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Créditos: David Toro
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por David Toro

El padre Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante, denunció ante el Ministerio Público (MP)  que el 20 de enero él y  personal del albergue recibieron amenazas de muerte vía telefónica, la voz detrás del celular dijo ser trabajador de la Dirección General de Migración (DGM).

La Casa del Migrante, ubicada en la 15 avenida de la zona 1 de la capital, aumentó sus esfuerzos para cubrir las jornadas de la última semana ya que con la llegada de miles de hondureños y salvadoreños de la última caravana de migrantes este centro administrado por la misión católica de los scalabrinianos, se convierte en el único refugio que los viajeros encuentran en la ciudad de Guatemala.

El 20 de enero, a las 5:00 p.m., mientras el personal de la Casa del Migrante realizaba sus tareas diarias, la responsable de la recepción recibió una llamada amenazante, quien con palabras soeces le indicó que tenían controlada la sede de la institución y que tenían grupos preparados para detener la labor de la institución. Esa misma tarde, recibieron una segunda llamada, que fue atendida por el padre Verzeletti: “La persona que llamó se identificó como trabajador de la DGM y dijo que conocían toda mi ruta y tenían interés de que yo desaparezca”, declaró el padre Mauro Verzeletti, quien ha trabajado con migrantes en Guatemala desde hace 21 años.

Verzeletti junto a dos trabajadoras de la Casa del Migrante presentaron la mañana de este 21 de enero una denuncia en la fiscalía de derechos humanos del MP, “pedimos a las autoridades de Guatemala que nos apoyen con seguridad perimetral y personal para que nosotros podamos seguir cumpliendo con nuestra labor humanitaria ante esta difícil situación”, recalcó.

Ruth del Valle, directora de la defensoría de Defensores de Derechos Humanos de la Procuraduría de Derechos Humanos(PDH), acompañó a Verzeletti a presentar la denuncia al MP y destacó que este tipo de amenazas son preocupantes porque vulneran la vida de quienes desempeñan una labor humanitaria y defienden el derecho de aquellos que migran de sus países de origen.

Verzeletti recordó que no es la primera vez que recibe amenazas, ya que en 2017 ocurrió una situación similar. Pero en esta ocasión la amenaza no fue únicamente para su persona sino también para todo el equipo de la Casa del Migrante.

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