A quince días de su salida de la cárcel instalada en una brigada militar, tras ser beneficiado con arresto domiciliar, el periodista Jose Rubén Zamora reflexiona sobre los días en la cárcel, sobre las muestras de cariño recibidas por muchas personas y el interés que ha despertado en medios de comunicación alrededor del mundo que lo ha mantenido ocupado con innumerables entrevistas. Zamora a los 68 años sabe que no puede pensar en regresar pronto al periodismo, ya que la persecución de la que es objeto no ha terminado y que aún queda un largo trecho. Quedan unos 20 meses al menos hasta el cambio de fiscal general para finiquitar sus casos.
Reconoce que el cambio en el Ejecutivo trajo mejoras a sus condiciones durante su encierro, pero también le recuerda al presidente Bernardo Arévalo, que corre peligro, y que van a tratar de aniquilar su inocencia antes de llevarlo a juicio. El exdirector de elPeriódico comenta que el actual gobierno realiza un esfuerzo para evitar la corrupción, una tarea difícil ya que hay roscas de gobiernos pasados que son inamovibles.
En la entrevista que dio a Prensa Comunitaria desde su casa en la zona 12 de la ciudad capital en Guatemala hay un tema que no pasa desapercibido, el de la trama rusa. Zamora afirma que posiblemente tuvo un error de apreciación al pensar que el tema podría convertirse en una investigación sobre corrupción luego de publicarlo en elPeriódico, sin embargo, expresa que si volviera a vivir ese momento, lo volvería a intentar porque se trata de un caso extraordinario.
Por Quimy De León y Lucy Chay
¿Cómo está como persona? ¿Cómo se encuentra, cómo se siente, cómo está de salud? ¿Cómo está su ánimo?
Todavía pienso que me voy a despertar en la bartolina. Me siento muy sorprendido y satisfecho, es una nueva realidad que jamás había vivido, desde todas las perspectivas, incluyendo aprender a saber que uno no lleva ni un peso entre la bolsa y que ya no tengo carro. Tengo que ver quién me lleva. Esta es una nueva realidad. Pero la estoy viviendo lo mejor que puedo. Si sobreviví a la bartolina, voy a sobrevivir esto. Con más tranquilidad. Estoy sorprendido del interés de las personas y los medios de hablar conmigo y preguntarme cómo estoy. Ha sido sorprendente salir a caminar a la calle, salgo todos los días y camino diez kilómetros y la gente para y se baja de los vehículos y se toma foto conmigo y me abrazan. Me han venido a dejar claveles y comida. Es algo para mí sorprendente, porque nosotros como periodistas no somos sujeto ni objeto de noticias, eso me asusta un poco.
Fueron más de dos años en la cárcel, pareciera que no lo derrotaron, pero siempre hubo mucha preocupación por su salud física y mental. ¿Cómo lidió con el encierro? ¿Cómo se lucha en el encierro?
En un principio uno no cree y no asimila lo que está pasando. A pesar de que en cada etapa desde que fui allanado aquí en la casa siempre hubo gente del Estado que fueron como ángeles y me dieron un poquito de paz. En medio de todas esas torturas y todas esas acciones se encuentra uno a alguien que busca ayudar.
Les puedo hablar de hoy. Hoy soy una persona que tiene capacidad de sentir paz con saber que la gente que ama y quiere está bien, aunque no esté cerca. Que puedo disfrutar de mi soledad. Leyendo libros y haciendo ejercicio, aprendí a estar ahí. Hay varias etapas, la primera es un shock, uno no cree lo que está pasando hasta que de repente es como un alfaque o un maremoto y cuando uno se racionaliza mejor se deja llevar, mejor flotar con la fuerza en lugar de oponerse. Entonces, empecé a encontrar paz. Tal vez fueron como siete meses. Aprendí a ser feliz con lo que estaba al alcance de mi mano. Algo que no estaba fuera de mi mano, ya no era necesario. Aprendí a vivir con poquito con lo que podía tener ahí en ese momento.
¿Qué le daba felicidad en esos momentos?
Libros. Leí muchísimos libros. Me regalaron muchos libros. Pero tal vez los primeros diez fueron de Mandela y los siguientes diez de Gandhi, pero después ya fueron cambiando y leí de todo. A Octavio Paz, luego supe que se murió Kundera, entonces leí a Kundera. Leí mucho de Javier Marías, Javier Marías papá y de Javier Marías hijo. Leí no sólo libros, sino que leí sus columnas que publicaba en El País supe cuándo murió y pedí más de él. De García Márquez también. Leí autores noruegos, leí de autores japoneses, me puse al día con muchas cosas que nunca había leído. Pienso que llegue a leer quizás unos 600 u 800 libros. Disputaba mi propio tiempo, porque quería seguir leyendo, pero entonces no hacía mi ejercicio. Por la mañana realizaba una caminata en ese espacio pequeño en el que estaba y en la noche tenía otra rutina de una hora. Entonces, a veces por estar leyendo me bañaba a las 11:00 de la noche o a la 1:00 de la mañana. Al final disfruté mucho, hay días que tuve que usar mis cursos de lectura rápida de mi maestría, pero los había olvidado porque a veces leer rápido pelea con la comprensión. Pero creo que logré leer tal vez unas 500 palabras por minuto. A veces leía hasta 1000 páginas por día. Leí una historia universal actualizada de un profesor de Cambridge, un libro brutal que se llama la ruta de la seda. Después leí otro montón de novelas. El mejor libro de unas 1500 páginas de Winston Churchill de su biografía que me pareció excelente. Y todo lo que me caía en las manos y me llevaban lo leía. Mucha gente me llevó libros.
Nos ha dicho varias cosas que nos hacen entender lo que significa una disputa de la cárcel en sí misma. Buscaban doblegarlo, buscaban una derrota moral. En medio de este proceso encontró solidaridad y la felicidad con lo que tenía a su alcance. Estos grupos que querían doblegarlo ¿lograron castigarlo?
Durante mi primera o segunda audiencia lo hacían con alguna frecuencia, entraban a mi bartolina de manera clandestina, de manera furtiva y dejaron decenas de animales extraños que algunos conozco y otros no, eran bichos muy raros. Fue así como por cinco meses. Entonces, cuando los derroté (con insecticidas), creo que fue mi primer paso para ser feliz, aunque quedé lastimado e intoxicado, pero el lograr eso fue el primer salto hacia la paz emocional y espiritual.
Aquí en mi casa duermo otra vez con la luz apagada, pero allá tenía sólo una bombilla. Cuando me empezaron a atacar los bichos la prendía en la noche. Dormía con esa luz encendida y veía venir a los animales sobre mí, fue francamente un espanto. Luego de vencerlos me sentí mejor a pesar de que me intoxiqué y que sé que (esos venenos) van a tener implicaciones el resto de mi vida. Me duelen todos los huesos, me duelen las articulaciones, siento como cosquilleo que están dormidos y que no tengo circulación de la rodilla para abajo. Es en parte porque al principio ataqué a los bichos con Baygon pero solo les daba más hambre. Hasta que logré entrar un insecticida muy fuerte que se usaba con el tomate, entonces me intoxiqué y perdí lo que tenemos los seres humanos recubriendo el sistema nervioso que es la mielina y ya no se recupera nunca. Por eso tengo que aprender ahora a vivir sin mielina, a caminar sin mielina, a soportar el dolor. Y he estado caminando y me duele, es como si voy caminando sobre navajas. Pero cada día me acostumbro un poco más. Es sorprendente estar aquí en mi casa, aunque haya venido de vacaciones porque creo que es muy posible que me vuelvan a meter a la cárcel.
Me preocupo un poquito. Esta madrugada estuve pensando, pues si vienen por mí, estoy listo, pero volví a racionalizar que no me llevarían directo al Mariscal, tendría que volver a pasar por las carceletas y tener audiencia con el juez y es un proceso algo desagradable. Preferiría que me mandaran de una vez al Mariscal, pero, aunque tenga que vivir eso de nuevo aquí voy a estar esperando.
¿Por qué cree que sea posible que eso ocurra?
Pienso que es el fascismo que tiene dominado a Guatemala. Tenemos un presidente que es decente, pero el fascismo tiene el control, ha tenido control por décadas, por siglos. Ese fascismo es ignorante y no hay cosa peor en la vida que la ignorancia con poder. Vemos que incluso la democracia en Estados Unidos está corriendo riesgos con el fascismo y aquí están envalentonados. Gracias a Dios no han logrado generarnos, por lo menos a mí, rencor ni odio. Creo que gente como nosotros tenemos que tener la humildad para pensar que, hasta ellos, y su visión radical extremista de la vida, tienen que tener un espacio en una sociedad democrática, siempre y cuando no abusen y no sean arbitrarios. Ellos quieren acabar con esa incipiente y frágil democracia que tenemos, tenemos una dictadura, pero hay ventanitas de democracia y esas hay que salvarlas. Hay fanáticos que tienen una opinión diferente a la mía, que a pesar de eso respetaba, hasta se les dio una columna en elPeriódico, nunca estuve de acuerdo, me parecía que eran un mal ejemplo, pero yo no era el único que opinaba y se les dio el espacio.
Darle espacio a ese tipo de pensamiento extremista ¿no era demasiada apertura?
Parte de la democracia es el debate público plural. Yo coincido bastante con ustedes, pero también había otras voces en elPeriódico que pensaban que había que darles espacio, entonces se les dio. Hasta que mostraron en sus columnas un racismo atroz. Una de las características de Guatemala es que prevalece un racismo atroz. Entre otros grandes males que tenemos. Y cuando vi también que se referían muy mal a las mujeres, de manera muy arbitraria y abusiva, e insolente, entonces, ahí fue cuando tuve que meterme. Y creo que esa es parte de las cosas que estoy pagando, aunque muchos de los problemas vienen de más atrás.
Después de dos años de estar en la cárcel, ¿ha cambiado algo Guatemala?
Hay un presidente que yo no conocía. Esta semana fue la primera vez que conversé con él. Creo que es una persona decente. Creo que es un hombre moderado. No es un hombre de izquierda, es un hombre de centro. Sin embargo, estoy seguro de que los fascistas lo ven como que es comunista, como miraron a Vinicio Cerezo. Él estuvo al frente del primer gobierno democrático del país, la gente poderosa decía que era verde por fuera, pero rojo por dentro. Y si vemos hoy lo que hizo, no hizo ningún cambio estructural, ningún cambio que afecte a la carga tributaria, no hizo ninguna reforma agraria. No hizo cambios que tuvieran impacto duradero o cambiar las estructuras del país.
Creo que ahora tampoco se verán cambios. Lo que vamos a ver es que los asuntos públicos seguirán con la inercia que traen del pasado, aunque haciendo un esfuerzo máximo porque no exista corrupción. Pero eso no lo podrá lograr porque hay amigos del gobierno de Sandra Torres que son inamovibles, de gente del gobierno patriota que es inamovible, gente de Morales y de Giammattei que son inamovibles, no los pueden quitar, esa rosca continúa.
¿No ha cambiado el mapa político de esas estructuras?
Por lo menos el presidente y sus ministros son gente moderada. No son radicales ni militantes de nada. Estoy seguro que es gente decente. La norma es que elegimos un presidente ladrón que gobierna con grupos criminales y élites fascistas. Creo que ahora no será así. Pero, aunque él (el presidente) busque de manera genuina congraciarse y tratar de demostrar que no va a afectar ningún interés, lo seguirán viendo como un comunista.
En redes sociales, algunas organizaciones, incluso grupos internacionales, esperaban que el presidente actuara más, que apoyara más en su liberación, pero hasta ahora no se había registrado ningún cambio y ya había estado recibiendo críticas por esto. También por la poca actuación en el caso de Ligia Hernández. ¿Qué opina de estas críticas?
Pienso que tenemos un presidente que es profundamente democrático e institucional. Hay que recordar que toda su vida ha trabajado en el gobierno. Según recuerdo, fue vicecanciller de Ramiro de León Carpio y fue embajador. Entonces es muy institucional. Pienso que él respeta mucho la ley, creo incluso que, si lo persiguen a él, no se va a defender mucho. Ni va a defender a su gente ante el poder judicial. Yo me siento satisfecho con cómo ha sido en mi caso.
Con Giammattei fue un fuego nutrido de represión y arbitrariedad muy fuerte, pero al entrar Arévalo mis condiciones de dignidad mejoraron. Incluso me mandó a ofrecer (porque él no llegó al Mariscal) trasladarme a otro lugar, pero yo prefería estar donde estaba porque siempre he criticado esas cosas y a él tampoco le convenía. Con él mejoraron las condiciones, me ayudó a tener más dignidad, a tener luz, calentador de agua y empezaron a abrir la bartolina a las 8:00 de la mañana y la cerraban a las 8:00 de la noche.
Todo eso me hizo sentir más cómodo y dejé de sentirme amenazado porque la bartolina es espantosa, pero lo más serio es lo que les decía, antes, cuando abrían la puerta no solo entraba la luz, también había una amenaza de cualquier índole, entonces tenía que estar alerta, estar fuerte y preparado para cualquier cosa. Gracias a Dios estando él ahí (en el gobierno) eso cambió por completo. Quitaron las cámaras, tenía demasiadas cámaras filmando y las cámaras de video condicionaban a los guardias a tener que ser groseros conmigo y a cometer abusos porque los estaban filmando. Cuando quitaron las cámaras, aunque no conocí sus nombres, vi otra actitud. Además, yo llegué a identificarme mucho con ellos porque en muchas formas ellos están peor que los presos.
Su libertad condicional se dio después del cambio de Cortes, mucho se ha señalado que no hubo tal renovación. ¿Cree que esta elección ayudó a que se diera su libertad condicional o era algo que ya no podían evitar?
Este juez nunca lo había visto en mi vida. En el anterior tribunal, que me dio libertad, fue porque tengo un juicio. En este que ni siquiera es caso (el de las firmas y documentos de migración) tenía dos órdenes de prisión por esto. Este caso no es juicio todavía, solo hubo primera audiencia y como no tienen evidencia entonces lo que han hecho es ir demorando, retrasando el proceso arbitrariamente para extenderlo.
Este caso es ridículo. Tiene que ver con los boletos de migración y la falsificación de firmas que estoy seguro también se les va a caer.
Cuando el Estado, cuando el poder judicial o el poder público o los poderes establecidos quieren perseguir a una persona, el Ministerio Público primero le pide una audiencia unilateral a un juez, pero no es cualquier juez, es un juez con perfil de un demente. Más que un juez. es una hiena. Van con él y la decisión puede tomarla en 17 minutos y en 72 horas van tras uno. Esa audiencia unilateral no debería existir porque atropella y vulnera los derechos de la gente sin que las personas se enteren. Acusan a las personas de cualquier cosa y usted no se entera. A la persecución le ponen dos apellidos: reservado y confidencial. Es decir que usted puede irse a prisión preventiva de cinco a siete meses y usted no se entera por qué lo están siguiendo, porque es reservado y confidencial.
Según la ley, una persona no puede estar en las condiciones que yo estuve de aislamiento y de falta de comunicación más de quince o veinte días. Yo me enteré hasta en la primera audiencia de manera abrupta de lo que me estaban acusando. Yo no sabía ni de qué se trataba cuando di mi primera declaración, no tenía idea de qué me acusaban. Tenía doce días que no me habían dejado dormir.
Es una arbitrariedad y, creo que no, no soy el único caso. Quizá en los periódicos no averiguamos lo suficiente porque hay campesinos, personas que conocí en la cárcel que me fueron a visitar, que han padecido lo que yo padecí, lo que pasa es que no trascendió, pero el Estado sigue, sigue siendo represivo con la gente con la que quiere ser represivo.
Con esto que usted nos está contando y de cómo, en la vida real funciona el sistema de justicia, si usted dice que es muy probable que puedan intentar encarcelarlo. ¿Considera usted que no va a poder enfrentar un juicio justo?
Este juez que me liberó ahorita ya estaba con la corte anterior. No, no es alguien que haya empezado ahorita. El otro tribunal que tampoco conozco, que me dio la primera orden de libertad, ya estaban. Creo que hicieron un buen trabajo. A pesar de que, siendo inocente, me sentenciaron porque no pude llevar pruebas.
El MP empezó a hablar de chantaje, pero no encontraron un solo chantaje. Ahora resulta que en lo que estaba preso interpusieron cinco denuncias por chantaje, son las mismas personas que me pusieron más de 198 denuncias, ninguna por chantaje, de las cuales ninguna prosperó. Nunca hubo chantaje y lo dijo la jueza y les dijo que en el caso de lavado de dinero era cuando se bancariza y se introduce el dinero ilícito al sistema financiero. Pero ella les dijo: lo que ustedes tomaron en la calle, es incautado, jamás fue introducido, entonces sería tentativa que son solo cuatro años de prisión los cuales se convierten en dos. Hubo un esfuerzo por darme seis años, que, si me hubieran dejado hasta el mes de julio del próximo año, hubiera cumplido tres años en prisión, hubiera cumplido una sentencia de un delito que no cometí.
¿Y cuál es su principal prueba de descargo? De toda esta maraña que han querido crear delitos financieros de chantaje de lavado de dinero, ¿cómo se defiende?
Según mis abogados no debo de hablar de mis casos. Pero les quiero decir que soy inocente, que todo fue arbitrario. Les voy poner un ejemplo. Me acusaron de lavado del 19 de julio al 28 de septiembre de 2022. Entonces, le preguntan a la Intendencia de Verificación Especial, la máxima autoridad de lavado, le preguntan a la IVE si José Rubén Zamora, Aldea Global, empresa editora de elPeriódico o la directora financiera habíamos sido denunciados por lavado. Los peritos dijeron que, desde 2004 que nació la IVE hasta el 19 de agosto de 2022, cuando ya tenía 19 días de estar preso, jamás, ni Aldea Global, ni la directora ni yo cometimos lavado. Eso dijeron los peritos que trabajaban en el Estado y el juez y el MP los consideraron impertinentes.
Como esas hay muchas más. En la sentencia al final dice el tribunal que el Ministerio Público fue incapaz de probar el origen ilícito del dinero. Sin embargo, José Rubén Zamora tampoco pudo probar que es lícito. Pero los que tienen que probar que es ilícito es el Ministerio Público. Solo en la Inquisición el acusado tenía que probar que era inocente. Pero el tribunal dice que el MP fue incapaz de probar que el origen era ilícito. Zamora, sin embargo, no pudo probar que es lícito. Este tribunal infiere que hubo lavado y me dieron la pena mínima. Tampoco el dinero se introdujo al sistema financiero, entonces, tampoco lo hice, no tenemos nada que ver. Por tentativa me hubieran dado cuatro años de prisión y me hubieran mandado a mi casa porque la tentativa no se paga con cárcel.
Faltan más o menos 20 meses para que exista un cambio al frente del Ministerio Público ¿Qué cree que puede pasar en este tiempo? Usted tiene que seguir defendiéndose y aparte de eso hay otras personas que también están afectadas por casos que ha presentado el MP. ¿Qué augura usted en estos meses que quedan?
Mi primer objetivo es que tenga lugar la audiencia intermedia en mi caso. Estamos hablando un poquito de cómo es el proceso y pensemos en el caso del presidente Bernardo Arévalo. Él tiene derecho de antejuicio. En consecuencia, tiene inmunidad, no puede ser investigado. Así pasó cuando estaba Otto Pérez y Roxana Baldetti y hasta 2015 no pudieron investigarlos.
Entonces, al presidente primero deben quitarle el derecho a antejuicio. Después tienen que encontrar medios de prueba y que un juez lo cite a primera audiencia. En la audiencia intermedia se establece si hay juicio o no hay juicio, si lo liga a proceso y si lo ligan a proceso se realiza una última audiencia que es de ofrecimiento de pruebas para que se presente en el juicio.
A Arévalo no le han quitado el antejuicio, no han realizado la primera audiencia, no ha tenido audiencia intermedia. No ha habido audiencia de ofrecimiento de pruebas y ya (Rafael) Curruchiche y el MP dijeron que es el hombre más corrupto. Ese es el proceso de aniquilar la inocencia de uno antes de haber tenido siquiera la primera audiencia.
Eso es ese atropello. Es una violación sin precedentes. Y lo puede sufrir él como lo sufrí yo.
Yo lo que quiero es, en esta audiencia intermedia, que se caiga el caso de las boletas para que mi familia pueda dejar de ser perseguida. Este caso se abrió y pretendían hacer una audiencia unilateral contra mi esposa y mi hijo, para meterlos a la cárcel y utilizar un nuevo recurso que ellos utilizan, que es chantajear a la gente para que acepte cargos.
Entonces, quiero terminar esa parte para que mi familia no esté amenazada. Yo me di cuenta de eso antes de que los capturaran, por lo que mi familia tuvo que salir a medianoche. Intentaron destruir la carrera de mi hijo en la Universidad del Valle, destruyeron a elPeriódico, así como mi patrimonio.
Mis juicios van a seguir y yo voy a seguir aquí en Guatemala. El argumento del principio para dejarme en prisión ha sido que viajaba mucho y que tengo facilidad para huir y que había en las salas de audiencias “embajadores canchitos” que me podían o pueden ayudar a huir, según ellos. Siempre que viajé era porque nunca tuve restricciones, nunca tuve algo que me impidiera viajar, pero ahora tengo restricciones, la única forma de salir del país es que me expulsen y que me echen, pero si no, aquí me van a encontrar.
No me voy a mover.
¿Por qué tanta saña?, ¿Por qué tanto odio contra usted y su familia?
Bueno, pienso que… Estaba en una organización de prensa, en elPeriódico, en este caso donde se hicieron alrededor de 140 a 200 trabajos de investigación que mostraban la incesante corrupción del presidente Giammattei, así como lo hicimos en el gobierno de Jimmy Morales o todos los demás gobiernos. Creo que fue nuestro papel, siempre fue de manera constante, un pequeño contrapoder de esos enormes poderes que hay en Guatemala.
En 2018, el Ministerio Público quiso tener un puente conmigo, querían llegar a despedir a gente clave y querían que la prensa no los criticara cuando los expulsaran y persiguieran a gente que luchaba contra la corrupción.
En mi caso estuvieron tratando de establecer un puente y me invitaron muchas veces, con respeto y por educación fui muchas veces, pero eso no coartaba mi libertad y cuando fue necesario publicar lo que publicamos, lo tuve que publicar y la señora fiscal se indignó. Creo que ha de haber tenido presiones de Giammattei, pero ella pensó que me podía neutralizar, dándome acceso a su despacho.
No diría que fui bajo presión, pero fui más por educación. Gracias a Dios nunca tuve que ver con Giammattei o Miguel (Martínez).
Cuando pasó lo de los rusos, posiblemente yo sobredimensioné el chance que teníamos de que se convirtiera en un caso a investigar. Ese tema casi lo pasamos en directo, desde el momento en que aterrizaron los tres aviones trasatlánticos. Publicamos los números de placas, la caravana de Suburban y una ambulancia que tenía conexión satelital. Publicamos que se fueron a La Antigua, la primera cena, que me imagino que el gobierno le pidió al alcalde que se les diera a los rusos.
También que habían ido a La Antigua y que, en ese lugar, que era una finca, ya la habían alquilado varias veces al ministro (Antonio) Malouf para hacer capacitaciones, luego fueron a Santa Catarina Palopó. Después publicamos casi en vivo cuando regresaron de Palopó.
Publicamos que nuestra fuente fue una de las dos personas que bajó la alfombra. Esos dos muchachos que llevaron la alfombra tocaron el dinero, vieron el dinero, tomaron fotos, tomaron números de placas del carro que se parqueó a las siete de la noche en la casa de Giammattei. Entraron la alfombra y vieron bajar a Giammattei, entonces yo pensé que todo eso se iba a poder convertir en una investigación. Pero sobredimensioné el peso. Tal vez fue un error de apreciación, pero creo que si lo volviéramos a repetir lo volvería a intentar porque era extraordinario.
Al final tuvimos que sacar a nuestra fuente. Costó mucho conseguir que pudiera viajar a Estados Unidos. Ahora está afuera con su familia.
Usted y elPeriódico documentaron grandes casos de corrupción en todos los gobiernos y se ha hablado siempre que este caso de la trama rusa es la que desató su persecución. ¿Por qué este caso y no otros? ¿Qué tenía este caso para para desatar esa persecución?
Bueno, no es la primera vez que nos perseguían. Por ejemplo, el caso del asesinato de Myrna Mack. Con Hellen (Mack) antes de estar en el periodismo había trabajado con ella en unos programas de educación y le dije, mirá, vamos a luchar, vamos a profundizar sobre lo que pasó con tu hermana. Una de las tres personas que estaban ahí me dijo: “¿es que usted no entiende que esto es terrorismo de Estado?”, refiriéndose a lo que estaba operando. Yo les dije, aún sin entender el concepto, pues, aunque sea terrorismo de Estado le vamos a entrar. Y recuerdo que empezamos a publicar los domingos toda la investigación. Y me citaron en casa presidencial, y me dijeron el periodista que está trabajando el tema es tal y tienes tres horas para sacarlo de Guatemala. Lo fui a dejar a la frontera con El Salvador, llevaba toda esa información y seguimos hasta que terminamos de convertirlo en caso paradigmático. Y eso me costó granadas, dinamita y problemas.
En tiempo de Ramiro de León, que fue un presidente con el tuve que tuve buena relación, su ministro de la defensa me quiso matar porque publicamos que él y su jefe de Estado Mayor estaban vinculados en operaciones de dar protección al narcotráfico y se robaban los vehículos. Eran los mayores ladrones de vehículos en Guatemala y usaban el taller de casa presidencial para cambiar el número de registro. Entonces me querían matar. Fui a hablar con Ramiro y me dijo, tengo que ver cómo te salvo la vida. Luego le dije que para la estabilidad de este régimen de transición había que mandar el exjefe del Estado Mayor de la Presidencia a una jaula de oro y al ministro, que era su mejor amigo, había que quitarlo y eso sí sucedió. Entonces volví a tener problemas y volaron mi carro con granadas.
El más grueso fue el de Portillo. Con Portillo el crimen organizado, en su conjunto, logró alcanzar por la vía de los votos, en un marco democrático, el control del poder Ejecutivo. Por cuatro años, seis personas estuvieron en nuestras oficinas viendo con lupa nuestras operaciones. En un programa de una hora en los canales de Ángel González salían diciendo que lavaba dinero. Y luego salían diciendo que elPeriódico estaba en quiebra, que era una paradoja, porque si ellos me acusaban de lavar dinero entonces no podía estar en la quiebra. Luego me señalaban que era pedófilo y luego borracho, que en este último caso ya era una mejoría que me acusaran de borracho. Tuve miles de problemas. Cuando fue la segunda campaña de Sandra y de Álvaro Colom, por una broma que hice en una columna y dije que en su casa los pantalones los llevaba Sandra, se enojaron y llegué a un restaurante en donde se me atravesó Sandra y Gloria Torres. Me empezaron a pegar, me golpearon en el cuello, me golpearon en la cara y me empezaron a gritar.
No era la primera vez que un gobierno se ensaña con usted…
Ya cuando Sandra estaba en el poder me detuvo la SAAS (Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad de la Presidencia) y me entregó una banda criminal que me fue a tirar al Tejar Chimaltenango y estuve catorce horas inconsciente. Recuperé la conciencia en el hospital cuando me llevaron los bomberos, luego que una señora descubrió mi cuerpo, iban a empezar como mi autopsia. Hice una siesta con la muerte.
Entre los que allanaron la casa en el tiempo de Portillo, que eran de contrainteligencia, los manejaba uno que era el mejor tirador desde un vehículo en movimiento desde tiempo del general Lucas García y en todas las tarimas estaba parado el lado de Portillo.
Tuve problemas con el gobierno patriota. Seis personas de la SAT estuvieron por cuatro años en las instalaciones de elPeriódico. Cuando se entregó Otto Pérez me iban a preguntar los de la SAT si podían continuar en las oficinas y yo les decía que permanecieran hasta que sus jefes le dijeran qué hacer. No somos enemigos. Quédense aquí, les decía, y se quedaron hasta que recibieron instrucciones de irse.
Pero siempre ha habido ataques en todos los gobiernos. Con Jimmy Morales no hubo, pese a que tuvimos trabajos muy fuertes, pero creo que en ese tiempo él estaba más preocupado por su hijo y su hermano. Y Giammattei, pues yo creo que se la cobró.
En elPeriódico se peleó contra el poder durante veintiseis años, molestamos a mucha gente. Creo que, aunque al final se decidieron hacerlo así, la cleptocracia y el crimen estaban felices y emocionados de que yo cayera. Como que la selección nacional de la corrupción y la impunidad estaban felices.
Les voy a contar una cosa. Me sentí privado y me sentía aislado. Me sentí muy mal, pero me sentí seguro por primera vez en 30 años. Me estaban cuidando, no me podían matar. Lo pensé. Fueron las primeras noches que dormí en paz.
Los periodistas y la libertad de expresión han sido atacados en Guatemala, también en toda la región. Hay periodistas exiliados y perseguidos y encarcelados. ¿Qué papel debe jugar el periodista y qué futuro ve en el periodismo?
Como decía Churchill, “La democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás”, entonces tenemos que buscar que se profundice la democracia en el país, en la región, en América Latina. Estados Unidos está en peligro, pero ahí las instituciones son más fuertes y creo que van a sobrevivir a esos intentos fascistas. Para que haya democracia, que eche raíces y sea genuina, tiene que haber libertad. La libertad en buena medida o casi totalmente depende de la prensa independiente y de los periodistas independientes.
Tenemos que lograr establecer mecanismos, alianzas locales, regionales e internacionales para que al primer signo o problema de abusos, persecución o terrorismo de Estado contra un periodista o prensa independiente podamos pararnos firmes y mostrar que podemos sobrevivir a la arbitrariedad y a la persecución del Estado. Uno no es gente anormal, todos experimentamos miedo. Yo siempre lo he puesto por escrito y luego lo compartía con mis compañeros, de que somos personas normales, una persona normal también se enfrenta a la cobardía, nuestro gran reto es doblegar nuestros miedos y cobardía y seguir haciendo nuestro trabajo como debe ser. De otra manera, vamos a tener un sistema caracterizado por la impunidad, por la corrupción y por el crimen.
Aunque es difícil hablar en este momento del futuro ¿piensa seguir haciendo periodismo?
Se va a repetir mi juicio, ese de supuesto lavado, chantaje y tráfico de influencias. Para el 25 de septiembre de 2025, va a ver una audiencia para fijar cuándo se repite mi juicio que podría ser hasta en 2026. La lectura y apreciación que tiene el Ministerio Público y la fiscal general es que si yo ejerzo mi periodismo es una forma de obstrucción de justicia, entonces tengo esa limitación para hacerlo directamente. E indirectamente, quiero esperar a finiquitar mis casos. Tendré que ver cómo acabo con ese otro caso que no ha llegado a juicio, que todavía es una primera audiencia.
Por el momento no hay alguna manera de acelerar el caso, ese de lavado, para poder sentirme libre y poder trabajar en lo que he trabajado en los últimos 30 años, que es el periodismo. No sé de qué otra forma puedo ganarme la vida.
A ustedes y mi admiración por su trabajo. Hay que seguir trabajando. Tenemos que buscar de manera creativa cómo encontrar recursos para que todos los medios digitales puedan seguir vivos y mantener asediado al poder. Hay que preservar los espacios de libertad, porque la libertad es una conquista diaria, pero tengo fe en que el periodismo chapín y el de la región y el del mundo va a ser diariamente bien su trabajo para que esa libertad y democracia se mantenga.
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