Por: Raúl Figueroa Sarti
Señores presidentes de las distintas cámaras empresariales que conforman el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financiera (Cacif):
Atentamente me dirijo a ustedes para manifestarles algunas preocupaciones en torno a la grave situación del país y a la posición que ustedes, como cúpula del sector empresarial, han expresado, sin haber consensuado previamente con las bases de los sectores a los cuales dicen representar.
- Es lamentable que en el afán de proteger a unos cuantos empresarios que han cometido ilegalidades, particularmente en asuntos relativos a corrupción, ustedes adopten una actitud abiertamente en contra del Ministerio Público, la Comisión Internacional Contra la Impunidad y más recientemente contra el Procurador de los Derechos Humanos.
- Guatemala es un país en el que los empresarios más poderosos, unas pocas familias, entre ellas algunas que se consideran a sí mismas incluso herederas de los conquistadores españoles, han tenido el dominio absoluto de la economía, la política y la sociedad guatemaltecas. Ese dominio, con una visión atrasada de lo que debería ser una economía de libre mercado, no ha permitido que Guatemala se desarrolle como un país con oportunidades para todos.
- Es cierto que dentro del sector empresarial hay personas trabajadoras, emprendedoras, honradas y que gracias a un trabajo tesonero y múltiples riesgos, han logrado acumular riqueza, pero también es cierto que hay una alta proporción de empresarios que han acumulado fortunas gracias al despojo de tierras de campesinos de los pueblos originarios, al monopolio de la producción de artículos de consumo popular, todo ello gracias a que durante siglos han gozado del control absoluto del Estado. La historia nacional cuenta con hechos tan ignominiosos como las cárceles en las fincas, en donde el patrono era amo y señor.
- Como si no hubiera sido suficiente con el despojo campesino, a finales del siglo xx los gobiernos, todos ellos contando con el apoyo irrestricto de ustedes, se dedicaron a desmantelar el poco estado que teníamos: privatizar empresas públicas a precios irrisorios, destruir la carrera de serivicio civil mediante contrataciones temporales por contrato, destruir las instituciones públicas dedicadas a la construcción de infraestructura para poder lucrar libremente con ello. El ejemplo más claro de este expolio es la prohibición para que la banca central pueda hacer préstamos al estado.
- Este desmantelamiento del estado condujo a lo que tenemos hoy, una seudodemocracia en donde las empresas políticas, financiadas por el gran capital, y ahora por dineros provenientes del crimen organizado, ponen y quitan presidentes y diputados, a sabiendas de que posteriormente tendrán que pagarles los favores con concesiones de obra pública.
- En 2015 vivimos grandes jornadas de lucha en contra de la corrupción, que culminaron con la caída del gobierno de Otto Pérez Molina, a quienes ustedes financiaron e incluso le proporcionaron cuadros para ocupar importantes ministerios. Arguyendo principios constitucionales como la presunción de inocencia y el debido proceso ustedes defendieron hasta el final al corrupto gobierno de Pérez Molina.
- La crisis del 2015 terminó con la elección de un mediocre comediante, que hoy, de acuerdo con las denuncias presentadas por el Ministerio Público y la Comisión Internacional contra la Impunidad, también es corrupto y más allá de ello ha demostrado una total incapacidad para dirigir el funcionamiento diario del gobierno, menos aún para liderar los cambios que el país necesita para alcanzar cuestiones tan elementales como los objetivos de desarrollo sostenible.
- De nuevo, al igual que en 2015, ustedes, en lugar de ponerse del lado correcto de la historia, se atrincheran respaldando a un presidente y un Congreso que a todas luces no solo son incapaces, sino que actúan como verdaderos delincuentes. ¿De verdad quieren pasar a la historia estando en la foto a la par de narco ganaderos?
- Nacional e internacionalmente, el gobierno de Jimmy Morales está aislado. Terminará cayendo y con él las fuerzas del crimen organizado y las que teniendo alguna legitimidad se obstinan en apoyarlo, por el temor de perder el control del país. En estos últimos están ustedes: hoy, como lo hicieron en 2015, insisten en frases que a la altura del momento ustedes mismos han tornado en palabras huecas: “debido proceso”, “soberanía”, “presunción de inocencia”, “institucionalidad”.
- Si de verdad aman a este país como dicen hacerlo, es momento de que dejen su arrogancia, y de que vean en la población que ustedes han empobrecido a interlocutores válidos para construir un nuevo país. Guatemala necesita de diálogo, pero de diálogo en donde quienes se sienten a la mesa vean al otro como un igual, no como alguien que no tiene derechos.
Como guatemaltecos tienen dos caminos: apoyar a Jimmy Morales y al crimen organizado que está con él, o ponerse del lado del pueblo como uno más, sin arrogancias, con humildad, y con mucho sentido común para construir un país para todos. ¡La decisión es de ustedes!
Fuente: raulfigueroasarti.blogspot.com