Créditos: Cortesía.
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El Consejo de los Pueblos K’iches y la Asociación Maya Uk’ux B’e, condenamos la captura de Anastasia Mejía Tiriquis de 49 años de edad y su traslado a la cárcel de mujeres de Quetzaltenango, ella es Guía Espiritual del Pueblo Maya, activista en contra de la corrupción e impunidad, comunicadora de la Radio Xol Abaj que ha sido allanada en el Municipio de Joyabaj, del departamento del Quiché, también fue capturada Petrona Siy Castro anciana de 68 años de edad. Ambas son acusadas de participar en los disturbios dados el 24 del mes de agosto, en contra del Alcalde Municipal que se ha reelegido durante varios períodos.

Anastasia como comunicadora y cumpliendo con su papel de dar a conocer los acontecimientos de ese día (24 de agosto) en su municipio y los videos que circularon de ese acontecimiento, dan fe que ella estaba llamando a la calma a la muchedumbre que manifestaba su descontento con el alcalde municipal y nunca fue vista como incitadora a la violencia.

Nos preocupa que esta captura esté cargada de racismo, que se ha venido practicando en los diferentes espacios políticos y del sistema de justicia. Lo anterior debido a que un período anterior Anastasia Mejía fungió como concejal municipal, espacio donde cuestionó los procedimientos administrativos. Es importante dar a conocer que en este lugar siempre se ha visto a los pueblos indígenas como los peones coloniales, sin derecho a opinar o a manifestar cualquier divergencia con el poder local de herencia colonial y este mismo poder en diferentes partes del país, vienen cooptando la justicia para seguir con los actos de impunidad y corrupción.

También condenamos la agresión que sufrieron las hermanas Andrea y Lucia Ixchiu, el día de ayer, mujeres que ejercen un liderazgo a nivel nacional e internacional por la defensa de los derechos humanos y la defensa de Madre Tierra.

Por lo que alertamos a la comunidad nacional e internacional, para estar vigilantes sobre los acontecimientos en Guatemala en relación a la violación de los Derechos Humanos, ya que existe un claro retorno a las formas represivas, que nos recuerda los años oscuros de la guerra donde el derecho a opinar era un delito, donde los pueblos indígenas fueron masacrados por el mismo Estado, que se ha venido denunciando como un acto de genocidio. Durante ese período en el departamento del Quiché se concentraron las masacres llegando al 46% de los muertos a nivel nacional.

Las acciones en contra de tres mujeres K’iches en un solo día, refleja que la fuerza de la impunidad se está imponiendo a través del terror, como única forma que tiene el sistema por silenciar la voz de los pueblos que claman justicia, claman derechos y demandan el fin del racismo impuesto por quinientos años.

Necesitamos la más amplia solidaridad.

Oxib’ Aj

22 de septiembre 2020.

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