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Bernardo Arévalo o la Lista Engel, usted escoja

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Créditos: Prensa Comunitaria
Tiempo de lectura: 4 minutos

Por Miguel Ángel Sandoval

El titulo no es una provocación, es la realidad de nuestro país. Hoy día la disyuntiva es muy clara: apoyar un gobierno de Bernardo Arévalo o uno encabezado por cualquierita de la lista Engel. Siento mucho si mis amigos críticos de la crítica, y de la política en abstracto, no coinciden con estas afirmaciones, pero hace falta debatir ideas con claridad y no solo deslizar desacuerdos, opiniones críticas o independientes, que finalmente poco ayudan a entender un panorama complejo como el que vivimos hoy como país y sociedad.

Si se quiere doy una lista de los presidenciables de la última ocasión. Creo que no hay casi nadie que escape del medallero Engel. Puedo no estar de acuerdo con que los gringos sean quienes hagan esa lista, pero no hay nada que diga que no tienen razón, o que no tienen los pelos de la burra en la mano para la elaboración de esta lista de la ignominia. Es lo mismo con la historia de la Cicig. Y aquí el tema es el siguiente: si existiera en nuestro país un sistema de investigación penal para impedir la corrupción, y jueces y abogados o magistrados, confiables, pues con seguridad nunca se hubiera planteado el experimento de la Cicig. Que no fue impulsado para perseguir a los demócratas sino a los corruptos.

Pero como sabemos, era necesario ese proceso a pesar de los errores, reales o supuestos, pero como nunca vimos las falencias del sistema de justicia. Pero esto es parte de otras notas. Especialmente ahora, si como vemos, las comisiones de postulación a pesar de unos pocos avances siguen siendo el terreno en donde el pacto de corruptos pretende sentar sus reales. Aunque el ojo de la sociedad ya advertida no permita espectáculos como los de los magistrados que tranquilamente se pasaron cuatro años sin ser relevados por la acción infame de los delincuentes del congreso que lo impidieron.

Tomando en cuenta que los vecinos de la potencia del norte no hablan por hablar, y tampoco inventan chismes por gusto, queda en el aire una pregunta: ¿Quien investiga las denuncias que pesan sobre los de la lista Engel? Que, si recordamos, lo primero que perdieron los honorables de esta lista, es la visa de ingreso al país del norte. Parecería que lo mínimo que se puede hacer es una investigación de oficio, o en caso contrario, esperar a que haya una orden de extradición. Lo que, si es cierto, es que no se trata de un invento político, o de una rivalidad política, o de una confabulación contra tan dignos patriotas. Seriedad señores.

Y hablo de nombres o presuntos posibles candidatos, no de los “partidos” que se convirtieron en su gran mayoría, en una especie de desagüe de toda la inmundicia en que se convirtió en los últimos años el sistema de partidos políticos, piedra angular de la democracia liberal o representativa, como la que existe en nuestro país. Solo me detengo en los nombres de los partiduchos que son los verdaderos basureros de la clase política (que en verdad no lo es, pues está integrada por delincuentes que mejor no digo)

Pero en la lista de siglas vemos la UCN que si alguien pregunta se le puede decir que es un “partido” de un narco preso en los EEUU y autor de la comilona de la gallina con loroco y crema en Jalapa, donde estuvo como comensal el payaso sin gracia y uno o dos agentes de la DEA. El asunto dio muchas vueltas y lo extraño es que el payaso no se encuentre animando fiestas aburridas en alguna cárcel del norte. Luego esta VAMOS. Es la gavilla armada por Giammattei y Miguelito, con el “empresario”. Allan Rodríguez.

Esta también el partido TODOS, que, entre delincuentes de siete suelas o narcos confesos y presos en EEUU, que son dignos de cualquier cosa, menos de integrar un sistema de partidos políticos. No hablo al tanteo. Solo dar una mirada a las páginas de los principales medios de comunicación del país permite entender el nivel de corrupción de esta banda. La lista es larga. Aunque habría que agregar un nivel de análisis que roza el tema ideológico.

En las elecciones del 2023 fueron derrotados en la carrera presidencial, los herederos del anticomunismo primitivo, o de la contrainsurgencia que se resiste a morir, junto con el continuismo igualmente conservador y de derecha obsesionada. Y lo que queda como vemos, son agrupaciones de bandoleros, clicas, carteles. Menos partidos políticos. Aunque siempre hay excepciones. Pero por razones del periodo me refiero solo a uno.

En este contexto, el único que se podría salvar es Semilla, pero ya sabemos que por la corrupción de un juez y de algunos fiscales, tiene prohibido ser partido político, lo cual me parece una pendejada que solo la falta de garra permite que ello ocurra. Nadie puede impedir que se organice la gente y nadie puede prohibir que un partido se reivindique como tal. Tan jodidos estamos que una gavilla de bandoleros o una banda de delincuentes, pueden decir que son partido político, pero un grupo de gente joven y sin antecedentes policiacos, no puede hacerlo. ¿El país o el sistema político están de cabeza?

En resumen, se puede decir que no hay en nuestro país, salvo alguna excepción, partidos políticos. Menos una clase política. Ni hablar de un sistema de partidos políticos. Estamos lejos de poder construir, con la broza que se encuentra en el congreso, un ejercicio como el de la Agenda Nacional Compartida, que en sus momentos tuvo la ambición de convertirse en una agenda nacional.

En el terreno de la política, y si se prefiere desde la perspectiva de la ciencia política, lo que hay en nuestro país, apenas llega a grupos de interés pues de manera general, no creo que se pueda calificar como un interés social o de algún grupo de población, la práctica de la corrupción. Es por este conjunto de razones y de datos, que la disyuntiva se encuentra alrededor de las opciones. Bandas o partidos, Arévalo o lista Engel. ¿O usted tiene otra propuesta?

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