La periodista guatemalteca Quimy De León, cofundadora de la agencia independiente Prensa Comunitaria, será galardonada junto a cuatro mujeres más, con el Premio Internacional de la Libertad de Prensa del CPJ. En entrevista con la VOA, habló de los desafíos y los logros de su carrera.
Por La Voz de América
Posicionar y dar a conocer el periodismo y a los periodistas comunitarios, y colocar los derechos humanos en la agenda mediática son los principales logros del trabajo de la periodista Quimy De León, una de las cuatro ganadoras de este año del Premio Internacional de la Libertad de Prensa del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Así lo relató la comunicadora a la Voz de América, quien recibirá el galardón, junto a tres periodistas más: Shrouq Al Aila, Alsu Kurmasheva y Samira Sabou.
A raíz de la necesidad de contar el impacto de la llegada en 2011 de las empresas extractivas a diferentes comunidades y la movilización social que se había generado, De León fundó , el medio digital Prensa Comunitaria en el municipio de Santa Eulalia, en Huehuetenango. Lo hizo junto con otros periodistas, antropólogos e historiadores y este medio ya con 80 corresponsales comunitarios.
Además, en 2017 creó Ruda, una revista digital feminista dedicada a los derechos sexuales y reproductivos «dirigido a mujeres diversas, de todas las edades, de todos los pueblos, tanto en las ciudades como en los territorios. Y que busca contribuir a colocar también los temas de interés comunitario, gremial, organizativo de las mujeres en la agenda de los medios”, explicó la periodista premiada.
De León dijo su labor en el ejercicio del periodismo comunitario y como feminista «contribuye a ampliar las voces y democratiza también el espectro en los medios coloca voces diversas, coloca otras agendas, otros temas”.
El peso del periodismo comunitario
Para De León, el periodismo comunitario es vital en la sociedad actual, pues “es el que propone poner el énfasis en la gente, en las actividades, las acciones, la vida, la mirada y la lectura que hace la gente de su propia realidad”.
Además, añadió, en las soluciones. Y, en este sentido, el periodismo comunitario es clave para hacer eco de esas preocupaciones e, incluso, escuchar voces que no son tenidas en cuenta, y que va más allá del gobierno y las empresas, como “la autoría indígena, la autoría comunitaria, las mujeres involucradas en todas las formas organizativas posibles, estudiantes universitarios, docentes universitarios o la gente que tiene algo que decir sobre un problema, sobre una noticia”.
Francisco Simón Francisco, Coordinador de la red de periodistas comunitarios, explicó a la VOA que “estas formas de hacer periodismo son propias de las comunidades, primero porque se están reivindicando de un hecho, segundo porque son sus propios comunitarios quienes hacen la comunicación y tercero, la comunicación viene en sus idiomas mayas”.
“El corazón de prensa comunitaria son los y las periodistas comunitarias… Hay una red de corresponsales de más de 80 personas que tienen interés de contar sus historias… lo que quieren es, a través del periodismo, contribuir a que se resuelvan los problemas locales”.
Además del trabajo periodístico, Prensa Comunitaria y algunas de sus integrantes están vinculadas a organizaciones locales, territoriales, incluyendo de mujeres mestizas e indígenas, y crean espacios para colocar temas de interés en la agenda mediática.
Lucy Chay, la jefa de redacción de Prensa Comunitaria, explicó que la idea es que las mujeres “puedan explicar cómo ellas han podido salir de toda esa marginación, de todo ese machismo que hay en las comunidades, como ellas se han destacado y como ellas han apoyado a su familia y a sus comunidades”.
Desafíos latentes
De acuerdo con el CPJ, las periodistas premiadas este año, que cubren Gaza, Guatemala, Níger y Rusia, han tenido que enfrentar desafíos excepcionales para seguir informando sobre sus comunidades, “mientras experimentan guerra, prisión, represión gubernamental y una creciente criminalización de su trabajo”.
En el caso de la periodista guatemalteca, quien además es historiadora y profesional de la salud con más de 20 años de trayectoria, los retos en su trabajo van desde ser reconocidos como periodistas comunitarios hasta salvaguardar su integridad.
“Hay un señalamiento que para nosotros no lo es, que es que el periodismo comunitario es activismo o el periodismo feministas es activismo. Y eso lo que significa, de fondo, es que se está diciendo que el periodismo que hacemos no tiene rigor o no cumple con los criterios de periodismo. Y en realidad una cosa no riñe con la con la otra”, señaló.
Como medio independiente, y teniendo en cuenta la crisis financiera que atraviesan los medios en el mundo, mantenerse sin muchos recursos también es un gran desafío.
A la vez expresó que “seguir haciendo investigación, de forma segura” en un país donde en su opinión -y a pesar de que “hay un nuevo gobierno que es más democrático y que no está dispuesto a atacar a la prensa”- el espacio cívico y el acceso a la información continúan cerrados.
Según explicó la periodista, el Ministerio Público de su país sigue persiguiendo y amenazado a los periodistas.
A propósito, el lunes pasado, el presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, firmó junto al presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la Declaración de Chapultepec que establece diez principios para la libertad de prensa y expresión en las Américas.
Para la ganadora del premio de la CPJ, “es una muestra de buena voluntad del gobierno actual por defender y proteger la libertad de prensa”, pero en su país aún faltan condiciones para que “la prensa esté a salvo y sean respetados [los periodistas], sea respetado el oficio y el ejercicio de la libertad de prensa y de expresión”.
Por otro lado, señaló que informar sobre narcotráfico, corrupción, grupos de poder, derechos sexuales y reproductivos, como su medio lo hace, sigue siendo riesgoso.
«Mucha satisfacción»
De León dice que estar entre las galardonadas del Premio Internacional de la Libertad de Prensa del CPJ con “con otras tres mujeres que están luchando en otros países, incluso mucho más, en condiciones mucho más graves y que han sufrido cárcel, por ejemplo, por hacer su trabajo”, la llena de “mucha satisfacción” por su trabajo y el de sus compañeros y la impulsa a seguir laborando por su país.
“Es importante seguir haciendo periodismo en Guatemala porque los desafíos sociales tienen que ver con que la democracia se fortalezca y con que la ciudadanía siga siendo activa para tener una vida mejor”, puntualizó la periodista en entrevista con la VOA.
Los premios del CPJ se entregarán el 21 de noviembre, en Nueva York, donde se rendirá también un póstumo homenaje a Christophe Deloire, quien encabezó Reporteros sin Fronteras (RSF) durante 12 años hasta su muerte en junio de 2024.
Publicado originalmente en Voz de América