Créditos: Prensa Comunitaria
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Por Miguel Angel Sandoval

-I-

El pasado 18 de febrero vimos en vivo y a todo color, la naturaleza oligárquica y por supuesto antidemocrática de TuMuni. No lo digo al tanteo, sino que lo hago por elemental necesidad de poner las cosas claras sobre la mesa nacional. Ese día supimos por fuentes del MARN, de activistas de TuMuni buscando apoyos en los mercados, dando información falsa, pero, sobre todo, tratando de convertir un asunto de basura en una piedra en el zapato en contra del gobierno central. El punto es que se trató de otra piedra, acaso una más para desestabilizar al presidente Arévalo. No hay que hilar muy fino. Por ello se sobredimensionó la clasificación de la basura, y se llevó al caos parte del área urbana, como lo habían hecho un par de viernes antes, al momento de la elección del CANG.

La gavilla o mara que hoy ocupa TuMuni, se ha dedicado durante muchos años a saquear al municipio y a establecer reglas inaceptables por nadie. El caos diario del tráfico y lo que viven los ciudadanos, es o ha sido, construido ladrillo a ladrillo por los colaboradores de TuMuni, solo basta ver el abandono del transporte urbano, en donde el Transmetro es apenas la hoja de parra para tapar el calvario cotidiano, permite medir el desastre que representa TuMuni. Pasos a desnivel minúsculos, pero a precios exorbitantes, ciudad sin banquetas para transeúntes, red de semáforos sin orden, mientras se dispara la construcción de edificios sin control de nada.

Uno de los primeros indicios desde TuMuni es que la idea represiva y extorsiva se había enquistado en el Palacio de la Loba, fue la conversión de la PMT en una de las instituciones más rechazadas por la sociedad. Especialmente por todos los propietarios del parque de vehículos de cuatro ruedas o de dos. Esa visión y practica extorsiva, lo que explica la proliferación de multas y de abusos. De una parte, a los que por falta de un servicio de transporte público se vieron obligados a tener un vehículo, y de otra a los usuarios de a pie, con medidas represivas, especialmente con los vendedores informales.

Por suerte, hubo de manera reciente una reforma a la ley de tránsito y con ello la ciudadanía vio disminuir los abusos de los PMT, sobre todo las multas. Y ello generó un malestar profundo en las autoridades de la comuna capitalina. Se les terminó una fuente de extorsión legalizada. Y esa forma de buscar negociar con el gobierno central por la vía de la extorsión y el chantaje, encubiertos, edulcorados, o como se denomine esa actitud que roza el delito, se vio agravada por la negativa del gobierno a transitar por la vía de construir un metro urbano concebido como negocio puro y duro, sin tomar en cuenta la función social del transporte urbano. Con la visita del jefe del Departamento de Estado de los EEUU, y el anuncio de la participación directa de ese país en los trabajos de los puertos y del metro, TuMuni se cayó de la nube. Por ello su agresividad.

Pero volvamos al tema de la basura y la actitud de Tu Muni. Como todo el mundo sabe, desde hace años se discute el tratamiento de la basura y el papel del Basurero de la zona 3 en ese grave problema, que se convirtió en fuente de contaminación, incluso internacional como se puede constatar con las aguas negras y contaminadas de miles de toneladas de desechos que van hacia el rio Motagua y que desembocan en Honduras, creando incidentes internacionales que TuMuni solo se hace la babosa y le pasa los problemas al gobierno central.

-II-

Volviendo al tema de actualidad, y la clasificación de la basura, con la molestia de los guajeros, me parece oportuno reproducir de forma extensa una nota que circula en redes sociales, que considero plantea con datos una parte de los motivos de fondo por los cuales, TuMuni avaló, respaldo, y promovió, el paro de los transportistas, con afán político, antes que con un criterio ambiental y de salud pública de la ciudadanía capitalina.

Cito: “Las manifestaciones de los extractores de basura no se deben a que estén en contra de la clasificación de residuos. El verdadero problema es que la municipalidad de Quiñonez les está arrebatando su fuente de trabajo. No solo entregó el basurero a la iniciativa privada, sino que lo concesionó por 15 años a una empresa que ahora controla su operación.

Además, permitió que otra empresa construyera una planta de gas metano. A simple vista, esto podría parecer beneficioso, pero la realidad es otra: la cooperación japonesa había ofrecido construir esa planta de manera gratuita con sus propios recursos y trabajadores, pero el proyecto fue rechazado por no cumplir con los supuestos “altos estándares de calidad” impuestos por la municipalidad durante la corrupta administración de Arzú.

El resultado es claro: los guajeros, que son quienes reciclan en el basurero municipal, están siendo desplazados, al igual que los extractores, quienes recolectan la basura casa por casa y deben entregarla ya clasificada en el basurero. Mientras tanto, la empresa privada se quedará con los residuos listos para su venta.

Para encubrir este abuso, los de siempre manipulan la información a través de sus acostumbrados actos deleznables desviando la atención y haciendo creer que el problema es del gobierno central, cuando en realidad es la comuna la que está destruyendo los medios de subsistencia de miles de personas.” “Mi solidaridad con los recolectores y guajeros. Tomado del muro de @Julio Menchú”

-III-

Lo que se expone en líneas anteriores no forma parte de algo sorpresivo, sino que se trata de una política que durante más de 40 años se ha venido desarrollando desde TuMuni. En pocas palabras, hay 40 años de abandono del transporte urbano, y salvo como se dice en líneas anteriores, la hoja de parra del transmetro, la norma ha sido el abandono. Es el caso del escándalo de los “Tomates”, como bautizo la ciudadanía a los buses durante el gobierno de Berger, con los cuales se supo de un enorme fraude. Ahora es el gobierno central que tiene que intervenir con la propuesta de construir un metro urbano. Todo por la visión negociante y extorsiva de quienes pasaron por TuMuni durante todos estos años.

Antes fue el negocio del transurbano, y ahora  el no-negocio de transporte urbano, salvo el sueño de opio de un aerómetro, lo cual como he señalado en otros artículos, es algo para un parque de diversiones no para la solución del transporte urbano, en una ciudad como la capital guatemalteca, con serios problemas de transporte, debido entre otros factores, a la configuración geográfica, a la ausencia de vías de comunicación interna, a la falta de servicios de transporte integrados, al negocio que impera con el automóvil y las motos.

Pero junto con el tema del transporte, el problema de los desechos o mas claro de la basura, es uno de los principales puntos a resolver y es el que mayor abandono tiene en nuestra capital. Finalmente, el basurero está en la zona 3, pero si el mismo estuviera en los barrancos de la zona 14 o 15, con seguridad existirían plantas de tratamiento modernas, y por supuesto, una política hacia los desechos diferente a la “no-política actual”.  De nuevo es el gobierno central, vía el Ministerio de Ambiente, que se ocupa del desastre de 40 años de TuMuni en el tratamiento de los derechos o de la basura y porquería que produce la ciudad, antes la tacita de plata de la oligarquía.

Es un tema viejo. Hace algunos años, unos quince quizás, escribí un largo poema sobre la contaminación del rio Motagua. Ya para entonces los conflictos con Honduras eran cotidianos. Pero esto era un tema que tenia muchos años de desenvolvimiento. Y en los 40 años consecutivos de gobiernos panistas-unionistas o de la misma oligarquía criolla, no se había realizado nada para impedir que la mierda nacional, especialmente de la ciudad capital, fuera llevada al Motagua con las consecuencias que desde entonces se advertían.

Hoy sabemos de una iniciativa sobre el Motagua y en esa perspectiva se inscribe también el tema de la basura, como un primer paso para abordar el complejo tema del vertedero de basura de la ciudad, que, con los actuales y anteriores alcaldes, no se habían tomado ninguna clase de medidas. Por ello y para ocultar la mediocridad de la gestión, pero, sobre todo, para tratar de ocultar la falta de visión comunitaria, es que optan por la vía de sabotear iniciativas ambientales, en otras palabras, por el boicot, antes que políticas públicas que ellos no quieren pues no les interesa y, sobre todo, porque no forma parte de su negocio. Por ello la iniciativa del Motagua o la de separar la basura, no es parte de su preocupación.

Prefieren medidas represivas en la PMT, el acoso a los trabajadores informales, el negocio de las pipas de agua antes que una solución a la falta de agua en los barrios capitalinos, el negocio extorsivo del cobro del IUSI inconstitucional o sueños de opio como el aerómetro, pero no políticas públicas de transporte vía un metro decente, o un sistema de transporte urbano indispensable, o del control y tratamiento de la basura, o iniciativas como limpiar la cuenca del Motagua. Finalmente, el basurero solo lo utilizan como desagüe de porquería que contamina las fuentes de agua como el Motagua. O como fuente de negocios de lo que gradualmente se les vaya ocurriendo.

Como decía el poeta, desgraciados los traidores madre patria, mientras que yo digo, desgraciados los alcaldes madre patria, que han ido destruyendo la ciudad sin ningún tipo de vergüenza.  Ojalá dejen de oponerse a una vida mejor para los capitalinos y quizás entonces, la ciudad capital y sus habitantes, tengan motivos para sentirse en parte tranquilos y ojalá, orgullosos de vivir en ella. Hoy no es el caso.

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