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Créditos: Simón Antonio Ramón
Tiempo de lectura: 5 minutos

 

Centro Histórico fue el epicentro de actividades en memoria de las personas que murieron en la quema de la Embajada de España, hace 45 años. Recorridos en puntos emblemáticos que concentraron la violencia estatal de esa época, caminatas, festivales se desarrollaron al cumplirse 45 años de ese hecho, el 31 de enero de 1980. 

Por Simón Antonio Ramón

Entre recorridos en puntos emblemáticos, caminatas y actividades artísticas, en el Centro Histórico, de la zona 1, se rindió homenaje a la lucha de quienes murieron en la quema de la Embajada de España, el 31 de enero de 1980, durante el gobierno de Romeo Fernando Lucas García.

En ese hecho murieron 37 personas dentro de la sede diplomática, entre campesinos integrantes del Comité de Unidad Campesina (CUC) y estudiantes de la Universidad de San Carlos (Usac), por un operativo del Comando VI de la Policía Nacional, dirigido por su Pedro García Arredondo, quien fue condenado en 2012 a 70 años de prisión por los delitos de desaparición y delito de deberes contra la humanidad.

Entre las personas fallecidas estaban los estudiantes universitarios: Leopoldo Pineda Pedroza, Rodolfo Negreros Straube, Sonia Magali Welchez Váldez y Luis Antonio Ramírez Paz.

En ese hecho falleció el embajador de España, Máximo Cajal y Gregorio Yujá Xoná, que fue trasladado al Hospital privado Herrera Llerandi y que posteriormente fue secuestrado en la madruga del 1 de febrero y su cadaver fue dejado en el Campus Centra de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) al día siguiente.

El 2 de febrero de 1980 durante el sepelio, en el Paraninfo Universitario, de los campesinos asesinados, los estudiantes Jesús Alberto España Valle (Chus) y Gustavo Adolfo Hernández González (Pipirino) fueron abatidos por la Policía Nacional, en la 2 avenida y 11 calle de la zona 1, a una cuadra de la sede universitaria y del Hospital General San Juan de Dios.

La conmemoración 

Este sábado 1 de febrero, la Fundación María y Antonio Goubaud Carrera, realizó un recorrido en algunos puntos del Centro Histórico de la ciudad de Guatemala, que inició en la Escuela Rafael Aqueche en memoria de estudiantes de secundaria que han marcado la historia del país.

Posteriormente el recorrido visitó la 2ª avenida y 11 calle de la zona 1, para rendir un homenaje al escritor maya Kaqchikel, Luis De Lión, que fue desaparecido en ese lugar el 15 de mayo de 1985.

En la parada en el Paraninfo Universitario, el guía del recorrido y estudiante universitario, Anderson Aguirre, relató los antecedentes de la toma de la Embajada de España. “En septiembre 1979 en Chicaman el ejercitó secuestró a siete campesinos, en diciembre se encontraron sus cadáveres vestidos de guerrilleros. El ejército emite un comunicado de la ejecución de seis integrantes de la guerrilla”, dijo a las y los asistentes.

La toma de la Embajada de España, según narró el guía, era una última medida de los campesinos, que ya habían visitado a varios medios de comunicación y organizaciones internacionales entre ellas la delegación de la Organización de los Estados Americanos (OEA), para denunciar la represión estatal, pero sin respuesta. También señaló que meses antes se habían tomado la embajada de Suecia por un grupo de sindicalistas.

“El 30 de enero de 1980 el embajador (Máximo Cajal) viajó a Quiché para verificar la situación de las monjas y curas, pero no se reunió con la población”, dijo. “Al día siguiente a las 11 de la mañana un grupo de campesinos llegó a la sede diplomática a pedir hablar con el embajador, pero este había pedido a su secretario tomar información de las peticiones porque a esa hora se encontraba reunido con el exsecretario de la Relaciones Exteriores, Adolfo Molina Orantes y el exvicepresidente Eduardo Cáceres Lehnhof, porque buscaban organizar una actividad académica en la USAC”, relató.

Asimismo, se recorrieron varios puntos de la ciudad como en el Ministerio de Gobernación y Pasaje Rubio, donde se encuentra la placa que recuerda el asesinato del presidente de la Asociación de Estudiantes Universitarios, Oliverio Castañeda de León, y finalizó en el Parque Central, donde se encuentra una placa en memoria de las víctimas del conflicto armado interno y de las niñas que murieron en el incendio del Hogar Seguro Virgen de la Asunción, el 8 de marzo de 2017.

Caminata y festival

El domingo 2 de febrero, la fecha en la ocurrió el asesinato de los estudiantes universitarios, en la 11 calle y 2ª avenida de la zona 1, integrantes del Frente Estudiantil Revolucionario Robin García (FERG), realizaron un homenaje a los cuatro estudiantes universitarios que murieron en la quema de la embajada y a los caídos en este lugar.

Posteriormente se dirigieron al Parque Concordia, en la 6ª avenida y 15 calle, donde se realizó un festival musical con el que se cerró la conmemoración de los 45 años de la quema de la Embajada de España.

Una estudiante que se identificó como Margarita, de la Escuela de Historia, señaló que la sociedad no debe olvidar su pasado. “Como estudiantes universitarios apoyamos los actos de memoria histórica porque es importante no olvidar nuestro pasado. En la medida que logramos reconocer nuestro pasado podemos establecer nuevas rutas para un futuro mejor”, dijo.

Para el cantautor Tito Medina, quien participó en el festival, dijo desde el escenario que conoció a los estudiantes “Pipirino” (Gustavo Hernández) y “Chus” (Jesús España), y también a varias personas que fallecieron en la quema de la Embajada de España como a Vicente Menchú, padre de Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz de 1992.

Pero ahora, agregó Medina, los recuerda con arte y música, específicamente con el tema de su autoría “31 de enero”. “Escribí la canción y la canté frente a la sede de la embajada, el mismo día en que fue el suceso”, dijo.

Además, vinculó el papel del arte con la memoria y los símbolos de cada generación. “El arte es importante porque solo el artista puede crear el símbolo, despues el símbolo puede ser adoptado o rechazado y eso constituye elementos de identidad, cada generación va creando su generación simbólica”, dijo.

Han pasado 45 años de esos hechos. Familiares, amigos y organizaciones sociales realizan, cada 31 de enero, diversas actividades para que no se olvide, pero tambien para reflexionar sobre las responsabilidades de autoridades y funcionarios que decidieron actuar, provocando la muerte de 37 personas en el momento.

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