Por Miguel Ángel Sandoval
Luego de la visita del secretario de estado Marco Rubio y la rueda de prensa con el presidente, con los acuerdos anunciados, hay temas que merecen ser destacados, pues dicen mucho más que los rigurosos y posteriores análisis de papeles escritos. El primero de ellos es que los del pacto de corruptos fueron invisibilizados y fumigados, por el apoyo expreso a la estabilidad democrática del país, representada, hoy por hoy, por el presidente Bernardo Arévalo.
En el marco de la visita se pudo observar a todas las expresiones abiertas y ocultas del pacto de corruptos, reducidas a la mínima expresión, con redes sociales desorientadas, o declaraciones patéticas de políticos impresentables, y en el colmo frente al Palacio Nacional, una demostración ridícula de activistas de los corruptos, que con una media docena de personas dejan ver que los corruptos están de capa caída. Y hoy con una cruda monumental.
En corrillos informados se comenta con humor que empresarios convocados a una reunión con los gringos, escucharon con sorpresa que ya era tiempo de ponerse a trabajar antes de entorpecer al gobierno, que a un país con intentos golpistas no iba llegar inversión extranjera, y que hoy por hoy Bernardo Arévalo era la garantía de estabilidad democrática. Mientras que en redes se lee que los diplomáticos de Gerona, hicieron lo imposible para ser recibidos por el visitante, pero nanay. O sea pues, se quedaron y todo mundo lo pudo ver, con los colochos hechos.
La lectura que se puede hacer debe, tiene que, concebirse con alcances y miras estratégicas. No se puede solo ver la coyuntura inmediata, -que de hecho se modificó con una clara derrota para los corruptos-, sino tener anteojos de largavista. No hay alternativa a ello.
En cuanto a la población retornada, o que no puede ir hacia el norte a buscar nuevas oportunidades, y que es nuestra principal tarea como país, es claro que el gobierno y en general, la sociedad guatemalteca, tiene una tarea gigantesca. Se deberá atender y resolver de manera simultánea, la creación de oportunidades, de empleo aquí y ahora. Así como se deberá dotar a la población guatemalteca en su conjunto, de una visión de país que nos llame a construir aquí, antes que migrar a otro lado. Es un desafío colosal. Afirmo que tenemos condiciones institucionales para abordar las necesidades urgentes de los retornados. Es cuestión de coordinar esfuerzos.
Y en ora perspectiva, el gobierno esta llamado a continuar la discusión sobre la necesidad de un TPS para nuestros compatriotas, pues se trata de una condición mínima para los esfuerzos que estos realizan en la economía del país del norte. Al tiempo que es un paliativo a la urgencia de modificar el modelo económico de nuestro país que se caracteriza por excluyente y el envío de mano de obra al exterior. Sin olvidar que la población migrante y sus remesas constituyen, en la actualidad, el factor que contribuye en gran medida a la estabilidad nacional.
De igual manera, el tema del narcotráfico y la seguridad en las fronteras debe tener un nuevo aire. Y para ello debería existir una suerte de esfuerzo nacional, pues junto al combate al narco por las fuerzas de seguridad, o el trabajo de inteligencia, habrá que tener un mejor control del sistema penitenciario, contar con la participación decidida de otros sectores como la construcción o las empresas fantasma, o los partidos convertidos en caja chica, que no sean un mecanismo de lavado de dinero, o los bancos que dejen de ser una lavandería empresarial a la vista de todo el mundo. No se puede asumir la cómoda postura de que el narcotráfico es por el consumo en los EEUU o por las condiciones geográficas nuestras. Hay mucho mas por hacer.
Hay un tema que no se puede pasar por alto. Hubo el acuerdo para que el gobierno de los EEUU, vía ingenieros militares, trabaje en la ampliación o remozamiento de los dos principales puertos del país. Se trata de una medida extrema que toma el gobierno de Arévalo ante la constatación que las empresas nacionales y las extranjeras que lo hicieron en los últimos años, se dedicaron a la corrupción antes que al mejoramiento de los puertos. Con lo cual el comercio externo de nuestro país quedó en la cola de un venado. Son los datos duros de este agudo tema.
Un ejemplo es la contratación de la empresa, “Terminales Contenedores de Barcelona”, que dio paso a la corruptela de alcance mundial por la cual hubo incluso juicios en contra de representantes de dicha empresa. Esto durante el gobierno de Otto Pérez. Mientras que ahora, el tema de los puertos se ha limitado a los esfuerzos de diferentes corruptos, para obtener el negocio del drenaje de los puertos para fraudes millonarios. Por eso y por la lentitud de los tribunales y la perversión de fiscales, se opta por los ingenieros militares de los EEUU.
Es lo mismo con el tema del metro urbano. Si se es medianamente serio, hay que decir que el proyecto existe, las condiciones también. Y existe la certeza del efecto multiplicador en términos económicos de un sistema de metro. Hay presupuesto asignado, pero todo esto detenido por la voracidad de las elites de siempre, que todo lo han condicionado al negocio que el mismo puede proporcionar. Que si las estaciones se hacen por la vía de un solo proveedor, alguien de las elites; o si se hace con tal empresa o con la otra. Y ello es la fuente de negocios corruptos como se sabe. Es lo que explica que sea de nuevo, un acuerdo de cooperación con el gobierno de EEUU. Son temas que se deben hablar de frente.
Es innecesario insistir que tanto en el tema de los puertos como en el de la construcción del metro urbano, uno de los mayores obstáculos ha sido la judicialización de los procesos, a ciencia y paciencia de jueces del sistema judicial que sigue detrás de la tortuga. Es el caso de Ferrovías y los negocios bajo su alero. Al tiempo que las iniciativas conocidas, son por lo menos frívolas, del tipo de un “aerómetro”, como si el sistema de transporte urbano se pudiera resolver con recursos propios de un parque de diversiones, antes que un sistema de transporte con visión social y económica real, pues estamos hablando de una población meta de por lo menos 3 millones de personas, que pierden al día, alrededor de cuatro horas en pésimos y caros, servicios de transporte.
De todo este tema es necesario discutir, para poder valorar las decisiones que se toman por el gobierno de Bernardo Arévalo, en torno a los puertos y el metro urbano. No solo con levantar el dedo que señala y decir que el gobierno es una porquería, sino que antes, pensar en lo mierdas que han sido durante años las elites que han gobernado este país. Los hechos son los hechos y no se vale discutir sin tener datos duros en la perspectiva.
Luego esta el asunto de la soberanía. Se señala esto pues hay voces que dicen que con estos acuerdos se pierde la joya magnifica que es la soberanía de nuestro país, y una serie de consideraciones, legitimas sin duda, pero que en el mundo de hoy, son por lo menos algo parecido a la utopía. Si pensamos en nuestro país y la infraestructura de puertos, vías de comunicación, sistema de transporte, en un plazo de 25 años, hay la certeza que los problemas serán de otra naturaleza. Y en lo interno el pacto de corruptos habrá dejado de existir y en todo caso será una pesadilla de horrible recordación.
Asimismo, veremos que en ese momento no estarán Trump, ni Putin, ni Jinping. Mientras el mundo tendrá otra configuración, pues ya estamos en ese proceso de nuevo orden mundial multipolar, pero que no es aún una realidad para nuestra región. Y quizás entonces, se pueda discutir con propiedad el tema de la soberanía, si antes no ocurren otros fenómenos como el holocausto nuclear, que por supuesto, nadie en su sano juicio puede pensar, menos desear.