Créditos: Gobierno de Guatemala
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El tomate es de las pocas hortalizas que casi nunca faltan en la cocina guatemalteca. Es la base de salsas, chirmoles, estofados y recados que acompañan platillos tradicionales o de la cocina moderna. En promedio, una familia consume entre cuatro y cinco libras de tomate a la semana, lo que ahora representa un gasto mayor solo en la compra de este producto. En la última semana, el precio del tomate por libra aumentó entre Q2 y Q3.

Claudia Méndez Villaseñor

Desde principio del año, el precio de la libra del tomate criollo en los mercados municipales y cantonales se mantenía a precios entre los Q2.50 y Q4, por su tamaño y grado de madurez. En Semana Santa se registró el alza de temporada, pero pasada la Cuaresma el valor de la hortaliza bajó otra vez. Sin embargo, esta semana, el valor de la libra de tomate aumentó otra vez. ¿Fue el calor o la lluvia lo que afectó la cosecha en detrimento de la producción? El Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA) descartó las condiciones climáticas y compartió otras causas.

De acuerdo con el monitoreo de la Dirección de Coordinación Regional y Extensión Rural (DICORER) las plantaciones de tomate a nivel nacional han soportado bien las condiciones climáticas como calor en exceso o lluvia, lo cual significa que los cultivos no se han visto afectados o con daños por fenómenos climáticos.

En la actualidad, se cultiva y produce tomate bajo condiciones controladas, es decir en invernaderos y con sistemas de riego tecnificados, lo cual reduce de forma significativa la vulnerabilidad de la siembra frente a fenómenos hidrometeorológicos, explicó la DICORER, por medio de un informe compartido a Prensa Comunitaria.

En 2025, el MAGA identificó a Jutiapa, Jalapa, Baja Verapaz y Chiquimula, como los departamentos con mejor cobertura vegetal y uso de la tierra para la producción agrícola de tomate, dada su cercanía a El Salvador, principal mercado de destino y por los precios atractivos que ha experimentado el cultivo, en los últimos años.

Estos factores generaron un cambio en la dinámica de producción a nivel nacional y entre departamentos, pero la dinámica productiva de este cultivo también se ha determinado por la oferta y la demanda. Por esta causa se ha observado que el cultivo de tomate ha migrado hacia Baja y Alta Verapaz, pese a que estas regiones presentan condiciones climáticas distintas a las de zonas productoras tradicionales como Zacapa, Chiquimula, Jutiapa y Jalapa.

Según esta cartera, el traslado de los campos de cultivo hacia el norte del país sucedió por la aparición de plagas, enfermedades en las plantaciones y a la variabilidad climática.

De acuerdo con el MAGA, en las regiones productoras de tomate, los agricultores experimentan con diferentes épocas de siembra y rotan el cultivo con el de otras hortalizas.

De acuerdo con el Mapa de Cobertura Vegetal y Uso de Tierra la superficie dedicada al cultivo de tomate en Guatemala alcanza las 17 mil 969 hectáreas de campos de siembra. Principalmente en Jutiapa (6 mil 988 hectáreas); Jalapa (3 mil 888 hectáreas) y Baja Verapaz (3 mil 557 hectáreas).

También se siembra tomate en: Chiquimula (991 hectáreas); Alta Verapaz (996 hectáreas); Santa Rosa (757 mil hectáreas); Guatemala (612 hectáreas) Sacatepéquez (85 hectáreas); El Progreso (43 hectáreas); El Progreso (43 hectáreas); Petén (22 hectáreas); San Marcos y Zacapa(20 hectáreas); Huehuetenango (12 hectáreas) y Chimaltenango (4 hectáreas).

Los datos actualizados reflejan cómo el cultivo de tomate se ha extendido en el territorio nacional en los últimos cuatros años, ya que, en la publicación El Agro en Cifras de 2021, registró 7 mil 087.36 hectáreas cultivadas con tomate en el país. En Baja Verapaz, Jalapa y Jutiapa se ubicó la mayoría: 2 mil 306.36 y 1 mil 856.12 y 1 mil 151.58 hectáreas. El resto de siembras de la hortaliza se localizó en Chiquimula (786 hectáreas), Alta Verapaz (629.42 hectáreas), Santa Rosa (258.81 hectáreas) y Guatemala (99 hectáreas). El MAGA calculó una tasa de rendimiento de 865.28 quintales por hectárea.

Esta información contrasta con la recopilada cuatro años atrás por el estudio del Programa Consorcios Regionales de Investigación Agropecuaria, del MAGA, que reportó en 2017 que el país contaba con alrededor de 8 mil 822.30 hectáreas de sembradíos de tomate, ubicadas en Guatemala, Jutiapa, Chiquimula, Jalapa, Baja Verapaz y Santa Rosa.

Ese año, los municipios y comunidades de Chiquimula eran los principales productores de la hortaliza a nivel nacional. Según esta cartera, la actividad económica que generaban las plantaciones de tomate benefició con empleo a cientos de personas de la región en ese periodo.

Según el Banco de Guatemala (BANGUAT) se exportan alrededor de 67 mil toneladas de tomate al año y se importan unas 680 toneladas desde Honduras (663 toneladas), Costa Rica (10.15 toneladas) y Estados Unidos (8.49 toneladas).

Alto consumo de tomate

El tomate sirve como base de platillos tradicionales como las hilachas, pulique, frijoles colorados, el pollo y la carne guisada. No falta en el recado de tamales, paches y chuchitos, en el chirmol del churrasco dominguero y en la salsa de las tostadas. Se considera la hortaliza de mayor consumo en los hogares guatemaltecos y por ello la mayor parte de la cosecha se vende en el mercado nacional.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) calculó un consumo per cápita (por persona) de 21.13 kilogramos (46.48 libras) de tomate anuales. Esto significa que una familia, integrada por cinco personas en promedio, podría comprar al año hasta 231 libras de tomate y al precio actual pagaría hasta Q1 mil 386 anuales o más.

¿Qué pasa ahora con los cultivos?

El último monitoreo de la DICORER consideró que el aumento del precio de la libra de tomate no obedece a daños en la producción, sino a factores como la especulación comercial o una disminución temporal de la oferta por la rotación de cultivos. También por cambios en las decisiones productivas de los agricultores que prefieren cultivar otras hortalizas antes que tomate.

Las declaraciones del MAGA coinciden con la explicación informal de una vendedora del mercado de la zona 1 de Mixco, quien afirmó que “no había tomate y por eso subió el precio”.

Hoy en mercados de Guatemala, Petén y Sacatepéquez la libra de tomate tenía un costo de entre Q5.50 el tomate uva y de Q6 a Q6.50. En el mercado de Santa Elena, Flores, Petén en esta temporada de escasez, como le llaman, el precio aumenta de a Q10 y Q12 por libra.  En los supermercados capitalinos la libra de tomate se cotizó hoy a entre Q7.90 y Q8.

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