de una “procesión de frutas” como la que se realiza en San Juan La Laguna.
