Créditos: Internet.
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Por: Factor Méndez Doninelli

“Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado” (FREIRE, Paulo: 1999).

Alrededor de 3 millones de niñas, niños y adolescentes estudiantes de primaria y básico del sector público guatemalteco iniciaron el ciclo escolar 2018, sin embargo, quienes cursan el nivel primario, no recibieron libros y tampoco alimentación, pues será hasta finales del presente mes que las autoridades del Ministerio de Educación entregarán los libros de texto en todo el país y distribuirán los Q.600 millones, destinados a la refacción escolar que dicho Ministerio tendrá disponibles en los próximos días.

Todos los años cuando se inicia la actividad educativa, observamos las precarias condiciones en las que millones de estudiantes asisten a recibir clases. Edificios en mal estado, sin mantenimiento, con escasez de escritorios, de útiles escolares y servicio irregular de refacción escolar. Igual, todos los años la misma cantaleta de las autoridades, rasgándose las vestiduras, lamentando la falta de recursos e inventando cualquier  argumento para justificar la deficiente e incapaz atención a los alumnos y las pésimas condiciones evidentes en muchas aulas escolares.

Por su parte, el Procurador de Derechos Humanos (PDH) Jordán Rodas, se refirió a la situación anterior y advirtió que el Estado vulnera el derecho de los estudiantes a una educación digna, debido al mal estado de la infraestructura escolar que incide en el ánimo y autoestima de la comunidad educativa.

Fotografía: Joel Pérez

Guatemala se distingue por ser un país desigual e inequitativo, donde las élites oligarcas, sus lacayos y testaferros lo han transformado para beneficio de sus intereses particulares. Un país que mantiene una significativa tasa de analfabetismo, en especial, entre la población indígena y rural, siendo las mujeres indígenas quienes conforman más de 43% de personas analfabetas. Como se sabe, el analfabetismo tiene serias consecuencias para la sociedad, por ejemplo, una persona analfabeta no puede comprender cuáles son sus derechos y libertades, por tanto, la sociedad la margina, los dueños de los medios de producción aprovechan su ignorancia, explotan su fuerza de trabajo y cuentan con mano de obra barata. La clase política corrupta y lacayuna, se presta para que un porcentaje de la población siga en la ignorancia.

El analfabetismo es causa y consecuencia de la pobreza, porque provoca más pobreza,  retrasa el desarrollo tecnológico y científico de las personas y el país. En esas condiciones, el analfabetismo conspira contra el desarrollo e impide la superación y competitividad de los habitantes. El afán de las élites para mantener en la ignorancia a mucha gente es explicable. Todo lo contrario ocurre en países hermanos, declarados libres de analfabetismo.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), los países libres de analfabetismo en las Américas son: Nicaragua, Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador. ¿Será casualidad o porque son países de democracia participativa y Gobiernos nacionalistas? ¿Seguirá Guatemala esos ejemplos?

Al respecto, transcribo mensaje del presidente boliviano, Evo Morales Ayma, publicado esta semana: “Como hoy, 1995, el Banco Mundial calificó a Bolivia como penúltimo país de América Latina en calidad de vida. La esperanza de vida era de 59 años y el analfabetismo de 23%. Ahora, gracias a la nacionalización, la esperanza de vida es de 72 años y tenemos 2,7% de analfabetismo”.

Guatemala, 12/01/2018.

Publicado en La Hora

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