La historia de muchos migrantes se repitió con el caso de Brayner Eduardo Sacrab Cajbón, un joven de la aldea Salacuim, ubicada en Alta Verapaz, a más de 500 kilómetros de la ciudad capital, al norte del país.
Migró en 2022 por la falta de oportunidades de trabajo en su aldea y aunque logró llegar a Estados Unidos, falleció en un accidente de tránsito, en Nashville, Tennessee.
Por Joel Pérez
Ramón Sacrab y Aura Cajbón recuerdan a su hijo Brayner Eduardo Sacrab Cajbón como un joven con ganas de apoyar a su familia. En su aldea natal, Salacuim, en Cobán, Alta Verapaz, al norte del país, no había muchas oportunidades.
En el patio de su modesta casa, construida de madera, con techo de lámina y piso de tierra, en un terreno de 20 metros por cuarenta, la familia de Brayner Eduardo, quien tenía 23 años de edad, relata por qué el joven decidió migrar a Estados Unidos. En junio de 2022 emprendió el peligroso viaje y llegó a Nashville, Tennessee, en noviembre de ese mismo año.
En su idioma materno Q’eqchi’ don Ramón Sacrab, padre de Brayner, afirma que su hijo no emprendió el viaje por lujo o porque quiso. “Él se fue por la difícil situación económica que atravesamos en la familia y nos dijo que iba a trabajar duro para mejorar nuestras condiciones de vida, pero ya no se va a poder”, indicó.
Los planes del joven de mejorar la calidad de vida de su familia se vieron truncados luego de que junto a otros guatemaltecos sufriera un accidente de tránsito en Nashville, Tennessee, el martes 24 de septiembre, cuando retornaban de una jornada laboral. Ahora, su familia busca la manera de repatriar el cuerpo, pero no cuentan con los recursos económicos para hacerlo.
Empeñaron un terreno para sufragar el viaje
Los padres de Brayner viven junto a sus hermanos en una modesta vivienda de madera, lamina y piso de tierra que construyeron en el único espacio de terreno de la familia, que mide unos 20 metros por 40. “Más terreno no tenemos”, dice don Ramón Sacrab en su idioma Q’eqchi’.
“Estoy cansado de estar jornaleando y no tener ni un pedazo de tierra para cultivar, hay muchas necesidades en la casa, no tenemos terrenos y yo quiero ayudarlos; voy a luchar por la familia y si algún día se da la oportunidad, buscaré de llevarlos, me dijo cuando se fue”, recuerda doña Aura Cajbón, con la voz entrecortada.
Para poder costear el largo viaje, la familia decidió empeñar el único terreno, por un valor que superaba los 90 mil quetzales. El joven logró pagar dicha deuda por lo que no existe la amenaza de que en algún momento la familia pueda ser despojada del único espacio que tienen, manifestaron Ramón y Aura.
Con sus primeros ahorros, el joven migrante intentó llevar a un hermano más, pero este no logró llegar a Estados Unidos y fue deportado a Guatemala.
Antes de emprender el viaje, Brayner Eduardo era contratado para realizar diversos trabajos como, perforación de pozo, trabajos de construcción y trabajos varios, recuerda su madre, quien dijo que, debido a la falta de recursos, su hijo únicamente alcanzó cursar el ciclo básico, en un establecimiento educativo del municipio de Ixcán, Quiche, ubicado a 45 minutos aproximadamente de la localidad.
Una aldea con altos niveles de migración
La comunidad de Salacuim está ubicada al noreste de la cabecera departamental de Alta Verapaz, Cobán, su municipio. La mayoría de sus habitantes hablan el idioma Q’eqchi’. De acuerdo al alcalde comunitario, Jimy Leal, en esa comunidad habitan más de 420 familias y 4,000 habitantes, según el último sondeo realizado.
A pesar de que no hay datos exactos, se estima que unas 200 personas han migrado hacia Estados Unidos, lo que el alcalde considera una fortaleza, debido a que las remesas han permitido el desarrollo de su comunidad.
En Salacuim, los pobladores se dedican a la siembra. Uno de sus principales productos es el cardamomo, sin embargo, debido a la última sequía que afectó su territorio, la mayoría de la población perdió las esperanzas en dicha producción, el cual le ha dado un motivo más a los pobladores de ver la migración como una oportunidad de conseguir más ingresos.
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De acuerdo con los datos del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), hasta el 15 de septiembre de 2024, 59,663 guatemaltecos han sido deportados, de los cuales 3,786 son de Alta Verapaz.
La muerte de migrantes guatemaltecos en el exterior no es un fenómeno aislado. Cuando fallecen en el extranjero las familias comúnmente se ven afectadas por la falta de recursos económicos para traer a sus familiares a Guatemala y darles un entierro digno.
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Cualquier apoyo económico a la familia del migrante, se puede hacer al número de cuenta de Ahorro, de Banrural, 4040393223 a nombre de Aura Cajbón Sagüí o llamar al número de teléfono 48272574.