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Créditos: Prensa Comunitaria
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Miguel Angel Sandoval

Lastimaron el vínculo con al menos unos 9 países: Chile, con México, China, Venezuela, Uruguay, Cuba, Rusia, España y Colombia. En todos los casos con declaraciones de Milei con abuso de adjetivos, con puras tonterías”.

Estos datos se encuentran en diario argentino Página 12. En el cuerpo de la nota se refieren a las veces en que Milei ha despotricado contra cada uno de los países citados. No hay el menor recato, la menor expresión de actitud de estadista. La diplomacia la mando al diablo. Y con ello penden de un hilo las relaciones internacionales de un país con la importancia de Argentina. Es el sinsentido de este bárbaro de Milei.

Se aplica la idea de la motosierra a la política exterior y se convierte la diplomacia en algo inútil. En verdad es algo de suma gravedad. Como se sabe, la diplomacia moderna se ha caracterizado por ser una herramienta de los gobiernos para evitar crisis, solucionar diferendos, aliviar problemas. Es la primera línea de defensa ante las crisis que pueden presentarse entre los países, y ello por las razones que sean. Puede ser el precio del petróleo en el mercado mundial, o del arroz o de las piezas de repuesto para los automóviles o las guerras que nunca faltan.

Si se analiza lo hecho o lo anunciado por el presidente argentino, al utilizar la motosierra para reducir la administración pública o recortar personal por aquí o por allá, o disminuir los derechos laborales adquiridos durante décadas, finalmente es un tema interno, es un problema de los argentinos, de nadie más. Pero atacar a los países mencionados y hacer de la diplomacia un objeto de la motosierra, es algo muy diferente, es una estupidez del tamaño de una catedral.

Asistimos en este tema a una situación semejante a las democracias de los militares en épocas pasadas. En efecto en varios países, eran electos presidentes por la vía “democrática”; es cierto, no había derechos políticos para nadie, no se respetaban los derechos humanos universalmente reconocidos, había secuestros desapariciones y todo lo que se recuerda, pero había “elecciones democráticas”. Al menos en la forma. Así fueron electos Somoza o Lucas García. Pinochet cuando se sintió fuerte, organizo un plebiscito que perdió y dio salida a la democracia chilena.  Lo del contenido son otros cien pesos, como se dice. Mientras que la diplomacia era el reino de las apariencias. Embajadores iban y venían, se asistía a fiestas oficiales, y toda esa parafernalia, pero de diplomacia cero.

Es lo que pretende hacer ahora Milei. Pasa la motosierra en la administración pública y arrasa con los derechos sociales, mientras hace de la diplomacia algo formal e inservible. Pues parecería que no hay diplomático que en su sano juicio defienda las estupideces de su actual mandatario, de su jefe inmediato. Asistimos a una era en donde las salvajadas internas buscan su correlato en la diplomacia absurda de la motosierra. Y como se dice, el que venga atrás que arree. ¡¡Y me refiero a países vecinos como Chile, Brasil, Uruguay!!, y otros como Cuba, China, España, Colombia, México y quien se ponga enfrente. Todo esto sujeto a los despropósitos de la motosierra.

Es el en fondo un subproducto del neoliberalismo que durante años se dedico a minar las bases de la democracia, y ahora vemos que se agrega, una de sus herramientas para la convivencia entre naciones como es la diplomacia. Milei no es solo el mas torpe o el mas brusco, es la quintaesencia del modelo que contra viento y marea busca ordenar la sociedad a la imagen del mercado, sin ninguno de los contenidos sociales y democráticos que se han construido a lo largo de siglos. Es la fuga hacia adelante. Al vacío.

 

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