Créditos: Leopoldo Batz. Familiares de Roberto Gonzáles, al momento de recibir su cuerpo en San Antonio Sija.
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“Tenemos un dolor grande en nuestros corazones, pero Dios llenará ese vacío que deja su partida, ya está su cuerpo de mi finado sobrino con nuestra familia, en lo que fuera su humilde hogar”, dijo Pedro González, tío de Roberto Gonzáles Hernández.

Por Leopoldo Batz

Roberto Gonzáles Hernández era originario del paraje Chi-Marcaj, San Antonio Sija, San Francisco El Alto, en Totonicapán. Él emprendió el viaje en busca del sueño americano y en su intento fue víctima del incendio ocurrido en un albergue de Ciudad Juárez, México, cercano a la frontera con EE.UU.

Escenas de dolor y desconsuelo se vivieron al momento en el que familiares, amigos y vecinos recibieron el féretro de Roberto, quien deja en la orfandad a una niña de 10 años y a un niño de 11.

“Quiero agradecer a los gobiernos de México y Guatemala, pues ya está el cuerpo en casa. Ahora, ojalá se pongan la mano en la conciencia y piensen en las familias que han quedado; que tomen cartas en el asunto. Da pena escuchar que no hay declaraciones exactas sobre el hecho”, dijo Pedro Gonzáles, tío del migrante fallecido.

Foto: Leopoldo Batz

Lo recuerdan como músico

Roberto tocaba la guitarra y el bajo como integrante de la Agrupación Musical Proeza, de la iglesia de la localidad, además de ser miembro activo de la congregación, comentó Marcos Hernández, director y pastor de jóvenes.

“No es solo el dolor, aparte de eso deja un vacío en su familia y dos hijos desamparados. A través de la información de los medios nos dimos cuenta de que los dejaron encerrados. Es un dolor grande que ha causado en la aldea esta tragedia. Aquí en Guatemala no hay trabajo, el país ha caído en corrupción. Hay mucha riqueza, pero es mal administrada por los gobiernos. Recomiendo a la juventud que no haga estos viajes, hay que luchar aquí para evitar este tipo de tragedias y si viajan, encomendarse en las manos de Dios”, comentó Hernández.

Foto: Leopoldo Batz.

Al finalizar el servicio religioso, familiares y vecinos tomaron el tiempo para dar palabras de ánimo a los familiares que lloraban desconsolados al lado del féretro cubierto por una bandera y dos cuadros con sus fotografías. Roberto también fue recordado por sus compañeros pilotos de mototaxis, que lo acompañaron por varios kilómetros, hasta su hogar.

El velatorio se realiza este miércoles en un parqueo cercano a la vivienda, mientras que el sepelio se llevará a cabo en el cementerio de la localidad.

En Ciudad Juárez, Chihuahua, México, fallecieron 40 migrantes de distintos países, 19 de ellos guatemaltecos, provenientes de los departamentos de Alta Verapaz, Totonicapán, Quetzaltenango, Huehuetenango y Quiché.

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Según testimonios de los sobrevivientes, algunos de los migrantes habían sido detenidos por agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) con el fin de retirarlos de los semáforos donde limpiaban vidrios, vendían dulces o pedían dinero. El lugar donde fueron retenidos, según un reporte de la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, tenía capacidad solo para 60 personas, pero al momento del incendio había alrededor de 80.

La inconformidad por la falta de alimentos y de agua, llevó a un grupo de ellos a incendiar unas colchonetas para llamar la atención de las autoridades, sin embargo, en videos que se viralizaron en redes sociales se pudo observar que algunos agentes pasaron frente al lugar, sin mostrar ninguna preocupación. Las autoridades mexicanas, particularmente el presidente Andrés Manuel López Obrador, han ofrecido llevar la investigación hasta las últimas consecuencias.

Cementerio de San Francisco El Alto. Foto Leopoldo Batz.

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