Tras años de penurias y promesas incumplidas, el Aeropuerto Internacional La Aurora parece vislumbrar un nuevo horizonte con la destitución de su exdirector y la firma de un nuevo Convenio de Cooperación Interinstitucional entre la Dirección General de Aeronáutica Civil y el Ministerio de Gobernación en Guatemala. Sin embargo, la sombra de la desconfianza y la falta de acciones concretas nubla el panorama, dejando interrogantes sobre si este será un verdadero cambio o un espejismo más en la historia de este terminal aéreo.
Por Nathalie Quan
El Aeropuerto Internacional La Aurora (AILA), es la principal terminal aérea de Guatemala, ha sido foco de críticas y denuncias durante la gestión del exdirector Francis Argueta y los presidentes Jimmy Morales y Alejandro Giammattei. Los pasajeros han señalado consistentemente el deterioro de las instalaciones, la falta de insumos básicos en los baños y el mal estado de las salas de espera, evidenciando una infraestructura que no cumple con los estándares necesarios para un aeropuerto internacional. La destitución de Argueta en febrero de 2024 por el nuevo gobierno de Bernardo Arévalo refleja un intento de cambio, pero queda por ver si será más que un gesto simbólico.
Un laberinto de deficiencias
Las instalaciones deplorables se han convertido en la realidad cotidiana para los viajeros. Baños sucios e inoperantes, goteras constantes, alfombras rotas, aire acondicionado deficiente y una penosa iluminación son solo algunos de los problemas que enfrentan. El equipamiento obsoleto, como bandas transportadoras fuera de servicio, sistemas de información anticuados y señalización deficiente, agravan aún más la experiencia de los usuarios, quienes se ven obligados a navegar por un laberinto de obstáculos y tecnología arcaica. Esta negligencia criminal por parte de las autoridades ha llevado a daños estructurales que ponen en riesgo la seguridad de los usuarios, una desidia que resulta inaceptable e irresponsable.
El aeropuerto presenta un ambiente de abandono que es evidente en sus espacios desolados. Áreas enteras yacen vacías y en un estado de abandono total, generando una imagen de desorganización y descuido que avergüenza al país. La falta de higiene es preocupante, con acumulación de basura y la presencia de plagas en diversas áreas, lo que pone en riesgo la salud de los pasajeros y empleados. Además, la seguridad es una cuestión alarmante, con reportes de robos, asaltos e incluso tráfico de drogas dentro de las instalaciones.
Los pasajeros han expresado su indignación a través de redes sociales y organismos oficiales, exigiendo mejoras en las condiciones del aeropuerto. La preocupación no solo es local; organismos internacionales como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) han emitido observaciones sobre las deficiencias del aeropuerto, instando a las autoridades a tomar medidas urgentes para remediar la situación.
Nuevo convenio interinstitucional: ¿promesa de cambio o simple parche?
El gobierno de Arévalo ha reconocido el problema y ha prometido realizar inversiones para modernizar y mejorar el Aeropuerto La Aurora. El pasado 7 de junio, se llevó a cabo la firma del Convenio de Cooperación Interinstitucional entre la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y el Ministerio de Gobernación (MINGOB) en la sala de vuelos nacionales del AILA. Aunque este evento ha sido presentado como un “hito importante” en la colaboración entre ambas instituciones para mejorar la seguridad en los aeropuertos y aeródromos de Guatemala, ahora les queda a las autoridades concretar el plan presentado.
Azucena Zelaya, directora de la DGAC, ha calificado el convenio como un “avance crucial” para la seguridad aeroportuaria. El acuerdo establece una serie de compromisos diseñados para abordar los desafíos actuales de seguridad y mejorar el entorno aeroportuario. Se habla de una autoevaluación internacional basada en el documento 9335 de la Organización de Aviación Civil Internacional, la implementación de nuevas medidas de seguridad como un corredor temporal para separar a los pasajeros, y la remodelación de las instalaciones para el personal de seguridad de aviación (AVSEC). Además, se ha incrementado el número de agentes de seguridad aeroportuaria de 156 a 216 y se han habilitado nuevos equipos de rayos X en puntos clave del aeropuerto.
¿Cambio real o medidas superficiales?
Las declaraciones del ministro de Comunicaciones, Félix Manuel Alvarado, y el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, enfatizan la importancia de la colaboración y la transparencia en este proceso. Destacan la importancia de la aviación en el desarrollo económico de Guatemala y la relevancia del convenio para combatir actividades delictivas en las instalaciones aeroportuarias.
El nuevo convenio interinstitucional se presenta como una promesa de cambio en la seguridad y gestión de los aeropuertos guatemaltecos. Sin embargo, tras años de abandono y deficiencias, la verdadera cuestión es si este acuerdo logrará transformar las palabras en hechos y mejorar de manera tangible la experiencia de los pasajeros y la seguridad aeroportuaria en Guatemala. La historia reciente sugiere escepticismo, y solo el tiempo dirá si este esfuerzo marcará una diferencia significativa o si se quedará en una promesa más.