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Gabriela Baños: “Las periferias guardan la esencia de lo que es Guatemala”

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Créditos: Gabriela Baños frente a la biblioteca de la USAC en el Campus Central. Foto de Derik Mazariegos
Tiempo de lectura: 7 minutos

 

“Escribir no solo me permite explorar mi propia historia, sino también dar voz a aquellas narrativas que han sido relegadas o silenciadas. En una época en la que tantas voces buscan reivindicar sus raíces, la escritura se convierte en un acto de resistencia y preservación”.

Por Derik Mazariegos

Gabriela Baños es una mujer joven petenera de 22 años que estudia en la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Como escritora ha encontrado en la literatura un medio para explorar los matices de las periferias guatemaltecas. En sus relatos se entrelazan inspiraciones de historias de Petén, los ecos de comunidades olvidadas y la lucha por mantener viva una memoria que resiste al olvido. “Las periferias guardan la esencia de lo que es Guatemala”, nos comparte en esta entrevista para Prensa Comunitaria.

Para Gabriela, escribir es un acto político que puede llegar cuestionar las narrativas hegemónicas y visibilizar las voces marginadas. Su obra rescata las historias locales y muestra los retos que enfrentan las comunidades periféricas. En esta conversación, comparte su visión sobre la escritura como herramienta de transformación social y su compromiso con preservar el legado cultural de su territorio.

Su escritura transita por temas como el misticismo, las relaciones familiares, la opresión y la resistencia. “Escribir no solo me permite explorar mi propia historia, sino también dar voz a aquellas narrativas que han sido relegadas o silenciadas. En una época en la que tantas voces buscan reivindicar sus raíces, la escritura se convierte en un acto de resistencia y preservación”, comenta con determinación. En sus cuentos, las casas de barro, los cafetales y las mariposas negras se transforman en símbolos de una realidad que es tan cruda como mágica.

Gabriela Baños recibe el premio de Juegos Florales por parte de la municipalidad de San Benito, Petén. Foto de la municipalidad de San Benito

El calor de las historias compartidas

Los relatos de Gabriela Baños parecen buscar un equilibrio entre lo personal y lo colectivo. En su obra, las mujeres ocupan un lugar central: ancianas que encuentran refugio en la risa compartida junto al fuego; jóvenes atrapadas entre la opulencia y la violencia de un hogar que no las protege y niñas que descubren su futuro a través de conversaciones con reflejos de su propio ser. Estas historias se construyen sobre un tejido que une generaciones, memorias y geografías.

Cuando le preguntamos sobre su interés por la escritura y qué la llevo a contar sus historias, nos dice: “Como muchas personas que escriben, mi camino comenzó con la lectura. Los libros siempre han sido mi forma de conectarme con la realidad y creo firmemente que para escribir es esencial leer tanto como sea posible. Sin embargo, lo que me impulsó a escribir fue mi dificultad para expresarme en voz alta. Me siento afortunada de que las palabras nunca me han faltado cuando escribo. Al principio, la escritura era una manera de comunicarme con mi madre, pero con el tiempo se transformó en algo más profundo: una forma de preservar los aspectos culturales que me han rodeado desde niña”.

“En cada cuento trato de capturar esos momentos que parecen pequeños, pero que tienen un peso inmenso. Como la anciana que encuentra paz caminando por la playa o la hermana que lucha por cuidar a su bebé mientras carga con el peso de un pasado doloroso. Escribir me ha permitido ver las conexiones entre estas historias y reconocerme también en ellas”, explica Gabriela.

Misticismo y opresión: la lucha de las periferias

Uno de los aspectos más importantes en la narrativa de Gabriela es su habilidad para combinar la ficción con lo social. En sus cuentos, figuras como la Tatuana o la mariposa negra no son simples elementos decorativos, sino metáforas de luchas humanas. “El misticismo y el terror social se alimentan mutuamente. Siempre me ha fascinado esa dualidad”, dice.

En el cuento Metamorfosis, una joven descubre que una criatura oscura y parasitaria consume parte de su rostro, pero lejos de desesperar, lo acepta como una metamorfosis, desafiando así los estándares de belleza impuestos por su entorno.

Otro ejemplo es El testigo, donde mujeres espectrales guían a una joven atrapada en un incendio. Este relato, lleno de simbolismo, representa la sororidad y la protección femenina como fuerzas atemporales que trascienden la tragedia.

Escribir desde y para las periferias

Aunque Gabriela reconoce la influencia de Petén en su obra, esta se refleja en su conexión profunda con la naturaleza, la vida comunitaria de la región y las leyendas que ha escuchado desde niña. Las historias transmitidas por su comunidad y su familia nutren su escritura, impregnándola de la oralidad que caracteriza a su entorno. Sin embargo, su mirada abarca más allá.

“Las periferias no son solo lugares físicos. Son todos esos espacios que han sido marginados, ya sea en una ciudad o en una comunidad rural. En ellos hay una riqueza cultural que merece ser narrada”, afirma. En su escritura, las periferias se convierten en un escenario donde lo humano y lo simbólico convergen.

Sus relatos también exploran la complejidad de las relaciones humanas. En Retratos de esperanza: en el camino, Gabriela narra el viaje de una joven migrante que, aferrada a las palabras de una anciana, encuentra esperanza y libertad mientras viaja hacia un futuro incierto.

Los cuentos, además de explorar la complejidad de las relaciones humanas y las ausencias, retratan realidades cotidianas de Guatemala, como la migración.

“Esas historias son importantes porque muestran cómo nos sostenemos unos a otros incluso en los momentos más oscuros”, comenta Gabriela.

A partir de esta visión, surge la pregunta sobre la relevancia de las periferias en su narrativa: ¿Qué tan importante es para ti explorar las raíces y las experiencias de las periferias en tu obra?

“Vivimos en una época de inmediatez que nos desconecta de nuestras raíces culturales. Las periferias, como Petén, guardan una riqueza invaluable que define la esencia de Guatemala. Me llena de esperanza que mi generación busque preservar esas historias, adaptándolas a la modernidad sin dañarlas, pensando también en el legado que dejaremos a las futuras generaciones”.

Baños recibe reconocimiento por parte de la municipalidad de Poptún, Petén. Foto de la familia de Gabriela Baños

Las mujeres jóvenes construyendo vehículos de memoria: el desafío de escribir y preservar nuestra identidad

Para Gabriela, las juventudes tienen un rol importante en la construcción de memoria y en la afirmación de nuestra identidad como sociedad.

“Escribir es más que un acto creativo, es un puente que conecta generaciones. Cada historia que contamos es una forma de preservar nuestra memoria y de dar solidez a nuestra identidad”, reflexiona. “Las juventudes tienen esa potencialidad para transformar los relatos del pasado en algo vivo, en algo que puede inspirar cambios”.

Nacida y criada en Petén, Gabriela es una joven escritora cuya obra refleja la riqueza cultural y natural de esta región del norte de Guatemala. Como proveniente de esta región alejada del centro cultural del país, enfrenta barreras para encontrar un espacio en la literatura nacional.

“A veces sientes que no perteneces, que el mundo literario está reservado para otros. Pero también creo que hay una generación que está rompiendo esas barreras, y eso me llena de esperanza”, comenta.

Actualmente considera importante impulsar un proyecto, que por ahora solo es una idea, de rescate literario que visibilice a textos de escritores olvidados de Petén, con el objetivo de preservar el legado cultural de su tierra, aunque reconoce las limitaciones y desafíos que enfrenta para llevarlo a cabo.

Gabriela también reflexiona sobre los retos que enfrentan las nuevas voces. “Necesitamos más espacios y apoyo para quienes estamos comenzando. Hay tanto talento en las periferias, pero muchas veces falta reconocimiento. Creo que la literatura guatemalteca puede renovarse si damos cabida a esas voces”, asegura.

Expectativas para la literatura en Petén y Guatemala

La joven escritora sueña con un futuro donde Petén recupere su lugar como referente cultural en el país.

“Hay un talento inmenso en las periferias que merece ser reconocido. Mi expectativa es contribuir, aunque sea un poco, para que esas voces encuentren su espacio y sean escuchadas”.

Sin embargo, resalta los desafíos que enfrentan las juventudes escritoras:

“El mayor obstáculo es el silencio impuesto sobre nuestras voces. Muchas veces sentimos que no pertenecemos al mundo literario porque la mayoría de los escritores consolidados son hombres mayores con trayectorias extensas. Eso puede ser intimidante”.

Para Gabriela, lo esencial es contar con personas y editoriales que crean en la juventud y en lo que tienen que decir: “Es importante generar espacios que valoren la frescura, la autenticidad y las perspectivas únicas que podemos aportar. La literatura guatemalteca puede renovarse y fortalecerse si apoyamos a quienes están explorando su voz creativa”.

Uno de sus cuentos, El eco del tren, está disponible en Spotify. Este relato obtuvo el primer lugar en la categoría Diamante de la primera edición del concurso literario regional Cuentos cortos de mi tierra basados en nuestras leyendas: Centroamérica y República Dominicana, organizado por la Secretaría General del SICA (SG-SICA).

Premio Juegos Florales en Petén, 2024. Foto de la familia de Gabriela Baños

Un mensaje para quienes también quieren contar historias

Antes de despedirse, Gabriela comparte un mensaje para quienes sienten el llamado de crear: “Si tienes algo que contar, hazlo. Escribe, pinta, canta. Las historias son nuestra forma de resistir y de imaginar un futuro mejor. Cada palabra, cada acto creativo, es una manera de conectar con otros y con nosotros mismos”.

A través de cada relato, Gabriela Baños construye un puente entre el pasado y el presente, uniendo las voces olvidadas con las emergentes. Sus palabras no solo cuentan historias, sino que también invitan a reflexionar, resistir y encontrar esperanza en medio de la adversidad. Con una sensibilidad que captura tanto lo cotidiano como lo extraordinario, Gabriela demuestra que las periferias no son márgenes olvidados, sino el corazón palpitante de Guatemala.

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