Miguel Ángel Sandoval
La marcha de más de medio millón de cubanos o de cientos de miles como reporta AP, el 20 de diciembre para ser exactos y exigir el fin del bloqueo a la isla, así como exigir que salga Cuba de una lista arbitraria de países que patrocinan el terrorismo, fue pocos días después replicada en Florida EE.UU. y otros países como Vietnam, mientras el 30 de octubre en la ONU 187 votos a favor de levantar el bloqueo y dos en contra de EE.UU. e Israel lo que constituye una victoria diplomática cubana de primer orden, como ocurre anualmente desde hace más de 20 años. Estos hechos nos dicen que algo se mueve en Cuba, y que lo hace en sentido favorable a este país.
La marcha de ahora, multitudinaria, en verdad, masiva, encabezada por el presidente Diaz Canel, se produce cuando a nivel mundial hay una suerte de miedo/pánico por el cambio de administración y EE. UU. lo cual no se produce en Cuba. Y de ello se pueden hacer varias hipótesis de trabajo y análisis.
Pero, sobre todo, cuando se dice en corrillos por aquí y por allá que el apoyo al gobierno de Cuba es débil y que su sociedad no quiere saber más, y un largo etcétera. La marcha del 20 de octubre nos dice del musculo revolucionario de la isla, el apoyo social con que cuenta su dirigencia y la disposición de continuar en una lucha que es un referente para el continente y más allá.
Otro aspecto que es necesario destacar, es la fortaleza de la diplomacia cubana, que de múltiples maneras da cuenta de un esfuerzo sostenido que tiene como norte la defensa de la soberanía; por supuesto, es el respaldo popular a la dirigencia cubana, que, a pesar de todo, errores incluidos, mantiene el rumbo de la soberanía, independencia y la historia cubana y de sus logros sociales. A pesar del bloqueo y de todos los ataques.
Y en este contexto, una noticia que debe hacer pensar a los amigos de Cuba y también a sus enemigos. Es la apuesta cubana por los BRICS en donde Rusia tiene un rol de primer orden y ello ya lo sabe el pueblo cuba y por supuesto su dirigencia. La asistencia de Cuba a la cumbre de Kazán hace unas cuantas semanas, confirma que se trata de un país que cuenta entre quienes integran los BRICS, un apoyo importante y la certeza que el bloqueo debe terminar. Para ello ya hay medidas concretas.
Del apoyo que los BRICS están dispuestos a proporcionar a Cuba, no quedan michas dudas que será encabezado por Rusia, que ya envió alrededor de 800,000 mil toneladas de petróleo para contribuir a la recuperación de la económica y entre otros aspectos, de la red eléctrica del país.
Desde otro nivel, se anuncia la construcción de una fábrica de automóviles en Cuba y la entrega de los primeros 50 vehículos prototipo para el servicio de taxis. Hay otra serie de medidas en la importación y exportación de productos entre los dos países y seguramente con otros integrantes de los BRICS. Se trata de medidas que de hecho apuntan a romper el bloqueo y que colocan al mismo como una remora del pasado.
En otras palabras, hay tres vertientes o tres noticias que generan optimismo que vienen desde Cuba y sus alianzas internacionales, en el nuevo escenario que se está construyendo: la diplomacia cubana, el apoyo popular y las relaciones fundamentalmente económicas con los BRICS que abren la puerta al fin del bloqueo, aunque sea difícil y tome más tiempo, pero lo real en todo esto, es que la política absurda de las autoridades norteamericanas ya no tiene argumentos para el bloqueo. Ya es otra época.
Ello se produce la víspera de la conmemoración de un aniversario más de lucha y resistencia por la soberanía y la independencia nacional de Cuba, son ahora 66 años de vida de la revolución cubana, y como siempre con mucha serenidad digo, ¡Viva Cuba Libre!