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El proyecto Luis de Lion busca enlazar el presente con el pasado y el futuro

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Créditos: Proyecto Luis de Lion.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Elías Oxom

El poeta y escritor guatemalteco, Luis de Lion nació el 15 de agosto de 1939. Fue maestro de educación primaria de la aldea San Juan del Obispo de Sacatepéquez. De origen  campesino, fue el menor de cinco hermanos; su mamá era de ascendencia Kaqchikel.

Luis de Lion, cuyo nombre de pila era José Luis de León Díaz, es un referente de la literatura guatemalteca. Escribió varios cuentos y la novela “El tiempo principia en Xibalbá”. Hizo poesía y literatura infantil. Fue secuestrado el 15 de mayo de 1984 cuando tenía 45 años, en la 2ª avenida y 15 calle de la zona 1, de acuerdo con los datos que aparecen en el denominado “Diario Militar”.

Cuando apareció el Diario Militar, su hija Mayarí de León, hizo una demanda al Estado. El proceso terminó con un acuerdo de solución amistosa en 2004, en el que el Estado de Guatemala reconoce su responsabilidad en la desaparición forzada de Luis de Lion y se compromete a realizar varios acciones, entre ellas juzgar a sus asesinos, construir un centro cultural en su aldea natal, colocar una placa en el lugar en donde fue secuestrado y otros más, que según la hija del escritor, el Estado nunca ha cumplido.

Foto: Proyecto Luis de Lion.

En 1962 fundó una biblioteca comunitaria, lo que motivó a su hija a regresar a la aldea para la reabrirla en 2004. De igual manera dio inicio a una serie de actividades más, como clases de teatro, de música en diferentes instrumentos, grupos de lectura, y como en Guatemala no hay muchos espacios para dar a conocer lo que pasó y muchas personas llegaban los fines de semana para consultar sobre su historia, se construyó la Casa Museo “Luis de Lion”, en 2006, en el que además hay una exposición fotográfica de San Juan del Obispo, para que se conozca sobre la historia del pueblo.

Todo el espacio lleva por nombre “Proyecto Luis de Lion”. Está dividido en tres ramas, la biblioteca comunitaria, la escuela de artes y la casa museo. Es un proyecto comunitario sin fines de lucro, un proyecto de memoria, porque no solo cuenta con objetos o historias del pasado, sino que está enlazado con el presente, porque los espacios están enfocados a la niñez. Actualmente el museo está cerrado por la pandemia, pero se prevé que en octubre próximo se pueda abrir al público en general con previa cita. El museo está ubicado en la 4ª calle, oriente 4, San Juan del Obispo, Antigua Guatemala. También cuenta con una página de Facebook con el nombre de “Proyecto de Luis Lion”.

Mayarí de León dijo a Prensa Comunitaria que “con el proyecto se está enlazando presente, pasado y futuro; la intención es trasladar a las nuevas generaciones nuestra historia; la historia no es solamente el conflicto armado, hay una historia no hablada de la invasión española, todo lo que pasó es una línea de historia larga”, comentó.

Según Mayarí, se está trabajando con familias y personas que no vivieron la guerra, para que puedan tener una mirada fresca de lo que pasó. Si hay que algo en lo que se sigue creyendo es que se firmó la paz, no queremos más violencia, tenemos derecho a una vida digna. Luis de Lion era un educador que soñaba con que los niños tuvieran acceso a la educación, tuvieran acceso al deporte, tuvieran derecho a tener una infancia feliz, indicó.

Foto: Proyecto Luis de Lion.

Para Mayarí de León, hija del escritor desaparecido, la reconciliación es un proceso; para llegar a la reconciliación hay que conocer la verdad y, para conocer la verdad hay que recuperar la memoria de lo que pasó: no podemos perdonar lo que no sabemos.

La hija de Luis de Lion considera que hay una esperanza que posibilita trabajar en función de la no repetición de hechos como estos, porque son delitos de lesa humanidad que no deben repetirse, pero actualmente se repiten: hay líderes comunitarios en todo el país, que luchan por los ríos, la madre tierra, por el bosque y por el respeto de los lugares sagrados.

Los hechos de violencia a los que fueron sometidos nuestros familiares, el dolor que nos han causado durante muchos años de ausencia no lo va a compensar nada, ni aunque se pudran en la cárcel los que cometieron esos crímenes, ni aunque nos hicieran diez teatros nacionales a cada familia para poder resarcirlo, pero es algo importante sentar precedentes, porque todo hecho tiene una consecuencia, de lo contrario se vuelve a repetir. A mí no me gustaría que nadie en este planeta tenga que sufrir la consecuencias de una desaparición forzada, concluyó.

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