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¡Bienvenidos al Tercer País Seguro!

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Créditos: Cortesía.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Por Carlos Fernández del Cid

Twitter: @carlosfercid

27 de julio 2019

Enrique Degenhart Asturias, actual Ministro de Gobernación ha concretado la firma de un acuerdo con Estados Unidos relativo a “la cooperación respecto al examen de solicitudes de protección.” El escenario para el acuerdo firmado, fue nada menos que la misma Oficina Oval. Degenhart ha suscrito junto al Secretario Interino de Seguridad Nacional del gobierno norteamericano, Kevin K. McAleenan, bajo la mirada vigilante del mismo Donald Trump, el polémico acuerdo.

No me detendré en el mismo, porque en los próximos días verán diferentes lecturas y análisis del documento de marras. Me tomaré la libertad de proyectar un escenario probable ante dicho suceso que tiene la atención mediática del país.

En principio, es muy factible que los refugios para los solicitantes de “asilo” que provengan de El Salvador y Honduras, terminen siendo colocados en las cercanías de dichas fronteras. No tiene sentido para el Gobierno de Guatemala, sumarle presión a la frontera con México, en donde las condiciones de miles de migrantes en estos momentos son críticas. No hay suficiente alimento, agua, útiles, enceres de limpieza personal, salubridad, seguridad, etc. Las condiciones en la frontera se están tornando insostenibles para México y Guatemala, ni que decir de lo que ocurre en la frontera de México con los Estados Unidos, ya los medios se han encargado de reproducir escenas por demás dramáticas.

Por otra parte, el Acuerdo Regional Migratorio de Libre Movilidad para los centroamericanos conocido como CA-4, quedará parcialmente detenido, porque no es el mismo criterio que aplica para los centroamericanos que vienen por tierra en vehículos en viajes de placer, negocios o tránsito, que los desplazados en caravanas. Quienes se desplacen en buses, tendrán que “demostrar” el legítimo motivo del viaje. Esto hará el proceso migratorio en las fronteras lento y tortuoso para quienes las traspasan de manera regular por motivos ajenos al destino final USA.

Insisto, los refugios serán colocados cerca de las fronteras de Guatemala y Honduras y eso situaría el escenario de crisis humanitaria, en los mimos países donde se origina la migración por no decir en las mismas narices de los gobiernos antes mencionados. En términos concretos los norteamericanos cambiaron las reglas del juego para solicitar “asilo”, porque miles de peticiones son colocadas en territorio estadounidense y el acuerdo de marras, obliga a los solicitantes a esperar donde sean expulsados/trasladados por las autoridades migratorias norteamericanas. En la frontera sur con México el escenario posiblemente será diferente por obvias razones para los guatemaltecos y quizá para los migrantes de otros países.

Acá el tema es en el corto plazo, mas allá de las acciones legales que seguramente se interpondrán y que es poco probable que tengan efecto para “retrotraer” el acuerdo, porque las cortes y el congreso, se terminarán plegando a los intereses norteamericanos, el problema será con las relaciones bilaterales con Honduras y El Salvador. Guatemala ha corrido el cerco simbólicamente hacia esas fronteras. Siempre habrá grupos de migrantes que “burlen” esos límites, pero aún llegaren a la frontera con USA y pidan refugio, serán regresados a México o Guatemala.

Ya se sabe que acá gusta mucho que los ex-cancilleres, cámaras empresariales, opinólogos de la tele, etc., metan pasión al tema, pero la realidad es que el tercer país seguro o como le pongan al acuerdo, va y es inevitable. En realidad, esos análisis y acciones legales, que insisto vendrán, serán estériles. Recordemos que las cortes, congreso y clase política reciben instrucciones en inglés.

La pregunta es: ¿Guatemala tendrá la capacidad de negociar condiciones de financiamiento con USA para contener la crisis que se avecina? Es probable que aún con su ineptitud, los norteamericanos terminen vía sus agencias de ayuda financiera, inyectando importantes cantidades de dinero en varias vías, sean ONG de desarrollo, ONG sociales y las mismas agencias de Gobierno guatemalteco. La crisis no es tan “mala”, cuando hay pisto de por medio y los norteamericanos lo saben. También es justo decir que no hay cosa más bonita que criticar y analizar la realidad del país en talleres en hoteles de las zonas 9 y 10 de ciudad de Guatemala e incluso, en seminarios internacionales. Viajar es vivir dice el adagio.

Mientras tanto, Guatemala ha concretado un acuerdo con la administración Trump, que le coloca una medalla que lucirá en la campaña electoral en ciernes. Los demócratas no se quedarán atrás y seguramente, harán lo propio para intentar detener el mencionado “acuerdo de cooperación respecto al examen de solicitudes de protección” y de esta manera, intentar arrancar el logro de las manos de Trump. Olvidan los demócratas que Trump no ha pasado una sola reforma migratoria y que todas las vigentes, han sido aprobadas por ambas bancadas en diferentes períodos presidenciales. Trump no ha hecho más que usar las leyes vigentes para conseguir sus fines. Como dice el refrán, nadie sabe para quien trabaja.

Mientras tanto, se viene una semana de acciones y recursos legales. Veremos hasta donde llega el combustible social, porque el retiro de visas a quién se oponga es inminente y el discurso de la soberanía alcanza, hasta donde el próximo escándalo reviente en esta finca.

Permítanme darles la bienvenida al “tercer país seguro”.

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