Créditos: Prensa Comunitaria
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El pueblo maya Tz’utujil de Santiago Atitlán exige al gobernador de Sololá cumplir con el retiro de más de 214 jaulas de tilapia en el lago de Atitlán. El incumplimiento de plazos pese a dictámenes técnicos desfavorables ha generado una crisis ambiental y sanitaria en la cuenca del lago.

Por Prensa Comunitaria

El pueblo Tz’utujil de Santiago Atitlán reclamó la ausencia del gobernador de Sololá, Edgar Tuy, en una reunión que estaba programada para darle seguimiento al retiro de 214 jaulas de tilapias instaladas en el lago de Atitlán, informó el cabecera del pueblo Juan Mendoza Damián.

El incumplimiento generó indignación entre las autoridades comunitarias, quienes han exigido al gobernador que se presente personalmente en una asamblea comunitaria convocada para el lunes 21 de abril a las 15:00 horas.

“No es posible que el gobernador ahora no atiende las demandas del pueblo. En 2023 exigía durante tres meses atención para resolver las peticiones del pueblo, y ahora ya no nos atiende. Esto no es posible”, reclamó Mendoza Damián durante la reunión, en la que también solicitó al alcalde municipal, Francisco Coché, que llamara por teléfono al gobernador para pedirle explicaciones inmediatas.

Juan Mendoza Damián, cabecera del pueblo de Santiago Atitlán. Foto de Prensa Comunitaria

La tensión gira en torno al incumplimiento del plazo de 15 días que el gobernador, junto a representantes del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), Dirección de Normatividad de la Pesca y Acuicultura (DIPESCA) y la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Atitlán y su Entorno (AMSCLAE) además del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) impusieron para el retiro de las jaulas.

El plazo venció el 2 de abril para el retiro de las jaulas de tilapia instaladas en el lago de Atitlán. “Al parecer, los acuicultores han hecho caso omiso, desobedeciendo tanto a las instituciones del Estado como a las resoluciones comunitarias”, indicaron los comunitarios.

Las jaulas, utilizadas para el cultivo intensivo de tilapia, han sido señaladas por las autoridades comunitarias y ambientales como una de las principales fuentes de contaminación del lago. Los peces son alimentados con concentrados químicos que, al disolverse en el agua, han generado un deterioro acelerado del ecosistema acuático y han puesto en riesgo la salud de la población local.

“Nuestra agua ya estaba muy contaminada y decidimos intervenir. El lago es nuestra fuente de vida. No vamos a permitir que lo destruyan por intereses comerciales”, añadió Mendoza Damián.

Las autoridades ancestrales han declarado una emergencia sanitaria debido al alto grado de contaminación registrado en las aguas del lago, de donde se abastecen miles de familias de Santiago Atitlán para el consumo doméstico. Según testimonios de habitantes, ya se han comenzado a reportar enfermedades asociadas al consumo de agua contaminada.

A pesar de que el lago de Atitlán es un patrimonio natural de Guatemala y una fuente vital para el pueblo maya Tz’utujil. Algunos inversionistas privados han instalado las jaulas en la bahía, abarcando no menos de 3,584 metros cuadrados del espejo de agua. Estas estructuras, introducidas sin consulta previa y en contravención al Plan Maestro de la Reserva de Uso Múltiple de la Cuenca del Lago de Atitlán, han sido ampliamente rechazadas por las autoridades locales.

Dictámenes técnicos y desobediencia empresarial

La problemática actual tiene antecedentes documentados desde el 2016. Según el acta número 1-2024 de la Comisión Departamental de Medio Ambiente (CODEMA), ya en octubre de ese año, el Ministerio de Ambiente había emitido una primera opinión técnica desfavorable al proyecto de acuicultura en el lago de Atitlán.

En 2018, la Dirección de Pesca y Acuicultura del MAGA determinó que dichas actividades no cumplían con las regulaciones del Plan de Manejo Ambiental. A esto se suma una inspección de AMSCLAE en enero de 2023 que evidenció la expansión ilegal de jaulas en la bahía de Santiago Atitlán.

Estos antecedentes fueron parte de los insumos que llevaron a la instalación de la mesa técnica interinstitucional en 2024, la cual culminó en el dictamen unánime y desfavorable hacia la permanencia de cualquier infraestructura de crianza acuícola dentro del lago.

Según el texto del acta número 1-2024 de la CODEMA indica que “la opinión técnica conjunta es desfavorable al cultivo de organismos acuáticos, crianza y producción a través de cualquier infraestructura dentro del lago de Atitlán. En consecuencia, se confirma la prohibición de introducción de especies de flora y fauna exótica establecida en el Plan Maestro de la Reserva de Uso Múltiple Cuenca del Lago de Atitlán”.

Desde el 1 de julio de 2024, la Comisión Ciudadana por la Transparencia de Santiago Atitlán alertó sobre el incumplimiento sistemático de los dictámenes técnicos emitidos por CODEMA, que prohibieron la introducción de especies exóticas y la crianza de organismos acuáticos en el lago.

Mediante el acta número 1-2024, emitida el 15 de mayo del año pasado, se estableció un dictamen desfavorable conjunto en contra del cultivo de tilapia en cualquier tipo de infraestructura instalada dentro del lago. Pese a esta resolución, los propietarios de las jaulas han hecho caso omiso, e incluso amenazaron con acciones violentas en la última reunión comunitaria, desafiando las decisiones legítimas de las autoridades ancestrales y ambientales.

En su momento, la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) también participó en el proceso, habilitando un expediente para dar seguimiento a las denuncias de contaminación. En su pronunciamiento del 21 de marzo, la PDH recordó que el Estado tiene la obligación de garantizar el derecho a un ambiente sano y seguro y llamó a las instituciones responsables a tomar medidas urgentes de mitigación del impacto ambiental.

Las autoridades indígenas de Santiago Atitlán consideran que se han dado pasos importantes hacia la protección del lago de Atitlán, luego de años de lucha comunitaria. Gracias a su insistencia, se han emitido dictámenes técnicos que respaldan la prohibición de las jaulas de tilapia. Sin embargo, advierten que todo avance será insuficiente si las instituciones no cumplen con su implementación. Para el pueblo maya Tz’utujil, el lago sigue siendo un ser vivo que necesita cuidados urgentes.

Piden a las autoridades del gobierno central frenar la contaminación del lago de Atitlán. Foto de Prensa Comunitaria

Entre el silencio estatal y la organización comunitaria

Para las comunidades de Santiago Atitlán, la falta de acción por parte de las autoridades gubernamentales a pesar de los dictámenes técnicos y la crisis ambiental declarada, constituye una grave omisión. Señalan que la permisividad institucional ha facilitado que intereses empresariales sigan explotando el lago, ignorando tanto las normas legales como los sistemas de gobernanza comunitaria.

El caso de las jaulas de tilapia en el lago de Atitlán se suma a una tendencia más amplia de desprotección de los cuerpos de agua en Guatemala. Según datos del MARN, en los últimos 80 años han desaparecido al menos 25 lagunas en el país como consecuencia del avance urbano, la contaminación por desechos sólidos, aguas residuales e industriales y la falta de acciones institucionales efectivas para su resguardo. Esta degradación también afecta a ríos y cuencas que alimentan lagos y lagunas, agravando una crisis hídrica nacional cada vez más evidente.

Las autoridades ancestrales de Santiago Atitlán hacen un llamado urgente a la población y a los organismos nacionales e internacionales a mantenerse vigilantes y a exigir el cumplimiento inmediato de los dictámenes técnicos. Reafirman que la defensa del lago no solo es una lucha ambiental, sino también por la vida, la salud y el respeto a los derechos colectivos del pueblo maya Tz’utujil.

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