Créditos: CEEU
Tiempo de lectura: 2 minutos

Por: Andrea Rodríguez

La recuperación de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) es un ejemplo de cómo los movimientos sociales abren ventanas que nos hacen transgredir la línea entre lo imposible y lo posible.

Cuando entré a la Universidad en el 2015, hablar de AEU tenía una connotación sumamente negativa, hacía referencia a la violencia, corrupción y oscuridad de quienes ilegalmente ocupaban los espacios físicos y de representación de la máxima asociación estudiantil. El rechazo era tal que mi escuela llevaba varios años declarada “territorio libre de AEU” por la asamblea estudiantil.

Y es que en ese momento, la figura de la AEU era ocupada por una “Comisión transitoria y reguladora”. La recuperación trataba de rescatar conceptos y resignificarlos: situar a la Comisión transitoria como órgano ilegítimo y a la AEU como el espacio que se buscaba recuperar.

Hace un año se celebraron las primeras elecciones libres de la AEU después de 17 años, los últimos cinco años había sido ocupada por la Comisión transitoria. Estas fueron el fruto del esfuerzo y organización de las asociaciones estudiantiles que desde 2016 conformaron el Consejo Consultivo y Electoral, preparando las bases legales y organizativas para hacer posible la recuperación, respaldada por cientos de estudiantes que se hacían presentes en los momentos críticos.

Fotografía: CEEU

El movimiento estudiantil de recuperación de la AEU tuvo hitos importantes, donde la esperanza y movilización de las y los estudiantes hizo posible lo imposible. Resalto dos: el desconocimiento de la Comisión Transitoria el 20 septiembre de 2016, donde la presión estudiantil hizo que los mismos integrantes de la Comisión firmaran su desconocimiento; y la toma de rectoría el 16 y 17 de agosto de 2017, cuando luego de que autoridades universitarias beneficiaran unas elecciones paralelas e ilegales entregando el padrón electoral a integrantes de la Comisión Transitoria, se forzó al Consejo Superior a reconocer su error y ratificar al Consejo Electoral Estudiantil Universitario como único órgano legítimo y facultado para celebrar las elecciones de AEU.

Después de un año, podemos decir que recuperamos y resignificamos nuestra AEU. Mantener esta conquista necesita la participación y organización constante del movimiento estudiantil comprometido con el saber universitario.

Las nuevas generaciones universitarias deben conocer el proceso de recuperación y  jamás dejar que la AEU se pierda, deben saber  que son ellas quienes definen las causas del movimiento estudiantil. Cada dos años, una nueva AEU será electa por la comunidad estudiantil de manera libre, que la democracia sea el hábito de nuestra generación.

Del recuperemos, al recuperamos.
Del hagamos historia, al hicimos historia.

COMPARTE