Por Alva Batres y David Toro
La crisis provocada por el COVID-19 ha desnudado las deficiencias del área de salud pública de Izabal, a tal punto, que algunos médicos y enfermeros han tenido que poner de su bolsa para adquirir utensilios básicos de higiene y poder hacerle frente al virus en el caribeño departamento con más de 400 mil habitantes.
Hasta el pasado lunes 23 de marzo, se registraban 173 personas en cuarentena alrededor de todo el departamento de Izabal, entre ellos 13 migrantes. El número se modifica constantemente, manifiesta la vocería del área de salud. A pesar del cierre de fronteras algunos hondureños han logrado llegar a la ciudad de Puerto Barrios para buscar atención médica en el Hospital Nacional de la Amistad Japón-Guatemala. El personal de este centro asistencial cuenta que de los casos sospechosos de COVID-19 que han atendido se encuentra una ciudadana hondureña y un chileno que había llegado de Europa antes de que la enfermedad llegará a Guatemala.
El hospital Japón-Guatemala cuenta con 62 médicos, la mayoría son especialistas y 24 son médicos generales, un pequeño grupo de ellos no puede asistir la emergencia provocada por el coronavirus ya que padecen de alguna enfermedad crónica que los hace vulnerables si se exponen a posibles portadores. Hasta el 23 de marzo el Hospital contaba con 30 pruebas para COVID-19, y el director Manuel Gómez Paíz manifestó que espera que el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) lo abastezca esta semana.
El doctor Gómez Paíz realiza las gestiones para que un área del hospital sea habilitada para aislar los casos, si llegaran a tener positivos. Se trata de un espacio para 25 personas que no reúne todas las características físicas, pero es lo que tienen. Gómez espera que el 25 de marzo esté disponible a falta de recibir los aíres acondicionados que necesita para su adaptación en el caluroso municipio de Puerto Barrios. El pasado viernes intentaron abastecerse con mascarillas y batas pero no encontraron en el mercado local, ya que están escasas.
En el centro de salud de Santo Tomás de Castilla la situación es aún más complicada. Ante la falta de utensilios básicos para la crisis como guantes y mascarillas, el personal médico tuvo que hacer el desembolso económico de sus propios recursos para evitar ser infectados y para brindar un servicio adecuado, según informó Irvin Vallecillos, director de este centro asistencial.
El sindicato de trabajadores de salud de Santo Tomás aprovechó la visita de la diputada por el departamento de Izabal, Lorena Teo de la bancada BIEN el 23 de marzo, para solicitar apoyo y se les brinde los insumos básicos para atender la crisis sanitaria, ya que sin el equipo necesario todo el personal médico corre riesgo, la diputada se comprometió a trasladar el mensaje a las autoridades correspondientes y felicitó a los trabajadores por adoptar todas las medidas de prevención necesarias.
Son siete en total los centros de salud que operan a nivel departamental y solo hay siete ambulancias públicas para todo el departamento, la precariedad no es únicamente en Santo Tomás y en la cabecera departamental ya que para los pobladores de Livingston, solo hay una ambulancia acuática para trasladar pacientes en casos de emergencia al Hospital Nacional de Puerto Barrios.
La crisis a nivel nacional provocada por el coronavirus ha desnudado las carencias en el sistema de salud de Izabal y del resto del país. Mientras la situación se mantiene en el Congreso hoy se aprobó un préstamo de $200 millones al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, los recursos deberán ser utilizados para atender la emergencia.