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El Museo de los Mártires ayudó a la recuperación de la memoria histórica

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Créditos: Samuel Lisandro Villatoro Bran
Tiempo de lectura: 5 minutos

Por Elías Oxom

Amancio Samuel Villatoro era un líder sindical en Guatemala, durante la década más difícil del Conflicto Armado Interno. Asumió la dirección de la Central Nacional de Trabajadores “CNT” y la coordinación del Comité de Unidad Sindical (CNUS), fue fundador del Sindicato de Chicles Adams y su activismo en la defensa de los derechos laborales lo condujo a asumir otro nivel de conciencia, después de la desaparición forzada de sus compañeros de la Central Nacional de Trabajadores el 21 de julio de 1980, cuando se incorporó al Movimiento Revolucionario Fuerzas Armadas Rebeldes “FAR”.

A sus cuarenta y siete años de edad, según el diario militar en la ficha con el código Y55, fue capturado en la 15 calle, 2da. avenida de la zona, justamente en el lugar donde le dijo a su esposa que tenía una reunión con sus compañeros de la organización, el 30 de enero de 1984.

En el año 2011 la Fundación de Antropología Forense identifica sus restos por medio de ADN, los cuales fueron exhumados de un antiguo destacamento militar en San Juan Comalapa, con la entrega de los restos de Amancio, en 2011, había un caso impactante en el país: la desaparición forzada, sistematizada a través de documentación, de clandestinidad, de tortura y de todo lo que el  ejército hacía.

Según Samuel Lisandro Villatoro Bran, su hijo, era un momento de difícil situación para la familia porque después de una larga búsqueda y de haber encontrado los restos de su padre, se tomó la decisión de no enterrarlo, sino de proponer un espacio para visitarlo inicialmente y enseñar a amigos y familiares físicamente, a esa persona que un día salió de su casa y nunca más volvió. Así nació el espacio de memoria dentro de las instalaciones de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, dijo.

El 30 de enero de 2012, era una fecha muy importante, porque era el día de la desaparición de Amancio Samuel Villatoro después de 28 años, justo ese día la Fundación de Antropología Forense de Guatemala entregaba los restos en físico a la Familia.

El Museo de los Mártires del Movimiento Sindical y Estudiantil de Guatemala funcionó desde el año 2012 hasta el 2017, con recursos de organizaciones solidarias que permitieron su funcionamiento, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala dio un espacio dentro de las mismas instalaciones de la fundación. La osamenta de Amancio Villatoro se encuentra hasta este momento bajo protección de la fundación FAFG, agregó.

Muchos de los esfuerzos para su funcionamiento fueron de gente solidaria, que atendió el museo sin ningún sueldo, de donativos de visitantes, de la venta del documental “Eco del dolor de mucha gente” producido por la cineasta guatemalteca Lucía Cuevas. Se vendieron artículos de memoria en el museo. Los visitantes del eran familiares de desaparecidos y población en general. Se luchó porque las universidades y los colegios llevaran a sus estudiantes a conocer la verdadera historia reciente con relación a las desapariciones forzadas, dentro del Museo de los Mártires. Las visitas eran guiadas, todas las visitas eran atendidas por un familiar de desaparecido que articulaba la historia desde su propia vivencia, basada en la estadística y datos históricos de los desaparecidos en el país.

El museo tenía la recuperación simbólica del diario militar, donde se exponía el concepto y análisis de éste. Tenía la información sobre otros mártires como Oliverio Castañeda, Antonio Cianí, Manuel Colom Argueta. Se presentaban documentales sobre la desaparición forzada y las causas que la provocaron realizando planteamiento de investigación sobre la historia reciente de Guatemala, el derrocamiento de la primavera democrática y el conflicto armando interno.

Las visitas tardaban cuarenta y cinco minutos y en otros casos hasta tres horas por la interacción de las preguntas que surgían. En el museo había objetos que se encontraron en el proceso de exhumación, fotografía de la exhumación, la fotografía de Marco Antonio Molina Theissen, la fotografía de Emil  Bustamante, había una exposición de fotografías de los procesos de dolor de cada una de las identificaciones, en la última sala se exponían los restos de Amancio Samuel Villatoro.

“Vemos con gran responsabilidad moral, familiar y compromiso con la sociedad guatemalteca y con la historia de nuestro país la correlación de coincidencias en el caso de Amancio, luego de su captura llegaron a nuestra casa  nueve hombres armados a sacar toda la documentación que mi padre tenía de la organización, posterior a ello escuchamos que Álvaro Sosa Ramos había escapado de sus captores y que al estar ya libre fuera del país hace mención que en la cárcel de tortura había visto a Amancio Samuel Villatoro, eso fue en 1984”, recordó.

También, luego de la liberación del licenciado Sergio Beltetón registrada también en el diario, hacía mención de haber  escuchado los gritos de tortura de Amancio Samuel Villatoro. En 1999 aparece el diario militar “El Dossier de la Muerte” donde se describe su captura y su ejecución hasta ese momento concretamos plenamente que mi padre Amancio estaba muerto, después de tantos años, “siempre los familiares de los desaparecidos mantuvimos la esperanza de que podían aparecer vivos y en ese marco tantas cosas en la mente”.

En el diario militar indica que el 29 de marzo de 1984 fue ejecutado Amancio Samuel Villatoro cincuenta días después de su tortura, quedaba la otra incógnita, ¿dónde está su cuerpo?, se iba tejiendo estas herramientas que está sirviendo en el “Caso del diario militar”.

Según Villatoro Bran el museo era un espacio muy pequeño pero con gran impacto, la reacciones de la gente, de cólera, de lamento y de llanto, algunos creían que esto no  pasó en Guatemala, para muchas personas permitía decir que tienen un familiar desaparecido, que han tenido oculta por la falta de confianza, al sentirse en familia de sufrimiento revelan que tienen un familiar desaparecido.

El museo de los mártires dio como resultado la identificación de una persona más, que encontró en las fotografías del Diario Militar a un hermano, decidió dar su muestra y logró su identificación, es de los momentos más impactantes del Museo de los Mártires.

Samuel Villatoro indica  “tratan de criminalizarnos, al decir que estamos llevando procesos jurídicos contra personas de la tercera edad y que lo que buscamos es venganza,  realmente no es venganza, a través del tema jurídico es que nosotros estamos buscando esa real y verdadera historia que nos permita dar a conocer a las nuevas generaciones lo que realmente ocurrió con nombres y apellidos, indicó.

La razón del cierre del museo fue económica y la falta de voluntad política del estado, ya que lo que se necesitaba era un apoyo simbólico, se estaba buscando un lugar para seguir funcionando, ya que la Fundación de Antropología Forense tuvo que entregar la casa donde se ubicaba el  museo ya que no pudieron mantenerse, se está trabajando para lograr la re apertura, tenemos la esperanza y compromiso de lograrlo pronto, concluyó Villatoro Bran.

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